El complejo de Las Cigarreras ubicado en el barrio de San Antón, hoy utilizado para exposiciones, conciertos y otros eventos culturales, antaño fue una de las principales industrias de España. En sus mejores tiempos esta Fábrica de Tabacos llegó a albergar unos 5.500 trabajadores, en su inmensa mayoría mujeres. A esas féminas se las conocía popularmente como ‘las cigarreras’.
Más de una década después desde que la Tabacalera cesara definitivamente su actividad, un grupo de diez personas está tratando de ponerse en contacto con aquellas cigarreras que aún siguen vivas. Se trata del proyecto ‘Las Cigarreras de Alicante. Una historia viva hacia el presente’ que está financiado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Alicante y por el programa EDUSI de los Fondos FEDER europeos.
Proyecto para 2022
“Esta iniciativa nace a consecuencia de un proyecto previo de fotografía participativa que tiene como objetivo recuperar la historia de los barrios ubicados entre los Castillo de Santa Bárbara y San Fernando. Pronto nos dimos cuenta de que para entender la idiosincrasia de esta zona de Alicante, debíamos empezar por la antigua Tabacalera” nos comenta Lucía Morate, profesora de fotografía en la Universidad de Alicante (UA).
Por ello el grupo coordinado por Morate ya ha entrevistado a más de 15 cigarreras con el fin de editar un libro y un audiovisual dedicados a la Fábrica de Tabacos, que se publicarán a principios del 2022. Ambos productos serán de adquisición gratuita.
Los otros participantes de este proyecto son vecinos de la zona interesados en esta iniciativa para poner en valor el trabajo que realizaron aquellas mujeres pioneras. Ellos son Joaquín Andreu, Maike Sommer, Ester Andrés, Encarni Mora, Orquidia Azorín, Andrea Restrepo, Ángeles Gallego, Lola Miralles y Javier González.
A principios del siglo XX las cigarreras fundaron un sindicato propio llamado ‘La Feminista’
Su lucha obrera
La Fábrica de Tabaco comenzó a funcionar en 1801, construida en un edificio que hasta entonces había sido propiedad de la Santa Sede y tenía funciones de asilo para desamparados. La nueva industria contrató casi exclusivamente mujeres para realizar las tareas de fabricación de cigarros y derivados.
“En sus inicios estas cigarreras hacían turnos terribles de diez o doce horas. Algunas además venían andando desde Mutxamel, por lo que necesitaban otras dos horas para desplazarse” nos comentan en el grupo de trabajo.
Durante las siguientes décadas aquellas mujeres fueron las principales representantes del movimiento obrero en Alicante, pues en la ciudad no había ninguna otra industria con semejante volumen de trabajadores. Militaron en sindicatos y consiguieron, a través de muchas luchas, mejorar sus condiciones laborales.
“Cuando las cigarreras se ponían en huelga y quemaban las máquinas de la Tabacalera, todo el barrio de San Antón las apoyaba. Eran un referente para Alicante. Al principio trabajaban por nivel de producción y hasta que se muriesen. Con los años fueron consiguiendo sueldos fijos, turnos más razonables, la jubilación pagada, etc.” nos indican.
A lo largo de las décadas consiguieron grandes avances laborales como sueldos fijos, mejores jornadas o la jubilación
Independencia económica
Hacia 1916 algunas cigarreras alicantinas decidieron incluso fundar su propio sindicato llamado ‘La Feminista’, en una época en la que todavía apenas se utilizaba dicho término. En los años 30 abrieron una cooperativa financiada de sus bolsillos, en un edificio cercano, donde tenían un comedor, una guardería para sus hijos, una biblioteca, un teatro, etc.
“Las cigarreras consiguieron algo que hasta entonces era inaudito para las mujeres: Independencia económica. Muchas incluso tenían a maridos que no trabajaban y por tanto eran ellos quienes se encargaban de la cocina y las tareas domésticas. Eran vistas como unas grandes privilegiadas por el resto de las alicantinas” nos cuentan los encargados del proyecto.
«Las cigarreras fueron pioneras logrando independencia económica, algo que entonces no existía para las mujeres» L. Morate
Un trabajo muy duro
Aún así ser cigarrera no era ningún chollo pues suponía un trabajo muy duro. Durante su primer año en la Tabacalera cada mujer debía trabajar en el “devenao” (nombre popular del desvenado), lugar donde el intenso vapor húmedo necesario para tratar el tabaco les congelaba los huesos en invierno al tiempo que las asfixiaba en verano.
Incluso cuando al fin salían del “devenao”, les esperaban tareas de arduo desgaste físico propias de una fábrica con una mecanización muy arcaica en comparación a las industrias actuales.
“Cuando hemos hablado con ellas hemos percibido que todas arrastran todavía secuelas y lesiones en su cuerpo. Llegaban muy machacadas a la jubilación. Aún así, siempre nos dicen que para ellas trabajar en la Tabacalera fue como haber ganado la lotería. De hecho muchas eran cigarreras de segunda, tercera o cuarta generación” nos asegura Morate.
Buscando más cigarreras
El grupo encargado por este proyecto tiene previsto seguir entrevistando a cigarreras durante estos últimos meses de 2021. De momento ya han conversado con unas quince mujeres y han conseguido contactar con otras treinta, pero quieren todavía más. Así que piden a todas aquellas históricas trabajadoras que se pongan en contacto con ellos.
“Siempre iban todas a una. Las cigarreras se ayudaban continuamente cambiándose los turnos, llevando a hijos de las otras al médico, cuidando a los críos en la guardería, haciendo mercadillos de comida o ropa entre ellas. Ese espíritu sigue perdurando. La prueba es lo mucho que se emocionan todas cuando recuerdan aquellos años” nos asegura Lucía Morate.
Contacto para cigarreras
Email: sebuscancigarreras@gmail.com
Teléfono: 679 78 39 93