Entrevista > Belén Pérez / Autora de ‘Conversario Pintojo: pequeños diálogos de puertas adentro’
Aunque en este caso Belén Pérez actúa ejerciendo las labores de portavoz, ‘Conversario Pintojo: pequeños diálogos de puertas adentro’ es un libro escrito -y dibujado- a 18 manos en cuya creación también han intervenido Víctor López, Clara Rubio, Marina Hartley, María Vicente, Mónica Pérez, Ihcene Barache, Benjamín Ochoa y Martín Álvarez; todos ellos estudiantes de cuarto curso de la facultad de Bellas Artes de Altea.
Microuniversos
Inspirados por su profesora de Diseño Editorial, Imma Mengual, el libro, que ahora es una realidad, nació de la propuesta de mostrar al mundo la particular mirada de estos creadores en tiempo de pandemia. No se trataba de ilustrar la pandemia, sino de mostrar conversando entre ellos, esos microuniversos por los que, estando encerrados, transitaban en un viaje interior creativo hacia todas partes.
El resultado es una publicación compuesta por ‘conversaciones’ entre los nueve artistas que se expresan como mejor saben: generando ilustraciones, fotografías y composiciones gráficas, es decir, un precioso libro de 72 páginas a todo color.
¿Cómo surge, en pleno confinamiento, la idea de iniciar el proceso de creación de un libro?
Es algo que surge, como tantas otras inquietudes artísticas durante el último año, de la pandemia. Nosotros estábamos estudiando Diseño Editorial con Inma Mengual y, por ello, nos encontrábamos muy influenciados por esa rama.
Un día ella nos propuso ‘hacer algo’. En un panorama en el que estábamos todos encerrados, todo es agobio y no hay otra cosa, la respuesta fue unánime: ‘sí, por favor, vamos a hacer algo’.
Explíqueme el concepto de ‘conversaciones ilustradas’.
En ese momento, la pandemia era algo omnipresente, pero se estaba presentando siempre de la misma manera. Está muy bien que se enseñara el drama de los hospitales, que no hubiera nadie por la calle, los encierros… pero nosotros quisimos darle la vuelta y enseñar nuestra mirada y nuestro mundo interno.
Así surgió la idea de hacer una especie de conversaciones entre nosotros. El libro está estructurado de tal manera que existen nueve detonantes distintos, con lo primero que comenzara a pensar alguno de nosotros.
«El libro son pequeñas conversaciones en las que nos vamos respondiendo con textos y obras visuales»
¿Cómo lo han estructurado?
Con una página de texto que tiene al lado una imagen a las que otra persona contesta con su propio texto y otra obra. Así es como se ha estructurado todo el libro: son pequeñas conversaciones en las que nos vamos respondiendo entre nosotros.
Todo ello, como ha dicho, con la pandemia siempre presente.
Todas las conversaciones están marcadas por ella y en cada autor se nota cómo le estaba afectando a nivel personal. Hay gente a la que le potenció los problemas que ya tenía, otros se dedicaron más al recuerdo, a cuestionarse qué es ser creador… En definitiva, cada uno acabó aportando algo distinto.
Le confieso que, dedicándome a escribir, tras más de un año con el monotema tan presente, ya me cuesta mucho ver enfoques diferentes y, como se suele decir, me faltan las palabras. En su caso, ¿también ocurre que empiezan a escasear las ideas o, si me lo permite, en la creación artística es más fácil encontrar nuevas formas de expresarse?
(Piensa) En esa comparación, es importante decir que nosotros, lo que tenemos más a mano y con lo que más hemos experimentado, es con crear cosas más visuales y no sólo es más fácil que encontrar palabras, sino que también lo es expresar lo que uno siente y está viviendo por medio de la creación de formas, acuarelas, fotografías… Sí, creo que es algo más fácil expresarse así que por medio sólo de la palabra.
¿Cuánto duró, en total, el proceso de creación del libro?
Arrancamos en el mes de abril. Fue entonces cuando cada uno empezó a rumiar sus propias ideas. El proceso se alargó hasta final de verano.
Un periodo en el que vivimos muchísimos cambios y muy rápidos. ¿Es algo que el lector notará en el libro?
Por ejemplo, una de las obras que realizó uno de mis compañeros ya habla sobre el primer momento en el que pudo salir a la calle tras el confinamiento. Eso es un contrapunto con otras obras mucho más centradas en esos momentos en los que estábamos encerrados.
¿Debemos esperar, por lo tanto, una obra que tiende hacia el optimismo a medida que avanzamos en ella?
El optimismo depende de cada cual. Somos nueve personas distintas y cada uno tiene su mundo y su propia visión sobre las cosas. Cada uno ha vivido esto a su manera, pero es cierto que hay un par de conversaciones que acaban en un tono muy cómico.
Ustedes son estudiantes de último curso y, en Bellas Artes, han tocado todas las ramas de las artes plásticas…
Bellas Artes se divide en dos ramas. Por un lado, las Artes Plásticas, que son las que tocan todo el tiempo, escultura o la pintura. Nosotros hemos optado por la rama de Artes Visuales y Diseño, donde se explora más cosas relacionadas con el diseño y el ordenador.
«Teníamos muchas cosas muy claras, pero con todo lo que ha pasado la existencia se nos ha revuelto a todos muchísimo»
Como ya ha explicado, la pandemia ha tenido un profundo impacto en los procesos creativos de todos los artistas. Si yo le hubiese preguntado hace un año y medio su propiocepción como artista en el futuro, ¿la respuesta hubiese sido muy distinta a la que me daría ahora?
(Suspira) ¡Hace año y medio! Ha pasado mucho tiempo desde entonces (ríe). Probablemente, no sería la misma respuesta. Obviamente, el panorama ha cambiado muchísimo en este último año. Creo que tanto yo como el resto de mis compañeros teníamos muchas cosas muy claras, pero con todo esto que ha pasado la existencia se nos ha revuelto a todos muchísimo.
«Me agarro a cualquier oportunidad que me salga para poder crear, la doy por bienvenida»
Ahora mismo vivo con la sensación de no saber qué va a ser de mi el año que viene. Por ello, me agarro a todo lo que me salga y cualquier oportunidad que surge para poder crear, la doy por bienvenida.
Le preguntaba esto porque estamos asistiendo a un ‘boom’ de la venta de obras artísticas virtuales o NFT. Reconociéndole que no termino de entender muy bien todo este movimiento, ¿usted ve ahí una oportunidad de futuro?
¡Uf! Esta historia me parece algo un poco extraño. Por lo poco que he leído sobre el tema, es malísimo para el medio ambiente y, por lo tanto, yo ya le he hecho la cruz. Creo que es una locura. ¿De qué te sirve? Puedo entender que haya movimientos de arte en lo que todo es concepto, pero ¿esto?… no, personalmente no lo entiendo. Al final, a la gente le gusta mucho el excentricismo. Si tienen el dinero, que se lo gasten.
Ustedes lanzaron una campaña de mecenazgo para publicar el libro y no sólo consiguieron el objetivo, sino que lo rebasaron. ¿Cuáles son sus planes ahora?
¡No sólo eso! En la fase final de esa campaña de mecenazgo nos han contactado varias editoriales y estamos trabajando por intentar llegar a un acuerdo con ellos. Evidentemente, a la gente que nos apoyó en esa campaña les vamos a enviar todo lo prometido.
Despertar el interés de una editorial ya es un importante paso adelante, incluso en términos de futuro.
Estamos mirando la posibilidad de seguir con alguna de estas editoriales haciendo otro trabajo. Eso estaría muy bien. En el caso de que no lleguemos a ningún acuerdo, imprimiremos este trabajo y lo seguiremos gestionando nosotros.
«No nos gustaría quedarnos en esto y estamos pensando en seguir renovando año a año la temática»
Con editorial o sin ella, lo que sí está claro es que han conseguido despertar el interés de mucha gente. A la vez, la pandemia no ha terminado y el mundo, con o sin virus, seguirá cambiando. No parece que las conversaciones ilustradas sean una vía muerta.
Así es. No nos gustaría quedarnos en esto y, de hecho, estamos pensando en seguir renovando año a año la temática. A lo mejor, el año que viene no lo hacemos en formato físico, pero quizás como ebook, revista digital… Queremos seguir sacando tiradas con otros temas y seguir creando, que es lo nuestro.
«Queremos seguir sacando tiradas con otros temas y seguir creando, que es lo nuestro»
¿Es un buen momento para la cultura en general y su tipo de arte en concreto?
Creo que estamos en una situación difícil. Nosotros, a mitad de campaña, hemos tenido muchas dudas. Estábamos muy asustados porque no sabíamos qué iba a ser de nosotros. Pero, aunque sea difícil, si no lo pruebas… El no ya lo tienes y, por lo tanto, hay que insistir e intentarlo. Por mal momento que sea.
«No esperábamos que ninguna editorial se interesase por nosotros»
No esperábamos que ninguna editorial se interesase por nosotros y nos hemos encontrado con que hay dos a las que hemos llamado la atención. ¡Y eso que estamos en un momento terrible par hacer cualquier cosa!
Siempre se ha hablado de que Altea, por ser un punto de encuentro de artistas tanto por el tipo de municipio que es como por contar con la Facultad de Bellas Artes, es un gran ecosistema creativo. La pandemia ha reducido al mínimo el contacto entre ustedes. ¿Es el momento de buscar las musas más en el interior de uno mismo?
Es una mezcla. Depende de cada uno y de su momento. En mi caso, sé que me he ido muy para adentro y pasé un momento en el que decía ‘a mi, dejadme tranquila que ya me apaño yo’. Pero otras personas, gracias a las redes sociales y las nuevas tecnologías, han podido seguir en contacto con todo el mundo pese al confinamiento y eso les ha permitido ver constantemente lo que estaban haciendo otras personas.
Para terminar, permítame volver al principio. ¿Cuánta culpa del resultado final de toda esta aventura tiene su profesora, Inma Mengual?
Sin ella, no hubiese salido nada. Creo que, si no hubiese prendido esa chispa, no hubiésemos hecho nada más que seguir con nuestras vidas de confinamiento y agobio. Además, nos ha apoyado mucho con todo.