Al margen de nuestro sistema solar, consistente en una estrella solitaria rodeada de 8 planetas, los astrónomos estiman que al menos la mitad de los sistemas estelares del universo conocido están conformados por dos o más estrellas relacionadas entre si por la acción de la gravedad. Y al igual que ocurre con nuestro sistema solar, muchos de estos sistemas múltiples estarían poblados por sus propios planetas.
Algunos ejemplos de ello podemos encontrarlos en los sistemas OGLE-2007-BLG-349, consistente en un par de enanas rojas y un planeta que gira alrededor de ellas; el sistema, Kepler-1647b, un gigante gaseoso que orbita alrededor de dos estrellas similares a nuestro sol; o TOI 1338 b, una supertierra que gira a la música de dos estrellas de diferente tamaño.
Todos estos sistemas tienen en común que giran alrededor de un sistema binario. Sin embargo en lo que podría ser un hallazgo sin precedentes de confirmarse las hipótesis, el poderoso telescopio ALMA – Atacama Large Millimeter / submillimeter Array- podría haberse topado con el primer sistema triple de estrellas orbitado por un planeta.
Este sistema estelar, conocido como GW Ori, estaría situado a unos 1.300 años de años luz, en la constelación de Orión, y la presencia de un planeta que gire alrededor de ellas parece haber sido delatada por un sistema de 3 anillos de polvo que, conocidos como discos protoplanetarios, son el lugar en el se gestan los planetas alrededor de sus estrellas.
Sin embargo, lo que verdaderamente llamó la atención de los científicos no fue el disco en sí mismo, si no una consistente brecha entre los 3 anillos observados, para cuya formación barajan en la actualidad diferentes hipótesis.
El planeta en sí no se puede ver, pero el hallazgo sugiere que se trata del primer planeta circuntriple jamás descubierto. «Es realmente emocionante porque hace que la teoría de la formación de planetas sea realmente sólida», añade Smallwood. «Podría significar que la formación de planetas es mucho más activa de lo que pensamos, lo cual resulta una idea muy seductora», sentencia mientras se mantiene a la espera junto a su equipo de que nuevas observaciones de ALMA en los próximos meses puedan proporcionar evidencia directa del fenómeno.