El Archivo Municipal “Clara Campoamor” de Crevillente ha editado un nuevo número de la serie titulada Edificios Históricos de Crevillent, cuyo décimo número está dedicado a la Biblioteca Municipal.
En este número se aborda el origen y evolución del servicio cultural de la biblioteca, parte fundamental en la educación local que, en el caso de Crevillent, durante la dictadura de Primo de Rivera y a instancias de una de las asociaciones culturales locales denominada Liter Musaica, el Ayuntamiento acordó su creación el 17 de febrero de 1928.
La primera biblioteca municipal se instaló en la segunda planta del actual Ayuntamiento, recién adquirido cuatro años antes, en una sala habilitada al efecto que contó además, con donaciones particulares de los propios concejales y hasta del mismo alcalde.
Primeros actos
Seguidamente se creó una comisión de la Biblioteca Municipal que, entre otras cosas, era la encargada de celebrar el Día Internacional del Libro, conmemorado por primera vez en 1929.
No es hasta 1958 cuando la biblioteca queda integrada en el Servicio Nacional de Lectura del Ministerio de Educación Nacional, supeditada a la Dirección General de Archivos y Bibliotecas, y cuyo primer bibliotecario fue Marcial Pina Brotons, inaugurada en la Semana Santa de ese año por el alcalde, D. Francisco Candela, y el cura párroco D. Paco.
Traslado a nuevas dependencias
A los pocos años, la biblioteca quedó pequeña, aparte de la incomodidad compartir instalaciones con el Ayuntamiento, razón por la cual el Consistorio decidió su traslado al edificio actual, combinando un edificio moderno con uno histórico, como era el segundo lavadero público (ya en desuso), conservando su cubierta y en 1983, fue ampliado para una capacidad de 120 personas y 20.000 libros.
Finalmente, la nueva biblioteca fue inaugurada el 8 de abril de 1987 por el Presidente de la Diputación Provincial de Alicante, D. Antonio Fernández Valenzuela, y el alcalde, D. Francisco Llopis.
En la actualidad, la biblioteca municipal, próxima a celebrar su centenario, cumple su función cultural y además, recuerda a los crevillentinos y crevillentinas un inmueble histórico como fue el lavadero público, cuyo origen se remonta al siglo XVIII.