Más de la mitad de los habitantes censados -un porcentaje que aumentaría si tuviéramos en cuenta a los muchos residentes que no se han registrado- son de origen extranjero y con más de cien nacionalidades, conviviendo en sus poco más de veinte kilómetros cuadrados. L’Alfàs del Pi no es sólo un ejemplo de multiculturalidad, sino, sobre todo, de que la convivencia entre gentes de muy distinto origen no es ninguna utopía.
Para que esa realidad pueda darse, evidentemente, deben de confluir un gran número de factores que no siempre está en manos de la Administración o de los propios habitantes controlar, pero no es menos cierto que, por muy buenas que sean las cartas con las que toca jugar, la estrategia es fundamental.
Lo cierto es que L’Alfàs del Pi no cuenta con una población migrante que se haya visto obligada a trabajar en oficios penosos de los que, con demasiada frecuencia, se dice aquello tan simplón de que ‘los españoles no desean’. Los foráneos alfasinos son, sobre todo, personas de edad avanzada que han elegido ese rincón mediterráneo para pasar el otoño de sus vidas.
Proyectos vitales
No son los únicos, claro está. La pujante -con permiso de la pandemia- industria turística lleva décadas actuando como reclamo, y cada vez son más las parejas y familias jóvenes las que se instalan en territorio alfasino para iniciar su propio proyecto vital.
Muchos lo hacen poniendo en marcha sus propios negocios acudiendo al efecto llamada del auge del sector sociosanitario, ese que el propio municipio está intentando impulsar bajo el paraguas de su ‘Territorio Saludable’. Otros, como en tantos otros puntos de costa, lo hacen buscándose la vida en el vilipendiando sector servicios, ese que ha generado riqueza y bienestar para la localidad y la comarca desde mediados del siglo pasado.
En cualquier caso, todos ellos tienen una cosa en común: dejaron atrás su tierra, su cultura, sus costumbres y, en muchísimos casos, su entorno más cercano para dar el siempre complicado paso de empezar de cero en un entorno desconocido que, por buenas que sean las referencias, nunca está del todo claro si será el lugar adecuado.
El acto se celebrará en la pista multideporte y contará con la presencia de medio centenar de asociaciones
Beneficio mutuo
Para que todo eso funcione, es necesario conseguir esa cuadratura del círculo que se sustancia en un término tan fácil de conjugar como difícil de alcanzar: la integración. Es un camino bidireccional, porque es fundamental que el nuevo arribado sea capaz de zambullirse en los usos y costumbres locales; pero también lo es que el lugar al que llega tenga la sensibilidad de querer aprender y enriquecerse -y no necesariamente en lo crematístico- de lo que sus nuevos vecinos puedan aportar.
Para ello, hace ya casi tres lustros que L’Alfàs del Pi puso en marcha su ‘Día Internacional’, una jornada a medio camino entre la convivencia y la reivindicación de la cultura propia en la que los distintos colectivos de residentes tienen la opción de desempolvar sus trajes regionales, afinar sus instrumentos musicales o presumir de su gastronomía.
Una celebración que, hasta el año pasado, supuso una enorme fiesta que conseguía sacar a la calle a miles de alfasinos venidos de todo el globo, pero que la pandemia redujo en 2020 a un mero acto institucional -de los pocos que se celebraron, buen ejemplo de la importancia que se le da al evento en el municipio- y que, en 2021, aunque de nuevo en la calle, todavía estará lejos de ser la multitudinaria fiesta que fue y que, sin duda, volverá a ser.
«Nuestra intención es que, en el momento en el que se pueda, volvamos a ver un Día Internacional como el que todos recordamos» M. Mertens
En la senda del crecimiento
“Nuestra intención es que, en el momento en el que se pueda, volvamos a ver un Día Internacional como el que todos recordamos y como el que a todos nos gusta”, afirma Martine Mertens, concejala de Residentes Extranjeros.
Mientras eso sucede, “vamos a volver a hacer un acto más reducido. Será, eso sí, más grande que el del año pasado; pero consideramos que todavía no se dan las circunstancias idóneas para poder organizar un evento de miles de personas. La pandemia todavía sigue aquí y tenemos que ser responsables”, asegura.
Por todo ello, el próximo 17 de octubre el Día Internacional de L’Alfàs del Pi, que celebrará su decimocuarta edición, saldrá del auditorio de la Casa de Cultura, donde hubo de celebrarse en 2020, y regresará al Polideportivo Municipal; aunque en esta ocasión limitado a la pista polideportiva.
Tras verse reducido a un acto institucional en el año 2020, la música y los bailes serán los protagonistas este 2021
Música y baile, protagonistas
En la que todos esperan que sea la última edición con restricciones, Mertens explica que “vamos a recuperar una tradición muy bonita que es la de las actuaciones de música y baile”. Así, el Ayuntamiento ha cursado invitación a “medio centenar de asociaciones de residentes. De ellas, podrán acudir cuatro representantes a modo de ‘embajadores’ de sus colectivos”.
Estos asistentes podrán disfrutar de “las actuaciones que van a realizar diez grupos. Todos ellos formados por personas de nuestras asociaciones de residentes”, explica la edi alfasina.