La percepción de la temperatura y el tacto son dos de las claves evolutivas de miles de especies de nuestro planeta y el ser humano no es una excepción. Nuestra relación con el entorno que nos rodea ha dictado nuestros patrones de comportamiento desde hace milenios y ha condicionado nuestras decisiones.
Sin embargo, notar frío, calor o la diferencia entre una superficie lisa y otra rugosa son sensaciones que damos por hecho en el día a día sin saber cómo se producen los impulsos nerviosos que nos permiten percibirlas. David Julius y Ardem Patapoutian han conseguido la solución a estas incógnitas, un esfuerzo que ha reconocido la Real Academia de las Ciencias de Suecia, en Estocolmo, galardonándoles con el Premio Nobel de Medicina o Fisiología de 2021.
«David Julius utilizó capsaicina, un compuesto irritante del chile picante que produce una sensación de quemazón, para identificar los sensores de los receptores nerviosos de nuestra piel que responden al calor», afirma la Real Academia de las Ciencias de Suecia en un comunicado. Del mismo modo, la entidad ha reconocido las investigaciones de Ardem Patapoutian al «utilizar células sensibles a la presión para descubrir una nueva clase de sensores que responden a los estímulos mecánicos en la piel y en los órganos internos».
Por lo tanto, el galardón premia unos descubrimientos que han abierto nuevas vías para la investigación y el entendimiento de cómo nuestro sistema nervioso siente el calor, el frío y los estímulos mecánicos. «Los galardonados identificaron los puntos críticos que faltaban en nuestro entendimiento de la compleja interacción entre nuestros sentidos y el entorno que nos rodea», añade la Academia.