Entrevista > Pepe Oliver / Balonmanista (Elche, 2-enero-1996)
Una muralla ilicitana en la Asobal. Pepe Oliver es uno de los mejores defensores de la competición y artífice, junto a sus compañeros, de la buena dinámica del Benidorm en las últimas temporadas. Criado deportivamente en el CBM Elche, Oliver no dudó en hacer las maletas, con apenas 14 años, para poner rumbo a La Masía del Barcelona, donde se pulió como jugador y maduró como persona.
Allí ganó todos los títulos posibles y dio el salto a la Selección, con la que se coronó campeón de Europa y del Mundo júnior. Tras un periodo en Torrelavega, donde adquirió experiencia y dureza, el pivote regresó cerca de casa, a Benidorm, donde no descarta echar raíces. No olvida sus orígenes ni su club de siempre, al que espera algún día convencido y con opciones de asaltar la élite.
¿Cómo comenzó su aventura con el balonmano?
Comencé jugando en mi colegio, Salesianos de Elche. Cada año tocaba un deporte y a mí me tocó el voleibol. Pero como mi hermano era muy bueno jugando al balonmano, ya que llegó a ser campeón de España, yo también quería jugar a lo mismo. En sexto de Primaria probé y se me dio bien. Poco después el CBM Elche hizo una captación y así comencé con ellos. Al año siguiente ya estaba en infantiles.
«Mi referente como jugador siempre ha sido mi hermano Carlos»
¿Quién era su ídolo en aquella época?
Mi referente siempre ha sido mi hermano, Carlos Oliver. Era muy bueno. Ahora me fijo mucho en Carlos Grau, mi compañero en el centro de la defensa en el Benidorm. Es un gran capitán. Me ha enseñado muchos trucos.
¿Cuándo percibió que podía ganarse la vida con el balonmano?
A los 14 años. Llevaba tres años jugando y destacaba en el Elche. Me llamaron de captación de la Selección Española y también de la Selección Valenciana, con la que hice un buen torneo cadete. Al mes el siguiente el Barcelona ya me quería fichar para su cantera, ofreciéndome una beca de estudios y vivir en la nueva Masía.
«Cuando me dijeron que el Barça quería ficharme creía que era una broma»
¿Cómo asimiló que la superpotencia mundial del balonmano llamara a su puerta?
Con sorpresa. El balonmano se me daba bien y me encantaba entrenar, pero de ahí a que te llame el Barcelona… Recuerdo que la noticia me la dieron mis padres un día que regresaba del colegio. Nada más entrar me dijeron que querían hablar conmigo. La cara de mi madre era de ilusión, pero también de preocupación. Cuando me lo dijeron yo creía que era una broma. Me dijeron que pensara bien la respuesta porque me iba a cambiar la vida.
«Marcharme a La Masía con 14 años me hizo mayor antes de lo que tocaba»
En la Masía se encuentra con la flor y nata del deporte español. ¿Qué recuerdos guarda?
Muy buenos, porque no dejas de compartir experiencias con deportistas jóvenes. Allí estaban, por ejemplo, los futbolistas Munir o Ansu Fati, además de los jugadores más jóvenes de la cantera del balonmano y del baloncesto. Con todos ellos se crean lazos. Aquella experiencia me hizo madurar mucho, porque aunque en lo deportivo todo iba bien, hay días duros en los que echas de menos tu casa. Creo que esa experiencia me hizo mayor antes de lo que tocaba.
Entonces aparece la Selección…
Claro, estás en el mejor escaparate posible. Para mí jugar con la Selección es un orgullo muy grande. Me perdí un Europeo por una operación en la rodilla, pero el seleccionador tuvo el detalle de guardarme una de las medallas de bronce que ganaron. Al siguiente año ya fui al Mundial y quedamos cuartos. En el siguiente ciclo, sin embargo, ya logramos ser Campeones de Europa y del Mundo. Fue una experiencia increíble.
Tras tocar el oro decide volver cerca de casa, pero la experiencia dura poco. ¿Qué pasó?
Era muy joven y el salto a la Asobal es grande. Jugué poco ese año y decidimos que debía salir para ganar experiencia.
Y pasa de ser campeón del Mundo juvenil y jugar en la Asobal a la División de Honor. ¿No sintió que daba un paso atrás?
En absoluto. Salió la opción de Torrelavega y fue un acierto, porque me sentí cómodo. Éramos una familia. Yo necesitaba minutos para progresar. Era o estar en Asobal sin jugar o madurar en otra competición. Si no me llego a ir yo creo que no estaría ahora en el Benidorm.
¿Cómo se explica que con la cantera que tiene Elche no tenga un equipo masculino cerca de la elite?
Aquí hay mucha gente con un nivel alto, pero por la falta de expectativas lo han ido dejando. El CBM Elche apuesta ahora por el balonmano femenino y me parece bien porque llevan años consolidados y se clasifican para Europa. Supongo que la ciudad de Elche, con un equipo de fútbol en Primera y con el fútbol sala en Segunda, no da para mucho más en patrocinios y ayudas.
Benidorm, con menos tradición y potencial, sí ha sabido llegar a la élite.
Lo hicieron bien. Supieron captar a muchos jugadores de la zona para ascender y luego, poco a poco, consolidar al equipo.
¿No valdría ese modelo para el CBM Elche?
Me encantaría que Elche tuviera un proyecto ambicioso para ascender, pero luego hay que tener capacidad económica para mantener la plaza. Muchos jugadores de los que se han formado aquí aceptarían el reto si se apuesta por competir. Me imagino que será algo complicado si no se ha podido lograr hasta ahora.
Por cierto, usted tiene buena mano para el lanzamiento, pero se emplea mucho más en tareas defensivas. ¿Cuándo decide especializarse como defensor?
Siempre se me dio mejor defender, aunque es verdad que antes atacaba más. Cada año me fui especializando más en la defensa y ahora solo hago el contrataque.
Cada partido hay ‘sangre’ para ganar la posición en los seis metros. Llegará a casa destrozado.
Lo bueno que tiene ser defensor es que soy yo el que pega, aunque algún golpe me llevo.
Aún es joven, pero ¿qué hará cuando deje el balonmano?
Pienso en el futuro, porque el balonmano da para vivir bien pero no dura siempre. Preparo una oposición para Policía. No me veo como entrenador, es una tarea muy complicada. No solo tienes que saber táctica, sino saber gestionar las emociones de un vestuario.
Varios de sus compañeros de generación, como los hermanos Dujshebaev, han llegado a la selección absoluta. ¿Ve posible reunirse con ellos?
Es muy complicado. Hay muchos jugadores de calidad en España. Ojalá, sería un sueño. Hay que trabajar muchos años al mejor nivel para lograrlo.