El parque de naturaleza Terra Natura Benidorm ha creado un nuevo enriquecimiento ambiental para las grullas japonesas (Grus japonensis) en reconocimiento a la celebración de los Juegos Olímpicos, que se están llevando a cabo durante estos días en el país nipón. De manera diaria, el equipo de cuidadores del complejo de conservación animal va a suministrarles un pienso especial en el agua dentro de la charca de la instalación, donde habita esta especie.
A través de este enriquecimiento se favorecerá que las grullas japonesas desarrollen su agilidad y su capacidad de observación, ya que están acostumbradas a escudriñar y revisar el suelo en busca de alimentos, así como las charcas de agua para detectar escarabajos o pequeños invertebrados, ranas e incluso alguna culebra de agua. El nuevo enriquecimiento ambiental que se ha confeccionado especialmente para estas aves se desarrollará hasta que finalicen los Juegos Olímpicos de Tokio, el 8 de agosto.
Las grullas japonesas habitan en el área temática de Asia de Terra Natura Benidorm. Se trata de una especie que está protegida y que se encuentra en peligro de extinción, por lo que se encuentra en el anexo I de la CITES donde se engloban las especies más sensibles o más amenazadas. En la actualidad, el parque de naturaleza cuenta con dos ejemplares de tres años de edad, una hembra y un macho que llegaron en febrero de 2020.
Estas aves son conocidas por el comportamiento fiel que mantienen con su pareja. Una vez que escogen a su pareja la relación se conserva de por vida. De hecho, cuando uno de los miembros de la pareja fallece el otro ejemplar no volverá a emparejarse jamás. En la cultura asiática, ver a estas grullas es considerado como un augurio de buena suerte y de fidelidad en el amor.
Este simbolismo está especialmente presente en Japón, hasta el punto de que en su bandera (un círculo rojo en fondo blanco) corresponde con los colores que la propia grulla posee: la frente roja y el plumaje corporal blanco. Estas aves ostentan el récord de altura en vuelto, ya que son capaces de alcanzar los 9.800 metros de altitud. También son capaces de surcar grandes distancias de un salto sin coger apenas impulso gracias a la potente musculatura de sus alas.