De todos es conocido que Santa Pola siempre ha sido tierra de grandes músicos, y precisamente este mes se cumplen 150 años del nacimiento de uno de los más destacados. Hablamos del maestro Quislant, todo un referente del llamado ‘género chico’ que arrasó en Madrid a finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Hemos querido celebrar este aniversario recordando las obras y milagros de este ilustre santapolero cuya música llegó incluso a la corte real de Alfonso XIII. Un artista sin igual que tiene en su haber unas doscientas obras líricas.
Con solo 15 años escribió un motete dedicado a la Virgen de Loreto
Inicios en Santa Pola
Manuel Quislant Botella vino al mundo el 23 de agosto de 1871 en Santa Pola. No fue ni mucho menos el primer músico de la familia, pues su padre, Joan Quislant Blanca, había sido el fundador de la banda Santa Cecilia del pueblo.
Tenía solo diez años cuando compuso su primer pasodoble: ‘Setelacse de rrotal’, un juego de palabras que en realidad es ‘La torre d’escaletes’ escrito al revés. Fue interpretado con gran éxito en un concierto dado por la banda de su padre. Se hacía cada vez más evidente que el pequeño Manolet era un niño con talento.
Su familia le matriculó en el Conservatorio de Alicante para que siguiera formándose. Aquí continuó componiendo pasodobles e incluso se atrevió con su primera zarzuela que se denominó ‘Santa Pola, ahir, hui i demà’, basada en un libreto del médico Antoni Erades. Con apenas quince años compuso también un motete dedicado a la Virgen de Loreto, sin duda la pieza que más caló en su pueblo natal.
Quislant fue uno de los fundadores de la actual SGAE
Mudanza a Madrid
Su precoz capacidad musical era tan grande que sus padres quisieron apuntarlo en el Conservatorio de Madrid. Allí continuó aprendiendo composición, de la mano del célebre pianista vasco Emilio Serrano.
Con veinticuatro años ganó una beca del ministerio de Fomento para proseguir sus estudios. Su primer trabajo fijo fue como violinista en la orquesta del Teatro Eslava dirigida por Ruperto Chapí, también procedente de nuestra provincia (era de Villena). Ambos contrajeron una gran amistad.
En aquella época Chapí mantenía un enfrentamiento público contra algunos de los intermediarios más influyentes del teatro español, que obtenían grandes beneficios de las obras menguando los ingresos de los artistas. Por ello, junto a otros autores, entre ellos Quislant, en 1899 crearon la primera Sociedad de Autores de España.
Manuel fue nombrado jefe de la copistería musical de la nueva sociedad, un cargo que ocuparía durante el resto de su vida. Hoy día, esta centenaria (y en ocasiones polémica) institución se la conoce como la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).
Compuso una de las marchas interpretadas en la proclamación de Alfonso XIII
Consolidación como compositor
Por aquellos años la libreta de Manuel se convirtió en una producción infinita de teatro musical: ‘La Venus moderna’, ‘Amor y flores’, ‘El zorro azul’, ‘El querer de una gitana’, etc. Era la época dorada del citado género chico, un subgénero de zarzuela popular que triunfó en España y especialmente en Madrid. Se llamó así porque las obras solían ser de corta duración, con pocos personajes y de una temática muy costumbrista.
No hay duda de que el maestro Quislant vivía los mejores momentos de su carrera, consolidado como uno de los grandes compositores nacionales. Tanto era así que la propia Casa Real le encargó una pieza musical para amenizar la subida al trono de Alfonso XIII en 1902. El santapolero compuso para la ocasión su ‘Marcha de la Proclamación’, que fue interpretada por la banda del Real Cuerpo de Guardias Alabarderos en el Palacio Real.
Llega ‘Doloretes’
Un año antes había participado en la composición de la que quizás fue su zarzuela más famosa: ‘Doloretes’. Para ello trabajó junto al músico catalán Amadeo Vives, mientras que el libreto fue escrito por el dramaturgo alicantino Carlos Arniches, otro gigante del género chico.
Con los años Quislant se fue granjeando fama de ‘buen compinche’, pues fue contratado por muchos grandes músicos del momento para componer obras a cuatro manos. Uno de ellos fue el también alicantino Luis Foglietti, con quien escribió la zarzuela ‘El doctor maravilloso’.
También destacó por sus numerosas piezas compuestas para bandas de música, que luego eran interpretadas en las fiestas populares, tan habituales en los pueblos de nuestra zona.
Hijo Predilecto de Santa Pola
Hacia los años veinte su producción de composiciones musicales empezó a menguar por motivo de la edad. A una de sus últimas piezas la tituló ‘Amapola’, un juego de palabras mediante el cual quiso expresar su amor hacia su pueblo (Ama Pola).
El maestro Quislant permaneció el resto de su vida en Madrid junto con su familia, residiendo en la calle de Hortaleza. Allí nos dejó para siempre el 9 de marzo de 1949.
Afortunadamente, lo mejor que tienen los músicos es su inmortalidad. Hoy en día conocer la música de este gran maestro santapolero es tan sencillo como buscar su nombre en YouTube.