Durante los últimos meses se han sucedido múltiples interacciones entre orcas y pequeñas embarcaciones a lo largo del estrecho de Gibraltar. De hecho estos encuentros han aumentado desde el pasado mes de marzo y han obligado al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana a limitar el paso de embarcaciones a vela inferiores a 15 metros de eslora entre Barbate y el cabo de Trafalgar con el objetivo de preservar la seguridad de los navegantes y el bienestar de la biodiversidad marina de la zona.
No es la primera vez que se dan este tipo de interacciones en las costas españolas, pues el litoral gallego también fue testigo de numerosas interacciones entre estos cetáceos y pequeñas embarcaciones en septiembre del año pasado. Sin embargo tampoco se trata de una situación normal. ¿Por qué las orcas persiguen en incluso chocan con las embarcaciones?
Juego, no ataques
Pilar Marcos, bióloga marina de Greenpeace España, explica las posibles razones que se barajan a la hora de explicar estas interacciones que en algunos casos pueden llegar a ser violentas debido al tamaño de los cetáceos. «Llamar “ataque” no sirve en biología marina. Estamos trabajando en diferentes hipótesis, la mayoría de los expertos coinciden en el juego, en el aprendizaje y en la caza en velocidad, de ahí que vayan a las palas de los timones de los barcos», apunta Marcos.
«Estamos tratando de buscar una explicación porque es una actitud bastante rara, pero no habría pasado en Galicia si fuese un tema de aguas muy concurridas. Aquí normalmente puede tener más relación con la entrada y salida del atún, que es de lo que suelen alimentarse. No es lógico, pero estamos hablando de más de un centenar de interacciones con embarcaciones», apunta Ricardo Aguilar, director de expediciones de Oceana en España.
Interacciones constantes
Por su parte, Pilar Marcos añade que aunque estos ataques no son normales, las orcas se encuentran en su hábitat natural y podrían estar movidas por el aprendizaje. «Compartimos medio marino con estos animales y las interacciones son constantes. Los pescadores a la piedra de atún rojo están interaccionando constantemente con las orcas en esta zona. En esta ocasión se cree que es una subpoblación de orca del Atlántico porque viven en unidades familiares muy concretas donde los juveniles aprenden a cazar de los mayores y donde interaccionan constantemente en el medio marino», recuerda la bióloga.
En cuanto a la seguridad de los navegantes, las autoridades han recomendado prudencia y el seguimiento de las recomendaciones de las autoridades costeras.
Desde Oceana recuerdan el carácter jovial de las orcas y su gran tamaño, haciendo especial hincapié en lo excepcional de estas interacciones en el medio salvaje. «Se sabe que en algunas ocasiones las orcas pueden interactuar con los humanos de diferentes maneras, puede ser un comportamiento agresivo porque están jugando. Se puede dar en caso de juveniles o en las temporadas de celo cuando los machos se ponen nerviosos, interactuando de manera más agresiva con otras orcas o con gente que pueda estar cerca», explica Aguilar.