Cada vez son más frecuentes en espacios públicos de todo tipo, pero el porcentaje de población que está preparado para usarlos sigue siendo preocupantemente bajo. Sobre todo, si tenemos en cuenta que las opciones de supervivencia de una persona en parada cardiorrespiratoria bajan de la mitad pasado el sexto minuto desde que el corazón entra en asistolia sin que se haya iniciado la reanimación cardiopulmonar (RCP). En otras palabras: más o menos, en el tiempo que usted habrá tardado en leer este artículo.
La supervivencia tras una parada baja del 50% a los seis minutos
Hablamos de los desfibriladores externos semiautomáticos (DESA), unos aparatos diseñados y pensados para que cualquier ciudadano, con unos mínimos conocimientos sobre RCP, pueda convertirse en el ángel de la guarda de aquel que tenga la mala fortuna de sufrir una interrupción brusca, inesperada y potencialmente reversible de la actividad mecánica del corazón y de la respiración espontánea, que es como los manuales de primeros auxilios definen una parada cardiorrespiratoria.
Y lo más importante de esa definición -nos explica Vicente Giner, experto formador en la materia- “es el punto en el que nos dice que es potencialmente reversible”. Para él, “el gran problema al que se enfrentan los servicios de emergencia es que, en muchísimos casos, la víctima no es atendida con una RCP básica desde el primer momento; cuando llegan, ya hay muy pocas posibilidades de revertir esa situación”.
Altea instala tres nuevos DESA y anuncia otros tantos para 2022
Espacios cardioprotegidos
Se trata, sin duda alguna, de un problema de formación. Sólo aquellos que muestran un interés personal por aprender unas nociones básicas de primeros auxilios acaban pasando por algún cursillo en el que aprenden “no tanto a salvar vidas, algo que sí es el caso cuando hablamos de paradas cardiorrespiratorias; sino a no empeorar las cosas hasta que llega la ayuda profesional. Muchas veces, lo más importante de estos cursos es aprender lo que no hay que hacer”, sentencia Giner.
Desde el pasado mes de julio en Altea hay tres nuevos DESA instalados en dependencias públicas. La Villa Blanca cuenta, en el apartado de la cardioprotección, con dos vehículos equipados en la Policía Local y seis puntos DESA ubicados en el Ayuntamiento, la oficina Tourist Info, la plaza de la Iglesia, el Centro Social, la extensión administrativa de Altea la Vella y la Ciudad Deportiva, espacios que suelen contar con gran afluencia de personas de manera diaria.
“Es una medida importante y necesaria, pero el problema de fondo sigue siendo el mismo: la falta de formación. El DESA es un elemento imprescindible ante ciertos tipos de paradas cardiorrespiratorias, pero no sustituye el resto de maniobras que componen una RCP y, por lo tanto, si no se conoce su uso, no sirve de nada”, se lamenta Giner.
La Policía Local tuvo que atender cuatro paradas cardiorrespiratorias durante el último año
Profesionales formados
Desde el área de Sanidad del ayuntamiento alteano, se ha querido destacar la inmediatez que ha permitido el hecho de que la Policía Local cuente con esos vehículos dotados con un DESA. Según sus datos, durante el último año agentes locales han sido los encargados de iniciar maniobras de RCP en cuatro ocasiones y, con el fin de mejorar su eficacia, han recibido recientemente “nueva formación en primeros auxilios junto a otros técnicos y operarios municipales”.
Sanidad, además, ya se ha avanzado que la Villa Blanca seguirá ampliando los puntos en los que la ciudadanía tendrá a su disposición un DESA. Así, para 2022 está prevista la llegada de estos dispositivos a la zona de Villa Gadea, la Casa de Cultura y el Centro Especializado de Atención al Mayor (CEAM).
Pero, como recuerda Vicente Giner, todo este esfuerzo sería baldío si la población no dispone de los conocimientos necesarios “para identificar una parada cardiorrespiratoria y conocer los pasos a seguir en ese momento. En muchos casos, no debemos olvidarlo, se pierde un tiempo precioso porque los testigos no saben identificar qué le está sucediendo a la víctima”.
Consejos básicos
Vicente Giner ha querido darnos unos consejos muy básicos para que todos seamos capaces de actuar con celeridad. “Lo primero es mantener la calma. Puede resultar obvio, pero ponernos nerviosos solo nos llevará a cometer errores. Para identificar una parada cardiorrespiratoria lo primero que tenemos que hacer es, con la persona tumbada boca arriba, comprobar si respira. Si no lo hace hay que avisar inmediatamente al 112”.
El experto en primeros auxilios insiste en que “debemos reprimir nuestro instinto de hacer algo sobre la víctima e invertir unos segundos en avisar a la ayuda especializada. Después de ello, hay que tratar de poner de nuevo en marcha el corazón con las compresiones torácicas y ventilando el cerebro insuflando aire en la víctima”.
Giner recuerda que “no es una maniobra complicada y es algo que se puede aprender en un cursillo de apenas un par de horas. El uso del DESA, insisto, es algo complementario y que sólo será necesario en algunos casos en los que, eso sí, resulta crucial. Por ello, mi recomendación es que todo el mundo se tome unas horas en aprender a hacer una RCP porque puede salvar una vida con ello”.