Entrevista > Daniel Pérez Berciano / Presidente de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Alcoy
Daniel Pérez Berciano es el presidente de Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Alcoy y tiene vinculación con la entidad desde hace catorce años.
Asegura que la mejor concienciación hacia la sociedad se realiza en edades tempranas para prevenir problemas futuros; también explica que durante el confinamiento paralizaron las adopciones y que durante la pandemia ha disminuido el abandono.
«Los perros más difíciles de adoptar son los catalogados como PPP y los de mayor edad»
¿Cuál es la situación actual de la protectora?
En este momento tenemos una población bastante baja. Hay unos treinta y cinco perros y unos seis gatos. Desde hace tres años tenemos una tendencia descendente. Los perros que no llegan a salir son los catalogados como potencialmente peligrosos (PPP), que son los más difíciles de adoptar. Ahora mismo conforman el 70% de los perros que hay en la protectora.
«En nuestra cabeza no cabe la posibilidad de desatender a los animales»
¿Se llega a atender las necesidades reales que hay de perros en situación de calle?
Eso siempre. Si no se tienen los recursos, se buscan. Se podría dar la circunstancia de que no pudiéramos, pero aquí hemos llegado a tener más de doscientos animales. Al final lo que tenemos que hacer ante estas situaciones es buscar más fuentes de ingresos, más eventos, más actividades, etc. E incrementar el llamamiento a la gente para que ayude, colabore y apoye la labor que hacemos. En nuestra cabeza no cabe la posibilidad de desatender a los animales que tenemos aquí por falta de espacio ni por cuestiones económicas.
Se va a construir una perrera, ¿no es esto un paso atrás con respecto a todo lo que se había conseguido anteriormente?
Es un retroceso enorme e incongruente totalmente. Hace diez años todos los perros que se recogían, menos en la zona de Alcoy, que sí que tenía la protectora, se llevaban a la perrera de Bufali.
Esta perrera recogía todo el Alcoià-Comtat y prácticamente la Vall d’Albaida entera. Se generó entonces un movimiento contrario para eliminarla. Se hizo un grupo de presión, sobre todo en Cocentaina y Muro. Se rompió el concierto con la perrera y cada ayuntamiento se buscó sus alternativas hasta que se hiciera algo físico aquí.
Pero eso se ha logrado. En Muro se ha construido un albergue.
La Mancomunidad ha sido quién ha construido el albergue y ha sacado la licitación. Se ha construido en unos terrenos cedidos por esta y todo pintaba que se lo iban a dar a una protectora, pero al final parece que no ha sido así.
El movimiento ha ido justamente al revés y hemos retrocedido exactamente diez años. Todo lo que se ha hecho en este tiempo no ha servido para nada. No entiendo cómo esto puede ocurrir en pleno siglo XXI; que se haya construido una perrera, clama al cielo, no hay quien lo entienda.
¿Por qué se incrementa el abandono en verano y qué podemos hacer para combatir esto?
Si soy sincero, hace unos años que ya he dejado de verlo. A nivel personal no tengo esa percepción que podía tener hace unos años. El problema de esta época del año estaba principalmente en la aparición de camadas, porque el verano es una época de celo. Un gran número de los animales que abandonaban eran eso. Y luego otro motivo era el tema de que el animal les molestaba para irse de vacaciones. Hoy aún se da, pero ya no con la frecuencia con la que se solía dar.
«La gente es más responsable, el mensaje de las protectoras va calando»
¿Qué ha pasado para que esta situación haya cambiado?
En parte que las leyes se hacen más rigurosas y, por ejemplo, al llevar el chip, no pueden abandonarlo. Hay gente que no se lo pone directamente, pero poco a poco se va convirtiendo en una minoría. Otros años a estas alturas teníamos diez o doce camadas de cachorros, y entraban veinte o treinta perros en el espacio de un mes o dos.
Sin embargo, ahora estamos relativamente tranquilos. No pasó en navidad, que es otra época crítica, y no está pasando ahora en verano. La gente se va haciendo más responsable, parece que el mensaje que todas las protectoras vamos difundiendo va calando de alguna manera. La sociedad avanza.
¿Cómo concienciar a nivel poblacional?
La experiencia me demuestra que la clave está en las nuevas generaciones. Por eso tenemos un proyecto educativo con el que vamos a los colegios y trabajamos muchas cuestiones. Al que es un maltratador o el que abandona animales, no lo vas a cambiar. Y también haciendo actividades de todo tipo, campañas de concienciación en medios, marcha canina o las puertas abiertas.
¿Cómo se gestionan las adopciones?
Nosotros somos muy estrictos con a quién damos y qué perro damos. Gestionamos seres vivos y nuestra prioridad es que los animales que están aquí estén bien. Para que se vayan a otro sitio y no estén bien, preferimos que estén aquí, aunque se pasen toda su vida. Los perros que están aquí están en su casa, muchos llevan ya seis o siete años y no conocen otra cosa.
¿Qué se ha observado en pandemia y qué previsión de futuro se hace desde la protectora?
Ha sido un periodo un poco extraño para nosotros. Cerramos adopciones porque nos vimos venir un incremento de estas al estar encerrados en casa y porque el perro era una excusa para salir a la calle. Nos parecía que eso no era un motivo ni tampoco el momento adecuado para adoptar un perro. Las cerramos hasta junio.
Han entrado muy pocos perros mientras ha durado el confinamiento. Ha sido un poco extraño. Prevemos, y ojalá no pase, que ahora venga un repunte.