El 21 de julio Mario Urrea, presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), presentó oficialmente el nuevo Plan de Gestión de Riesgo de Inundaciones en un acto que tuvo lugar en Orihuela. Se trata de una relación de todas aquellas próximas obras que se prevé realizar con el objetivo de preparar mejor la Vega Baja y el norte de la Región de Murcia de cara a futuras lluvias torrenciales.
La CHS (ente que depende del ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente) ha proyectado una inversión de unos 650 millones para este plan contra las inundaciones. Actualmente el proyecto está en fase de exposición pública, pudiendo ser objeto de posibles alegaciones antes de su aprobación definitiva. Conversamos con el presidente Urrea para conocer las claves de estas millonarias inversiones.
En líneas generales, ¿qué contempla este Plan de Gestión de Riesgo de Inundaciones?
Es un listado de inversiones que pretenden reducir el riesgo en este territorio. No se puede alcanzar una seguridad del cien por cien, pero sí elevarla significativamente.
Hay actuaciones de ‘infraestructuras grises’, por ejemplo la presa de Tabala o el desvío de Abadilla hacia el embalse de Santomera, y luego también ‘infraestructuras verdes’, como los corredores hidráulicos hacia la laguna del Hondo de Amorós y la renaturalización de las zonas colindantes, para poder evacuar el agua que se genere sobre todo por el área de Orihuela hacia el mar Mediterráneo.
El plan contempla un período hasta 2027. ¿Estas actuaciones que me acabas de nombrar serán las prioritarias?
Sí. Estos cuatro proyectos abarcan unos 150 millones de euros, es decir, algo menos de una cuarta parte del presupuesto, y para ellos queremos iniciar inmediatamente los trámites administrativos.
Todo ello independientemente de que seguiremos trabajando para definir las demás actuaciones. Hay algunos corredores complementarios cuya viabilidad estamos estudiando, y además estamos en coordinación con la Generalitat Valenciana para afrontar las obras de defensa individualizadas que reclaman algunos municipios.
Recientemente te reuniste con los alcaldes de la Vega Baja. ¿Han quedado satisfechos con este plan? ¿Los ayuntamientos piensan realizar alegaciones?
Disponen de tres meses para plantear las sugerencias que consideren oportunas. Nosotros tenemos una relación muy directa con cada uno de los ayuntamientos y con la Generalitat, a través del proyecto Vega Renhace, para ir de la mano.
Siempre he dicho, desde el primer minuto, que las actuaciones solo se llevarán a cabo si hay consenso entre Administraciones. Estas obras no dejan de ser unas cicatrices sobre el territorio que entiendo que no son viables sin el apoyo de todos.
«Los alcaldes están cansados de obras que nunca se realizan, pero esta vez sí están bien presupuestadas»
¿Os han pedido los alcaldes alguna obra de gran envergadura que no esté prevista o más celeridad en las programadas?
En general fue una reunión muy positiva. Evidentemente cada alcalde preguntó por lo suyo, y quedamos emplazados a facilitarles los detalles de las actuaciones concretas. Yo percibí que están, digamos, moderadamente satisfechos al ver que hay una hoja de ruta con compromiso presupuestario.
Es cierto que están cansados de leer obras en los planes que nunca se hacen, pero en este caso todas tienen asignadas cantidades importantes y se van a ejecutar. La única condición imperativa es alcanzar ese consenso al que antes hacía referencia.
¿Quizás Orihuela sea el municipio más expuesto a sufrir daños por sus características?
Está claro que Orihuela es el punto donde confluye la rambla de Abanilla que viene con agua desde Pinoso, es muy potente y se ha quedado desconectada con el Segura que era su punto de desagüe natural. Por eso se crea un río paralelo por el margen izquierdo que va arrasando todo lo que pilla. Así que entiendo que el alcalde Bascuñana nos haya pedido celeridad en las obras.
De todas formas no quiero quitarle importancia al resto de la Vega Baja, pues se trata de un territorio muy sensible, sobre todo en sus puntos más bajos. Toda la desecación que se hizo del río Segura por el cardenal Belluga en el siglo XVIII tiene ahora su trascendencia. Desde la CHS vamos a intentar que todos los municipios se vean en una situación muchísimo mejor.
«El desvío de la rambla de Abanilla es una de las actuaciones prioritarias»
¿Cuándo calculas que estará terminado el desvío de la rambla de Abanilla?
La parte de derivar el agua hacia el embalse de Santomera será de las primeras actuaciones. No quiero dar fechas concretas, pero sí el compromiso de que las cuatro acciones prioritarias estarán ejecutadas como máximo en 2027. Y si puede ser en 2025, muchísimo mejor.
¿Todas estas grandes obras del Estado deberían acompañarse de trabajos realizados por los municipios en sus canalizaciones?
Sí. Nuestra competencia es encargarnos de los cauces de ramblas, es decir, del agua que llega por el dominio hidráulico. Pero a mí me consta que algunos municipios ya están desarrollando sistemas urbanos de drenaje sostenible para gestionar la lluvia que les cae directamente del cielo a la ciudad.
«Estamos trabajando para contener DANAs con retornos de 25 o 50 años, pero la de 2019 fue aún mayor»
¿Crees que la Vega Baja está ahora más preparada que en 2019 si cayera otra DANA este septiembre?
La DANA del 2019 no fue extraordinaria, sino lo siguiente. Eso no lo puede gestionar nadie. Fíjate los pobres alemanes y belgas, lo mal que lo están pasando ahora con una cantidad mucho menor. Estamos trabajando para manejar con garantías inundaciones que tienen períodos de retorno de unos veinticinco o cincuenta años. Es evidente que si nos cae otra DANA con un retorno de cien o quinientos años… vamos a tener problemas.
Afortunadamente es muy improbable que nos vengan dos tan seguidas. Como te digo, no debería de ocurrir hasta dentro de un siglo o más. En cualquier caso, si nos volviera a caer una tan grande, los daños ahora serían menores.