Altea se convirtió en uno de los polos deportivos de la provincia de Alicante a finales del pasado siglo, cuando su equipo de balonmano se consolidó en la élite y llegó a disputar una final continental. Aquella apasionante aventura en la élite acabó de forma traumática con la desaparición de la entidad, que vivió por encima de sus posibilidades.
Tomado el relevo
Pero la semilla del balonmano no se extinguió con aquel equipo. El Club Esportiu Villa Blanca tomó el relevo hace más de una década, con el objetivo de mantener la llama y formar a los jóvenes que habían quedado seducidos por el balonmano.
Años después el trabajo ha dado sus frutos. El balonmano ya es la segunda actividad deportiva con más licencias en Altea, solo superado por el fútbol. La entidad cuenta actualmente con 114 jugadores federados en su estructura, repartidos en un equipo alevín mixto y conjuntos femeninos y masculinos en las categorías infantil, cadetes, juvenil y sénior.
Además, el club dirigido en los despachos por Francisco Zaragozí también cuenta con niños en prebenjamín y benjamín, categorías en la que inician sus primeros contactos con el balonmano.
Javi García coordina los equipos de una entidad que presume de su trabajo de cantera
Pensando en la cantera
“Recuerdo un día en una Copa del Rey en Granollers, donde un abuelo veía a su nieto jugando en la pista. De momento no hemos llegado en Altea a la tercera generación, pero poco falta”, reflexiona Javi García, coordinador deportivo de la entidad.
Y es que en la localidad el balonmano cuajó rápido desde que en 1974 se fundó el histórico BM Altea. “Luego, un grupo de apasionados tomó el relevo en 2009 con el único objetivo de ser un club amateur y de dedicarse a las categorías base no profesionales”, rememora García, quien resume que “ya hay dos generaciones que han participado en la organización del club”.
«Formamos personas, luego jugadores y después grandes jugadores» J. García
Promoción y formación
Los dirigentes y técnicos del club tienen a gala que el Club Esportiu Villa Blanca es una entidad que se dedica a la “promoción y formación de los niños de Altea como personas, luego como jugadores y por último como grandes jugadores, siempre a través del deporte de balonmano”.
«No vamos a renunciar a ninguna categoría, pero sin poner en peligro el club» J. García
“Nunca vamos a renunciar a ninguna categoría que el club haya conseguido deportivamente, pero siempre con los pies en el suelo y sin poner en peligro la viabilidad del propio club”, aclara Javi García, consciente de que el ocaso del glorioso balonmano Altea aún está fresco en la memoria.
Aprender del pasado
Y es que el recuerdo del BM Altea está en cada rincón de Garganes. “Todos recordamos las tardes contra el Ciudad Real, Portland, Barcelona, Ademar…. Eran otros tiempos, de burbujas inmobiliarias, de ladrillos… Todo aquello pasó factura”, reflexiona el coordinador de la entidad, quien añade que aquella catarsis también ayudó a conocer “al que le gusta el balonmano y pone de su parte y a quién no. Ahora, toca trabajar por la base y para la base, por un club de lo social, en el que ir a entrenar y competir sea un orgullo personal y colectivo”, apostilla.
El nuevo proyecto del Altea tiene que convivir, inevitablemente, a la sombra de un gigante. El vecino BM Benidorm ha crecido lo impensable en la última década, convirtiéndose ahora no solo en el nuevo referente de la comarca, sino también en el gran polo de atracción de la provincia y de la comunidad.
Javi García asume con naturalidad la situación. “Es evidente que influye. En el pasado fue al revés ¿Por qué no debería de ocurrir? Hay quienes piensan que es un problema y quienes creen en una oportunidad. En términos globales tenemos que ayudarnos. Somos un deporte pequeño y no podemos ir poniéndonos palos en las ruedas. Cada uno con su labor y desde su peldaño, pero siempre con el mismo objetivo, fomentar y promocionar”, resume el coordinador.
Crecimiento
Los retos del club alteano están claros. “Jugar en categorías base en autonómico; los juveniles en primera y los séniors que vayan escalando ligas”, detalla. “Todo ello con el esfuerzo de dar una formación de calidad a los jugadores. Y no hay que olvidar seguir formando a entrenadores”, añade Javi García, quien abre una puerta para que el club pueda garantizarse su continuidad en el futuro y multiplicarse con gente formada en su propia casa.
“Animamos a los jugadores a que antes de desconectar del balonmano activo puedan participar en las funciones organizativas del club, como directiva, oficiales de equipo o, y no por ser lo último tiene que ser lo menos importante, socios y público en los partidos, animando a los que en un pasado fueron sus equipos y en algunos casos sus compañeros”, argumenta el coordinador.
Adaptados al momento
Mientras tanto, el Club Esportiu Villa Blanca trata de adaptarse a las normas sanitarias para desarrollar su actividad. “Esta situación creada por la pandemia nos ha afectado a todos. Partiendo que somos un club no profesional, contar con jugadores seniors para hacer los equipos ha sido difícil, ya que tienen miedo de infectarse y tener que guardar cuarentena, con lo que ello supone para sus respectivos trabajos”, explica.
“Con los equipos base ha pasado algo parecido, aunque cuando empezó el instituto y colegio la cosa pudo arrancar en las etapas de secundaria. Otra cosa fueron los de primaria, que entre que algunos empezaban a tener el primer contacto con el deporte y otros por el recelo de los padres, ha sido donde también se han producido más bajas”, detalla García, quien añade que el toque de queda tampoco ha ayudado a la movilidad, algo que afectó especialmente al equipo femenino, ya que las jugadoras, por estudios o trabajo, no podían entrenar antes de las nueve de la noche.