Entrevista > Tania Corbí / Terapeuta ocupacional y coordinadora de la asociación Naturapia Masphael de Alicante
Cuando a alguien le dicen que es un ‘burro’ todos sabemos que no le están dedicando un piropo. Sin embargo, las personas que trabajan junto a estos animales, históricamente empleados por los seres humanos como medio de carga y de transporte hasta hace poco más de cien años, saben que un burro es un animal noble, grato de tratar cuando se hace con mimo… y, en contra de lo que dice el tópico, fácil de educar.
Tania Corbí lo sabe bien. Terapeuta ocupacional, es además la coordinadora de la asociación alicantina Naturapia Masphael y una experta en la asnoterapia, la disciplina que aprovecha todo el potencial de los burros para apoyar a personas con necesidades especiales. En su última experiencia ha contado con la presencia de un grupo de alumnos y alumnas del grado de Terapia Ocupacional de la Universidad Miguel Hernández, a quienes después de lo aprendido seguro que no les molesta que les digamos que ya saben cómo… ‘hacer el burro’.
¿Qué es Naturapia Masphael?
Es una asociación sin ánimo de lucro que emplea la asnoterapia y la hortoterapia para mejorar la calidad de vida de colectivos con diversidad funcional o en desventaja social de la provincia de Alicante.
¿Cómo surgió?
Alicante cuenta con un movimiento asociativo creado alrededor de la diversidad funcional. Al ver esta realidad, a principios de 2014 otras personas y yo nos planteamos de qué manera podríamos ofrecer alguna alternativa terapéutica a estas familias, así que diseñamos un proyecto y sacamos adelante Naturapia Masphael.
¿Cómo se sostiene? ¿Qué ayudas recibe?
Nuestra asociación se sostiene, principalmente, de los ingresos procedentes de subvenciones y donaciones. En la actualidad estamos recibiendo muy pocas subvenciones, por lo que nuestros profesionales están trabajando de manera voluntaria.
«Con estas terapias se quiere conseguir una mayor independencia personal»
¿Qué terapias lleva a cabo la asociación?
La asnoterapia y la hortoterapia; la primera se centra en los burritos, y la segunda está vinculada a la naturaleza, a los huertos. Llevamos a cabo muchas actividades en campos como la reeducación pedagógica, la pedagogía terapéutica y la autonomía en la vida diaria.
Nos interesa, sobre todo, la mejora de los distintos aspectos del desarrollo del ser humano: los psicomotrices, los afectivo-relacionales, los comunicativos y los cognitivo-conceptuales. Es decir, una suma de factores que si se perfeccionan ayudan a tener una mayor independencia personal.
«Cualquiera puede beneficiarse de estas terapias, pero principalmente personas con diversidad funcional o en desventaja social»
¿Quiénes pueden beneficiarse de vuestras terapias y actividades?
En principio no le cerramos las puertas a nadie, pero estamos orientados sobre todo a colectivos con algún tipo de diversidad funcional, o que estén en alguna situación de desventaja social por la razón que sea. Nuestras actividades están pensadas para cualquier edad, desde los niños y niñas hasta las personas mayores.
¿Todas las terapias son iguales?
Claro que no. Cuando una persona o un grupo llega a nuestra asociación, lo primero que hacemos es una valoración individualizada de su situación y sus necesidades. A partir de este análisis, contando siempre con el usuario y su entorno familiar, nos planteamos unos objetivos de trabajo. Y luego toca diseñar y planificar el número de sesiones y de actividades que serán necesarias para llevarlos a cabo.
¿Por qué se está recurriendo a los burros para estas actividades?
El burro nos ofrece grandes ventajas y es un compañero ideal para las terapias: tiene un tamaño grande, pero no demasiado; su pelaje, incluso su calor corporal, aportan sensaciones de acogida y de confort.
Desde el punto de vista de su conducta, y pese a la fama de testarudo que le rodea, es un animal que reflexiona, es tranquilo y de ritmo lento; el burro es cauteloso, no huye, no se espanta. Es curioso por instinto y es un ser sociable, dócil, paciente y con buena memoria.
¿Qué es la asnoterapia y qué actividades se desarrollan con ella?
Pertenece al grupo de terapias asistidas con animales; es una alternativa que utiliza al asno como coterapeuta y se centra en técnicas adaptadas al usuario, siendo el burro el elemento motivador.
En la asociación tenemos un circuito de motricidad donde los usuarios, junto a los burritos, realizan diversas actividades en compañía de los terapeutas. Tenemos distintos espacios y estructuras, como por ejemplo arcos de colores, ruedas y piedras para saltos, un tubo de equilibrio, un laberinto, circuito en zigzag… todo esto nos permite trabajar los diferentes objetivos planteados, ya sean motores, cognitivos, sociales, etc.
¿Cómo reaccionan las personas al estar en presencia de los burros?
Tenemos usuarios o acompañantes que son personas mayores, y que en su juventud tuvieron uno o varios burros para las tareas del campo; para nosotros, además de disfrutar de sus historias, son un ejemplo al ver la soltura que demuestran. Recuerdo a un usuario del centro de día de mayores que venía cada semana y era capaz de manejarse hasta con el asno más nervioso, se hacía con él, lo sacaba a pasear…
La otra cara de la moneda son las personas que nunca han estado cerca de un animal tan grande: al principio se aproximan con nervios, inseguros, pero poco después, ¡incluso se los quieren llevar a su casa!
«Es emocionante el vínculo que se crea entre los burritos y las personas»
Tendréis miles y miles de anécdotas…
Verás: como los burritos son tan curiosos y les llaman la atención los colores vivos, más de una vez les hemos pillado mordisqueando los bolsos y las mochilas que han traído las familias. En una ocasión, un chico trajo un pantalón corto verde, muy llamativo, ¡y fue todo un éxito porque los burros iban todos tras él para ver a qué sabía! (Ríe).
También podemos contarte otras historias de amor: muchas personas mayores, y sobre todo los niños y las niñas, crean un vínculo muy bonito con los animales. Teníamos una burrita, Ela, que era muy especial y no se iba con todo el mundo, pero cuando venía una niña que se llamaba Sara se dejaba hacer todo lo que ella quisiera. Era muy bonito ver esa relación.