Entrevista > Otto Corona / Autor de ‘Un manto de sombras’
Otto Corona es profesor de Historia del Arte y Geografía y un amante de la literatura, algo que le ha llevado, a sus 27 años, a publicar su primera novela ‘Un manto de sombras’.
Una ópera prima que, a juzgar por el éxito de público cosechado en el acto de presentación de la obra, reuniendo a más de un centenar de personas en la Casa de Cultura de su l’Alfàs del Pi natal, tiene todos los mimbres para convertirse en un éxito de ventas.
Permítame comenzar por una pregunta muy poco original para un escritor en el momento del lanzamiento de una novela: ¿qué se va a encontrar el lector en ‘Un manto de sombras’?
El mejor resumen lo puedo hacer con una cita del capítulo inicial que dice: “el mundo entero era un manto de sombras. Y en la oscuridad, la luz. No había luna, no había estrellas. El cielo perdido, como así también la tierra. Era clarificadora y cierta. Era la noche perfecta”. Así es el comienzo que sirve como metáfora a una historia que nos transporta a un mundo incógnito, exótico y, a la vez, extrañamente cercano.
Mi protagonista, como nosotros, parte de la oscuridad, de la ignorancia, en un último encargo que supuestamente ha de poner fin a la guerra; pero un evento inesperado lo cambiará todo y deja entrever algo mucho más grande. En un mundo nacido de los colores, donde la luz daña y donde se veneran los vestigios del pasado, Hispano es un guerrero erudito, un estratega filósofo, un asesino sensible, una contradicción.
«La Odisea y la Biblia son obras que considero un ‘must’ de la literatura universal y, por supuesto, me han influenciado»
Escuchándole, me vienen tres conceptos a la cabeza: esa oscuridad a la que se refiere, como reflejo de la situación actual; cierto poso de los clásicos griegos con La Odisea muy presente y, si me apura, el libro del Génesis de la Biblia, de nuevo, por esa oscuridad que se hace luz. ¿Voy desencaminado?
No, en absoluto. Son influencias que, salvo en el primer caso, porque la obra está escrita hace ya tres años, sí que están ahí. La Odisea y la Biblia son obras que considero un ‘must’ de la literatura universal para cualquier persona, más allá de las creencias que pueda tener, y por supuesto me han influenciado.
Creo que eres la primera persona que ve esa relación con la Biblia, pero te diré que el arranque del libro está inspirado en ella. No sólo en ella, también en otros textos sagrados. Es una construcción a imagen y semejanza de la Biblia, el Corán o el Talmud.
Esos libros son, para sus creyentes, luz. Sin embargo, usted ha titulado su novela como ‘Un manto de sombras’.
(Ríe). La RAE la describe como ‘oscuridad, falta de luz, más o menos completa’. La oscuridad siempre ha sido un símbolo de lo desconocido, lo peligroso y lo que está más allá de la comprensión. En ese sentido, el título alude tanto al desconocimiento del lector del mundo en el que se adentra como a las incógnitas que surgen en este volumen.
Además, en una segunda acepción, también se describe como ‘imagen oscura que sobre una superficie cualquiera proyecta un cuerpo opaco, interceptando los rayos directos de la luz’. Eso hace referencia a la propia trama, que en esta primera entrega de la saga apenas se vislumbra.
«Es un libro que se presenta desde una mirada extranjera e infantil»
La sombra también es el espacio en el que aparecen los miedos y los propios fantasmas. ¿Hay algo de ello en el libro?
Es que la tercera acepción la define como ‘aparición fantasmagórica de la imagen de una persona ausente o difunta’. Este libro está lleno de los fantasmas de los personajes principales. Es un libro que se presenta desde una mirada extranjera e infantil, la de aquellos que descubren y experimentan desde la curiosidad la realidad que le rodea.
Ya ha dicho que se trata de una primera entrega de una saga. ¿Cuántas entregas habrá?
La saga es un género propio dentro de la literatura. La superestructura es esa, pero cada volumen lo he planteado en un formato de novela. Reconozco que en esta primera entrega querría haber llegado mucho más allá, pero me ha ocupado más de lo que esperaba, así que calculo que no vienen menos de seis libros.
«Estoy muy contento porque calculamos que acudieron a la presentación cerca de 120 personas»
El día de la presentación metió usted a más de cien personas en la Casa de Cultura, todo un récord para este tipo de actos. Usted es profesor… ¿Hasta qué punto tuvo que amenazar a sus alumnos con suspensos indefinidos en el tiempo para conseguirlo?
(Ríe) La verdad es que estoy muy contento porque calculamos que acudieron cerca de 120 personas en total, lo que es una auténtica barbaridad para una presentación de un libro. Fue algo, sinceramente, inesperado. Mis alumnos me preguntaban si acudir iba a subir nota… más les gustaría a ellos. Quizás eso fue lo que hizo que no hubiera tantos alumnos (ríe).