El ayuntamiento de Crevillent celebra sus 120 años. No nos referimos a la institución, sino al propio edificio donde se ubica. Se trata de uno de los inmuebles más característicos de nuestra localidad, pero en realidad no fue construido pensando en esta función.
Aprovechamos este aniversario para recordar la historia de nuestra actual casa consistorial. Unas cuantas décadas y reformas después, el edificio ha cambiado, al igual que el propio municipio, pero todavía mantiene muchos de sus aspectos originales y sigue siendo un referente de Crevillent.
La primera sede tuvo muchos fallos arquitectónicos y fue demolida
Primer ayuntamiento
Probablemente las primeras veladas donde los mandamases locales tomaban sus decisiones se celebraban en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Belén. Era costumbre en la antigüedad que las reuniones políticas tuvieran lugar en los templos religiosos, sobre todo en aquellos municipios que no tenían un edificio concreto para este fin.
Hacia mediados del siglo XIX los consejos municipales establecieron su sede en una casa particular, propiedad de un tal Jaime Davó. Dicho vecino no cedía su vivienda de forma altruista, sino que cobraba un alquiler de seiscientos reales anuales al ayuntamiento.
Sede catastrófica
Para acabar con esta precaria situación, el gobierno municipal aprobó la construcción de una ‘Casa de la Villa’ al costado del viejo castillo de Altamira y frente a la actual calle Primero de Mayo, que por aquel entonces era parte de la antigua carretera a Murcia. Es decir, bastante cerca de donde se ubica el ayuntamiento hoy en día.
Este nuevo edificio fue inaugurado en 1852. Sin embargo, la construcción fue realizada con enormes fallos arquitectónicos que aceleraron su deterioro.
Tan solo veinticinco años más tarde el techo ya presentaba un estado ruinoso, según un informe realizado por los propios funcionarios municipales. “(Esta situación) no dice nada a favor de los vecinos y del ayuntamiento que los representa. (Pedimos que) adopte una resolución disponiendo se lleven a cabo las obras necesarias”, solicitaron mediante una instancia.
Está inspirado en el modernismo catalán de Gaudí de finales del XIX
La vivienda de Pascual Mas
A comienzos del siglo XX, Pascual Mas Mas era uno de los personajes más influyentes de Crevillent. Fue un importante industrial textil que también hizo carrera política, llegando a ser presidente de la diputación provincial por el Partido Conservador. En el verano del pasado año le dedicamos un artículo en este periódico en conmemoración del 90 aniversario de su muerte.
El señor Mas quiso construirse una gran vivienda, en pleno centro de su pueblo natal, que estuviese acorde con la moda del momento. Para ello contrató a un arquitecto (probablemente el ilicitano Marceliano Coquillat Llofriu) amante del modernismo catalán, que estaba entonces en pleno auge gracias sobre todo a Antonio Gaudí.
El edificio se ubicó en la calle Alfonso XIII (hoy, Mayor) y las obras culminaron en 1901. Tenía incluso un huerto anexo con palmeras y otras plantaciones. También destacaban su escalera interior y su bóveda.
La compra a Pascual Mas costó 30.000 pesetas al Consejo Municipal
Cambio de sede consistorial
Dado a la rápida decadencia de la primera casa consistorial, el gobierno municipal determinó que era más factible construir un nuevo edificio que acometer las muchas reparaciones que necesitaba el viejo. Así pues, se aprobó en 1890 la edificación de un segundo ayuntamiento tan solo 38 años después de haber inaugurado el anterior.
Sin embargo, por falta de fondos nunca se llegó a acometer dicha obra. Mientras tanto, el inmueble original seguía deteriorándose, hasta el punto que los sucesivos alcaldes decidieron trasladar la caja fuerte con el tesoro municipal a otro lugar, por razones de seguridad, dado lo sencillo que resultaba entrar aquí a cualquier ladrón.
La situación era insostenible, así que finalmente se llegó a un acuerdo con Pascual Mas para comprarle su vivienda en la calle Alfonso XIII por 50.000 pesetas. La operación pudo firmarse gracias a la hipoteca concedida por la Caja de Ahorros y Socorros de Crevillent.
Reformas posteriores
En 1924 fue derrumbado el antiguo ayuntamiento y toda la corporación municipal se trasladó al nuevo. Solo tres años después, la hipoteca bancaria fue pagada en su totalidad y por tanto cancelada.
Casi un siglo ha pasado desde entonces, y el inmueble ha experimentado varias importantes reformas. Por ejemplo, hace años que se eliminaron las antiguas celdas donde encerraban a los arrestados por la Policía.
La fachada sigue siendo básicamente la original, que ahora suma ya 120 años mirando hacia la calle San Miguel… y hacia todos los crevillentinos. Sin duda, una de las joyas que más adornan el casco antiguo del municipio.