“El poder controlar la calidad del agua en tiempo real nos ha permitido que todas las incidencias que recibimos hayan podido resolverse antes de que el usuario final se haya visto afectado por ellas. Esto sólo se logra gracias a la digitalización en la monitorización”. Así es como David Ribes, Gerente-Responsable de Calidad del Agua en Hidraqua y sus empresas participadas, destaca la relevancia de la transformación digital en la gestión del ciclo integral del agua.
Ribes entró en el grupo empresarial al que pertenece Hidraqua en el año 1997, siempre ha estado vinculado al tratamiento de aguas y ha desempeñado varios cargos en el ámbito de la depuración de las residuales y en la gestión de la calidad del agua potable. A día de hoy, además de su cargo en Hidraqua, es Director de Calidad del Agua y del Laboratorio del Ciclo Integral en Aguas de Alicante.
“Antes de apostar por la transformación digital en el control del agua potable, éramos esclavos de los datos, hacíamos multitud de análisis en la red, pero hasta que no los analizábamos de forma manual y disponíamos de los resultados, no podíamos actuar. A día de hoy, la digitalización nos permite trabajar no de manera retrospectiva, sino que se lleva a cabo una gestión predictiva y preventiva para garantizar la inocuidad del agua que suministramos; pudiendo saber con antelación qué va a ocurrir y cómo debemos enfrentarnos a esta situación, es decir, gestionamos eficientemente cualquier riesgo”, añade Ribes.
Así, por ejemplo, cuando se producen lluvias torrenciales en zonas que captan el agua a través de embalses, el arrastre que se produce durante estos episodios puede provocar en ocasiones cierto aumento en la turbidez del agua. A través de herramientas digitales y algoritmos, la compañía es capaz de predecir cómo y cuándo se van a elevar estos niveles, cómo actuar de forma inmediata y saber en tiempo real la efectividad de las acciones llevadas a cabo para que estas incidencias no lleguen al consumidor. “En la Comunitat Valenciana realizamos anualmente alrededor de 30.000 muestras de aguas de consumo, lo que supone analizar alrededor de 200.000 parámetros o determinaciones analíticas. Gracias a la digitalización, monitorizamos todos estos datos y ello nos permite analizar el riesgo a través de alertas tempranas si se produjese cualquier desviación de la calidad del agua”.
De igual modo, Hidraqua comparte soluciones tecnológicas con los suministradores de agua en alta, es decir, los encargados de traer el agua hasta la entrada de los municipios en los que presta servicio. Estas herramientas están basadas en aplicaciones web con las que se actualiza contantemente los datos que se reciben de los análisis que se realizan in situ y en el laboratorio. Asimismo, dispone de alarmas configuradas que avisan a todos los responsables cuando se detecta algún parámetro o dato que no se encuentra dentro de lo establecido como normal.
“No hablamos sólo de incidencias relevantes que puedan afectar a la calidad del agua, sino de cualquier tipo de anomalía que se solventa simplemente reajustando los niveles de cloro o las mezclas del agua de diferentes orígenes”. Y es que muchos municipios no disponen únicamente de una fuente de suministro, sino que combinan aguas de diferentes procedencias, como puede ser agua de pozo, desalada o de embalses. “De esta forma conseguimos suministrar un agua sanitariamente perfecta las 24 horas los 365 días del año”.
“Nuestros próximos pasos en digitalización están focalizados en la transparencia. Queremos que la ciudadanía sea partícipe de toda esta información y que pueda consultarla en tiempo real, de hecho la Directiva Europea relativa a la calidad de las aguas destinadas al consumo humano publicada recientemente, y cuya transposición a la legislación española se prevé para finales del próximo año, hace hincapié en este sentido, es decir, en la importancia de la información al ciudadano, y que sea accesible y regular”, concluye Ribes.