Entrevista > Juan Carlos Guillén / Presidente de la Sociedad Filarmónica Alteanense
Se suele decir que el arte es el único idioma universal que existe. De entre todas las expresiones artísticas posibles, seguramente sea la música la que se cuela con mayor frecuencia en la vida de las personas. De una forma u otra, es parte consustancial de nuestro día a día y, además, un elemento vertebrador de la cultura de cada zona o región.
No hay evento social o festivo que no se celebre con música y, en la zona del Levante español, las bandas son un elemento esencial de cualquier celebración. Altea, con una tradición cultural indiscutible, no iba a ser una excepción a esta realidad y cuenta con la Sociedad Filarmónica Alteanense como punta de lanza en el ámbito musical.
Juan Carlos Guillén es el presidente de esta agrupación y, además de reivindicar la música como un elemento de unión entre lo que él llama “los alteanos de otras culturas y los alteanos originarios”, asegura que el momento de salud de la música tradicional es inmejorable.
«La Sociedad se constituye con sus primeros estatutos y toma un carácter más oficial en 1931»
¿Cómo nace la Sociedad Filarmónica Alteanense?
Los orígenes datan de finales del siglo XIX, allá por 1888 o 1889. Sin embargo, cuando se constituye con sus primeros estatutos y toma un carácter, por lo tanto, más oficial, es en 1931. Estamos ya a sólo diez años de cumplir el centenario.
La música, especialmente la de las bandas, siempre ha estado muy ligada a los eventos festivos de los municipios. ¿Están relacionadas una cosa y otra en la creación de la Sociedad Filarmónica Alteanense?
La historia en Altea es igual que en casi todos los pueblos de las Marinas, tanto Alta como Baixa. Es cierto que la música siempre ha estado muy asociada a la fiesta, pero no sólo a ella, también a todos los actos sociales que han marcado la vida del pueblo.
La Sociedad es muy amplia ya que cuenta con muchos músicos, pero no sólo eso, sino que también reúne a los familiares y el entorno directo de estos. Esto hace que, a su alrededor, vaya aglutinando diferentes actividades culturales.
«Los orígenes de la Sociedad pueden estar en los actos sociales y festivos, pero llevamos a cabo otras actividades culturales dentro del pueblo»
Por lo tanto, no sólo participa de los acontecimientos sociales y culturales, sino que también los propicia.
Así es. Y es algo que no sólo sucede en Altea, sino que se puede extrapolar a cualquier otro municipio de las Marinas. Te pondré un ejemplo: en los años 30 del siglo pasado, la Sociedad Filarmónica edita y publica la revista ‘Altea’, que era un periódico local que desapareció, pero que a finales del siglo pasado se volvió a editar, existiendo ya otras publicaciones.
Así, y a modo de resumen, creo que es cierto que los orígenes pueden estar en los actos sociales y festivos; pero esto sirve como excusa para aglutinar diversas inquietudes en la Sociedad, lo que nos permite llevar a cabo otras actividades culturales dentro del pueblo.
«La influencia marinera de Altea se percibe en algunas composiciones y en el propio repertorio histórico de la Sociedad»
Altea ha sido, y todavía lo es a día de hoy, un pueblo muy marinero. ¿Se nota esa influencia en el repertorio histórico de la Sociedad Filarmónica Alteanense?
Por supuesto, tiene una influencia clara. Es complicado de explicar, pero se percibe la influencia de la música marinera en algunas composiciones y en el propio repertorio histórico. El maestro Pérez Devesa compuso una pieza que durante muchos años cantaban los alteanos cuando iban fuera y que nosotros, muchas veces, tocamos en nuestros conciertos y que lleva por título ‘Altea, pueblo marino’.
Una condición, la de pueblo marinero, que también se deja ver en el título elegido para la próxima edición del Certamen Internacional de Música Villa de Altea.
Así es. En 2021 llegamos a la 47ª edición y el lema elegido es ‘Stones and Sea’ que, en español, significa piedras y mar. Lo hemos puesto en inglés porque es internacional. Esto demuestra, como decías antes, que el mar y nuestra condición de pueblo marinero tiene mucha influencia.
Esa influencia, ¿se deja notar en su música?
Más que en la propia música, porque en los pueblos del interior también hay muchísima música, la encontramos en la inspiración. Mientras que en el interior hay temáticas relacionadas con los cultivos de secano como el almendro o la vid, aquí sí vemos esa tradición marinera y la banda, como parte del pueblo, tiene esa influencia.
No te puedo especificar en qué sentido, pero se nota que vivimos al lado del mar y nuestra música tiene mucha relación con él.
«Hemos colaborado y hecho montajes con otras asociaciones como grupos de teatro y, por supuesto, con grupos de danza»
Altea es un municipio con muchísima relación con la cultura. Haciendo una analogía con mi pregunta anterior, ¿también se deja notar la influencia que pueda tener sobre la música el contacto directo con otras formas de expresión artística?
Sí, y no sólo por la presencia, por ejemplo, de la Facultad de Bellas Artes. En Altea contamos con un conservatorio y tenemos dos agrupaciones musicales. Este conservatorio está nutriendo a ambas bandas de músicos jóvenes. Y no sólo a las de Altea, porque en este conservatorio hay alumnos de toda la comarca y está nutriendo a la práctica totalidad de las agrupaciones de la Marina Baixa.
Dicho esto, es verdad que hemos colaborado y hecho montajes con otras asociaciones como grupos de teatro y, por supuesto, con grupos de danza que, en realidad, ya forman parte de nuestra Sociedad. Hemos interaccionado mucho a todos estos niveles.
¿Cómo es el estado de salud actual de la música tradicional? Para los jóvenes, ¿sigue siendo tan atractivo formar parte de una banda como lo era hace unas décadas?
Creo que sí. Esa capacidad de atracción la tienes que trabajar a través de la evolución. Por suerte no tenemos déficit de jóvenes en nuestra banda. ¿Cómo lo hacemos para que sea atractivo? Un músico, lo que quiere es tocar. Independientemente de la música que se hace en cada momento, el músico disfruta tocando.
«La mayor parte de los músicos de grupos contemporáneos están formados en las bandas de sus pueblos»
Esto que usted afirma, ¿cree que está detrás de la clara influencia de la música tradicional en los grupos pop de la zona?
Si vemos la evolución de los grupos valencianos, especialmente en la zona de Gandía, la Marina Alta y la Marina Baixa, están surgiendo grupos de música más actual en los que la base de todos ellos sigue siendo las trompetas, los clarinetes, la percusión, la xirimita…
La mayor parte de ellos, además, están formados en las bandas de sus pueblos. Fíjate que las collas de xirimita y tabalet son muy festivas, pero también tienen un atractivo que permite ese salto que hay entre la música del pasodoble o la zarzuela con la música actual.
En Altea, como en el resto de la Marina Baixa, existe una gran masa de población que ha venido de fuera y se ha ido incorporando a lo largo de las últimas décadas. ¿Es la música un buen vehículo para hacerles entrar en la cultura autóctona?
Estoy totalmente de acuerdo en esa apreciación. Puedo dar fe de ello porque lo vivimos a diario en nuestra banda. Me refiero a todas las asociaciones: la de pulso y púa, el coro… Nosotros recibimos a todo el mundo con los brazos abiertos y eso hace que tengamos músicos de todas las nacionalidades y, por supuesto, de todas las provincias de España.
Es algo aglutinador porque atrae a los alteanos de otras culturas a los alteanos originarios. Es un elemento de unión sin lugar a dudas.
Se suele decir que el arte, en cualquiera de sus formas, es un lenguaje universal porque, por lo general, el ser humano se siente conmovido por las mismas cosas. ¿Se nota esto en la banda? ¿La música más tradicional valenciana es capaz de conmover y ser entendida por los que vienen de fuera?
¡Por supuesto! Altea tiene una población de no nativos muy grande, pero en todos los conciertos puedes comprobar que asisten y que tienen una gran participación. Incluso, son socios de las sociedades musicales de sus municipios y eso significa que lo disfrutan.
Es lógico, a lo mejor, que un pasodoble pueda atraer más a un español y una polca haga lo propio con un alemán; pero es en esa variedad donde nos movemos y la que nos permite seguir haciendo música y atrayendo al público.
«La pandemia nos ha permitido volver a ganar la calle. Ese contacto te permite estar mucho más próximo a la gente»
La progresiva vuelta a la normalidad tras el confinamiento ha provocado, entre otras muchas cosas, que la música haya tenido que salir más a la calle dejando de lado los espacios cerrados. ¿Cree que, al menos en eso, sacamos algo positivo de la pandemia?
Es algo que hemos hablado en más de una ocasión entre nosotros, diciendo que, por decirlo de una forma coloquial, vamos a volver a ganar la calle. Ese contacto con la calle te permite estar mucho más próximo a la gente. Para ir al Palau o a un auditorio, tienes que desplazarte; pero si tienes un concierto en la plaza del ayuntamiento y vas paseando, te quedas y puedes escuchar la música.
Pero no sólo ocurre con los conciertos. Los ensayos también los estamos haciendo en la calle. Es gracioso ver que tenemos mucho público en ellos que, incluso, aplauden después de algunas piezas.
¿Es algo que ha llegado para quedarse?
Nuestra intención es seguir en la calle sin renunciar al Palau o a los auditorios, para ganar más público y buscar una mayor proximidad con él.
Acaba de terminar el curso escolar, pero en pocas semanas muchos padres comenzarán ya a planificar el siguiente. ¿Qué ofrece la música, como formación extraescolar, a los más pequeños?
Yo tengo tres hijos y todos ellos han estudiado música y han practicado deporte. Creo que es el complemento ideal para la educación convencional. Te aporta autodisciplina ya que, desde el momento en el que empiezas a estudiar, te das cuenta de que para que el instrumento suene bien tienes que practicar. Tú mismo te autodisciplinas para conseguirlo.
Muchas veces lo planteamos como una actividad extraescolar lúdica, pero son los propios niños los que quieren más porque están viendo una evolución, y eso les genera esa disciplina y les consigue sacar de los videojuegos. En vez de estar en casa viendo la tele, estás practicando música que, no lo olvidemos, es una actividad colectiva y, por lo tanto, te permite ampliar tu arco social.