Entrevista > Isabel Puig / Profesora del Conservatorio de Música Ana María Sánchez de Elda
Madrileña de nacimiento y criada en Crevillent. Isabel María del Carmen Puig Martínez se inició en la música por su padre, un melómano declarado que la apuntó siendo niña a clases de piano y solfeo. De ahí fue a parar al Conservatorio Superior de Murcia, donde se instruyó como profesora.
Ya con diecisiete años estaba al frente de su propio coro, en una época donde no era nada habitual ver a mujeres directoras de formaciones musicales. En su haber tiene toda una vida profesional dedicada a la música coral, así como una treintena de premios internacionales, nacionales y regionales.
Actualmente vive siempre a caballo entre Elda y Crevillent, compaginando su trabajo como profesora de coro en el Conservatorio Ana María Sánchez con la dirección del Orfeón Crevillentino y de la Escuela Coral Crevillentina.
«Cantar llevando la mascarilla es muy problemático, no suena la voz igual»
En esta tierra todos somos amigos o conocemos a algún músico y sabemos lo mal que lo habéis pasado con las fiestas populares suspendidas desde 2020. ¿Qué tal está el sector?
La pandemia ha sido demoledora para todos los profesionales de la música, con la pequeña excepción de aquellos que tenemos la suerte de dedicarnos a la docencia. Yo, como soy profesora de conservatorio, afortunadamente no he dejado de trabajar.
Eso sí, te aseguro que se pasa muy mal cantando con mascarilla. No puedes emitir la voz igual, te cansas mucho más, no se entiende bien, te estás tragando todo el tiempo tu propio aliento… Es muy problemático. Todavía seguimos haciendo los ensayos con mascarilla, pero esperamos poder quitárnosla cuanto antes. Espero que cuando estemos todos vacunados haya una voluntad general por celebrar las fiestas populares canceladas y vayamos recuperando lo perdido.
«El año que viene haremos el doble de audiciones corales para compensar»
¿Qué tal ha ido el final de curso en el conservatorio? ¿Habéis podido hacer los exámenes presenciales?
En efecto, los exámenes han sido todos presenciales, aunque este año no hemos realizado audiciones corales de fin de curso porque había que hacerlas con mascarilla. Por eso decidimos que era mejor dejarlas para el año que viene, cuando esperamos hacer el doble para compensar.
Sí que se hizo una audición de banda y orquesta al aire libre en la plaza Castelar dirigida por María Pilar Vañó.
Vienes de una localidad con una tradición coral enorme, como es Crevillent. ¿En Elda también existe tanta devoción por ese tipo de música?
No tanto; Crevillent siempre ha sido la población de los coros. Pero bueno, yo estoy muy a gusto en el conservatorio de Elda. Llevo ya ocho cursos y es un centro nuevo donde se trabaja bien y que además tiene un equipo directivo muy involucrado. Ojalá me dejen quedarme aquí hasta que me jubile, porque no tengo mi plaza fija.
¿Cómo es posible?
Llevo veintitrés años trabajando como profesora de coro y orquesta en conservatorios de toda la Comunitat Valenciana y sigo sin plaza fija. Todo este tiempo he sido funcionaria interina en el cuerpo de profesores de música y escénicas de la Administración.
Me gustaría que los políticos consideraran que los interinos no somos un número, sino profesionales que en ocasiones tenemos una larga trayectoria detrás. No es de recibo que nos tengan tanto tiempo en fraude de ley hasta llegar a estas edades: me quedan pocos años para jubilarme y debo jugarme la plaza en una oposición donde la experiencia no me cuenta si no apruebo la primera fase.
Algunos interinos que llevaban veinte años ejerciendo han tenido que competir contra alumnos suyos mucho más jóvenes. Piden que estudiemos setenta temas mientras seguimos trabajando, y con las responsabilidades familiares que estas personas muchas veces aún no tienen. Es un sinsentido.
Históricamente los puestos de director de coros, bandas u orquestas siempre estaban ocupados por hombres. Parece que esto va cambiando, ¿no?
Te voy a contar una anécdota. Cuando quise estudiar dirección (era muy jovencita) intenté entrar en el conservatorio de Murcia. Sin embargo, me quedé sin ninguna de las tres plazas ofertadas porque todas fueron ocupadas por hombres. Curiosamente yo soy ahora directora, y de los que entraron tan solo uno ejerce hoy en día. Los otros dos se dedicaron a otros oficios, y a mí, que de verdad quería ser profesional, no me dejaron entrar. De hecho se me dijo que tenía que tirar por la carrera de piano porque dirigir era “cosa de hombres”.
Afortunadamente esto ha cambiado y ahora van saliendo cada vez más mujeres directoras; algunas incluso en grandes teatros de primera línea, cosa que antes era impensable. Aunque hacen falta muchas más, pues continúa habiendo bastantes más hombres. Quizás precisamente en dirección coral esté menos descompensado que en la de orquesta o banda.
«Gerardo Pérez Busquier fue muy querido por todo amante del canto coral»
Recientemente se cumplió un año del fallecimiento de Gerardo Pérez Busquier, músico eldense también bastante vinculado a la Coral Crevillentina. ¿Qué recuerdos tienes de él?
Para mí siempre será un maestro al que he admirado profundamente. Me ayudó muchísimo en mis primeros pinitos como directora. Aparte de su gran labor en la Coral Crevillentina también fue director de la Orquesta del Liceo de Barcelona y dirigió muchas óperas en Elda con grandes cantantes como Montserrat Caballé o Plácido Domingo.
Ha sido una persona muy querida por cualquier persona amante del canto coral. De hecho toda la directiva del Orfeón Crevillentino venimos a Elda para estar presentes en su homenaje.