Entrevista > Alfredo Ferre / Violonchelista (Elda, 1994)
La creatividad, la seriedad y el respeto con el que afronta cada obra y su gran intuición musical, hacen de Alfredo Ferre una figura excepcional entre los más destacados jóvenes músicos actuales.
Además de su carrera como intérprete, el eldense intenta plasmar sus propias ideas a través de la composición, la improvisación y la producción de música electrónica. Y con el propósito de poder expresarse con la mayor cantidad de sonidos posible, dedica parte de su tiempo a aprender otros instrumentos.
En los próximos meses actuarás en los Festivales de Verbier en Suiza, Pau Casals en El Vendrell y el Theater im Hof en Alemania. ¿Cómo afrontas esta progresiva vuelta a los escenarios?
Con muchísimas ganas. Tanto por los conciertos en sí como por la preparación que requieren. Volver a los escenarios significa conectar de nuevo con el público, que haya un intercambio tanto de energía como de emociones. Es fundamental para que la música fluya y cumpla su propósito. Verbier es un lugar mágico con un nivel musical espectacular, y en Alemania presentaré un nuevo proyecto de cello solo que me ilusiona muchísimo.
«La creatividad está en todos nosotros, es cuestión de conectar con ella»
¿Cómo se trabaja el desarrollo de la creatividad, cualidad que te caracteriza?
La creatividad está en todos nosotros, es una cuestión de conectar con ella. Las artes nos ayudan a reencontrarnos con esa parte más creativa, por eso las considero esenciales para el desarrollo del ser humano. A veces hemos aprendido a reprimir esa espontaneidad, esa voz que se sale de lo preestablecido y que es nuestra esencia más pura.
Desarrollar la creatividad se basa más en sanar esos bloqueos y permitir que esa esencia salga a la luz que en descubrir algo nuevo; es dejar salir al niño que llevamos, permitir que disfrute y se lo pase bien.
¿Qué es lo que más te emociona del violonchelo?
La vibración que tiene y cómo el timbre del instrumento se funde con el de la voz humana. Cuando estudio cello me ayudo del canto para unirme al instrumento, y llegado un momento me es difícil diferenciar entre el sonido de mi voz y el del cello, se funden en uno, eso me fascina.
Te has presentado como solista en alguna de las salas más importantes del panorama internacional. ¿Cómo vives el gran reconocimiento que estás teniendo?
Es muy bonito ver que lo que hago tiene sentido para alguien. Agradezco mucho el apoyo de mi alrededor. Me ha hecho darme cuenta de la importancia que tiene que nos demos ese reconocimiento a nosotros mismos, de amar lo que hacemos, y más en un ámbito tan subjetivo como la música.
Cuanto más consciente soy de ello, más disfruto el proceso de preparación y el concierto en sí mismo. Y estoy seguro de que eso el público lo siente de alguna manera.
Tocas un instrumento italiano construido en el siglo XVIII ¿Cómo te hiciste con él y cuál es vuestra relación?
Llevo tocando este instrumento cuatro meses gracias a una mecenas en Suiza, a la cual estoy enormemente agradecido. Las posibilidades de este cello son inmensas, y la conexión fue casi inmediata. En estos momentos estoy descubriendo todos los matices y colores que tiene y aprendiendo a unirme a él. Creo que es un proceso de adaptación mutuo muy bonito.
Al aprender a tocar más instrumentos, ¿pretendes ser un músico más completo y con conocimientos aún más globales?
Cada instrumento es un mundo, y me aporta algo diferente. Al utilizar otros instrumentos siento que puedo expresarme de manera más amplia, el abanico de posibilidades para crear es inmenso. Experimentar con distintos instrumentos en mis composiciones es como aprender nuevos idiomas. Y disfruto mucho aprendiendo la técnica de cada uno, cómo funciona y qué sonidos puedo sacar de ellos.
«Estoy trabajando en un tour en el que combino música clásica y espiritual para cello solo»
¿Qué proyectos futuros llevas entre manos?
Estoy trabajando en un tour para la temporada que viene en el que combino música clásica y espiritual para cello solo, como un viaje hacia el interior de uno mismo. Podré dar más detalles muy pronto, y espero poder traerlo a la provincia de Alicante.
Tengo proyectos de música de cámara con mi Ensemble M.A.D. en Suiza y Alemania. En cuanto a composición estoy trabajando entre otras cosas en la banda sonora para un festival de danza y en algunas canciones de música electrónica que saldrán a la luz muy pronto en plataformas digitales.
«Mi intuición me lleva a aplicar la teoría y armonía de lo clásico a la electrónica»
¿Qué te aporta tu faceta como productor de música electrónica?
Me fascina. El ritmo me conecta con mi parte más tribal, y el hecho de poder modificar cualquier sonido que produzco a mi gusto, es increíble. Llevo toda la vida estudiando música clásica, así que mi intuición me lleva a aplicar la teoría y armonía de lo clásico a la electrónica, es una fusión muy interesante para mí.
Impartes terapias para reequilibrar y aumentar la energía de las personas. ¿Qué efectos tiene el sonido en las personas? ¿En qué línea lo desarrollas?
Las terapias que imparto son tanto individuales como grupales. En las sesiones utilizo mi voz, el cello y cuencos tibetanos para armonizar y reequilibrar la energía del paciente a nivel físico, mental y emocional.
Están basadas en el canto de mantras, para cada persona diferentes, y este aspecto lo hace muy especial y único. Tiene un efecto tremendo, mueve muchas emociones y nos da la oportunidad de mirarlas y sanarlas. Este verano volveré a ‘Masqi’, un hotel rural en la Sierra de Mariola, donde haré sesiones durante varios días. Recomiendo mucho probar la experiencia.
Nacido en Elda, posteriormente te trasladaste a Madrid para formarte y actualmente resides en Basilea. ¿Cuál es tu actual vínculo con nuestra ciudad?
En Elda he crecido, son mis raíces. Es donde tengo mis amigos de toda la vida y parte de mi familia. Siento que a través de la música estoy unido a muchas personas de allí, independientemente de no poder ir mucho, sobre todo este último año.