Entrevista > Guzmán Bernabéu Llácer / Presidente de la Asociación Cultural Modernista (Alcoy, 24-julio-1961)
La última edición de la Fira Modernista ha sido distinta, ha extendido sus actos a una semana completa y se ha visto obligada a cancelar algunos eventos en pro de la salud pública. Sin embargo, desde la Asociación Cultural Modernista han salido con las mismas o más ganas que en las ediciones anteriores, y preparan ya la de 2022.
¿De dónde surge esta pasión por el modernismo para encabezar una entidad de estas características?
Cuando empezó el tema de organizar la Fira Modernista, pertenecíamos a otra asociación. Mi mujer es modista y empezó a hacer los vestidos de muchas personas que iban a participar y empezó a querer salir ella también. Y poco a poco empezamos a tener inquietudes.
Yo quería profundizar en esa época, no solo vestirme. Creamos otra asociación y me presenté como candidato para presidirla. Nuestra primera salida fue en la II Fira Modernista, en 2019.
«Nuestra asociación pretende trabajar mucho la parte cultural de aquella época»
Pero en 2020 llega la pandemia…
Sí, fue un golpe, porque teníamos muchas ganas, pero nos tuvimos que reinventar. Nosotros ya teníamos claro que queríamos trabajar más la parte cultural y creamos una revista que hacemos dos veces al año. Y también lanzamos un streaming que emitimos cada quince días con temáticas muy variopintas.
¿Por qué es ese momento histórico tan importante para una ciudad como Alcoy?
El alcoyano siempre es muy sensible a todas las corrientes que llegan y pienso que en ese momento, cuando llegó esa corriente, Alcoy era una ciudad muy potente; la industria era brutal, la llamaban la ‘pequeña Barcelona’.
La Fira Modernista es mucho más que la representación de aquel momento histórico…
El alcalde de Terrassa nos lo dijo, que lo que ellos habían tardado años en conseguir nosotros lo habíamos hecho en apenas dos o tres años. Y esa localidad es el referente. Pero es que nosotros nunca nos disfrazamos, nosotros nos vestimos. También está la inventiva, no hay dos trajes iguales.
Y, aparte de esto, la importancia del impacto económico del que se habla poco; en el año 2019 fue de un millón de euros. Este año ha sido complicado por la circunstancia de los aforos y las medidas, y de hecho hemos tenido que adaptar algunos actos.
«El impacto económico en el año 2019 fue de un millón de euros»
¿Cómo se ha consolidado tanto la Fira Modernista?
Es sencillo, cualquier persona puede participar sin tener que gastar muchísimo dinero. Cualquiera se puede vestir, es decir hacerse un traje acorde a su posibilidad económica. Nuestra entidad es para ir un poco más allá, poder reunirte con otras personas, irte a ferias o eventos de otros sitios, a comidas o cenas o hacer turismo cultural.
Esto es lo que te ofrece una asociación, pero lo que es vestirte puedes hacerlo igual, ves los horarios de las actividades que son abiertas y acudes.
¿Qué cambios se han ido realizando desde la primera edición?
En la primera edición fueron principalmente cuatro entidades: las Amas de Casa, El Carrascal, la Asociación Española contra el Cáncer y la Asociación de Sant Jordi. Y a día de hoy son sesenta y cuatro entidades, que igual habría que elegir cuáles tienen más sentido. Y luego se baila mucho, que está bien aunque tampoco me gustaría que la Fira se convirtiera en algo solo para bailar, sino que entremos más en la parte cultural histórica.
Es decir, hacer exposiciones o conferencias, como las que hace el Centre Alcoià d’Estudis Històrics i Arqueològics (CAEHA). Creo que hay que sentarse a ver cómo se puede vehiculizar. Siempre se puede mejorar, nada es perfecto.
«Desde CAEHA nos ayudan a hacer las recreaciones históricas con rigurosidad»
¿Está representada toda la sociedad de esa época? ¿Ricos y pobres?
Cuando hablamos de modernismo pensamos que esto es vestirse de marqués y salir a pasear, y no, el modernismo es una época histórica de la que tenemos mucho que aprender. La Fira Modernista se basa en un personaje que propone la concejalía de Turismo y en teoría todos deberíamos hacer actividades entorno a ese personaje, pero a veces es complicado por los presupuestos de las entidades.
La propuesta de esta edición se cambió por las restricciones. Se quería incluso traer un cuadro de Madrid, pero se decidió dejar esto para otra edición. Este año la propuesta ha sido ‘La magia de Houdini’. Lo damos como bueno para que no se enfríe el tema, porque ahora lo que buscamos es que la gente puede volver a salir a la calle.
¿Se tienen en cuenta reivindicaciones de la época? ¿Cómo encajáis todas estas cosas? ¿Consultáis con historiadores?
De esto se encarga el Ayuntamiento. Cuando se ha hecho cualquier recreación, se busca la ayuda del CAEHA, que son los que nos basan históricamente. Cualquier entidad que quiere hacer una recreación se la consulta, la supervisan y ayudan, y así es muy fácil. Por ejemplo, los años que se han hecho manifestaciones, siempre hacen una conferencia para explicar el porqué de la reivindicación.