Entrevista > José Antonio Tomás / Vocal de vela del C.N. Dehesa de Campoamor (Murcia, 3-enero-1945)
A la vela, como les sucede a otras actividades como el tenis o el golf, le ha acompañado siempre el sambenito de ser un deporte elitista. Esto, que pudo tener cierto sentido hace ya muchas décadas, dejó de ser una realidad gracias al trabajo de entidades como el Club Náutico Dehesa de Campoamor y personas como su vocal de vela, José Antonio Tomás, que han dedicado buena parte de su vida a universalizar el acceso al mismo.
Muchos municipios costeros de nuestra provincia le dieron, durante los años de desarrollo turístico, la espalda al mar. ¿Eso sucedió también en Orihuela?
Así es. Hubo una época en la que la costa se veía únicamente como un recurso turístico. Se venía a la playa sólo para tomar el sol y bañarse. Eso, por fortuna, fue cambiando poco a poco y aquellas mismas personas fueron dándose cuenta de que se podían hacer muchas más cosas en el mar y fueron demandando nuevas actividades.
«Hubo una época en la que la costa se veía únicamente como un recurso turístico. Se venía a la playa sólo para tomar el sol y bañarse»
Algo que, supongo, incluyó mucho en la creación del propio Club Náutico Dehesa de Campoamor.
Efectivamente, en el año 1973 se fundó el Club Náutico Dehesa de Campoamor, en parte, como respuesta a esas demandas. Desde el principio, nos enfocamos mucho en el mundo de la vela como una opción de ocio deportivo.
Todo ello provocó que la gente se fuera acercando de nuevo al mar y conociendo el deporte de la vela que, hoy en día, destaca por ser una actividad sostenible medioambientalmente.
Todo ese proceso, aunque lo ha resumido rápidamente, se habrá prolongado durante un largo periodo de tiempo.
Sí. De hecho, no fue hasta hace unos quince años cuando inicié el proceso para que la Federación de Vela de la Comunitat Valenciana homologara al Club Náutico Dehesa de Campoamor. Es a partir de ese momento cuando se compran los primeros barcos. Empezamos con los Óptimist, que son la principal flota que tenemos. Más tarde llegaron los barcos de grupo, que nos permiten dar clase a ocho niños con un monitor.
Después llegaron los Láser, se nombró un director de la Escuela de Vela y hoy en día contamos con seis monitores durante los meses verano que, durante el invierno, aunque sigue funcionando, se reduce ligeramente.
¿Con la vista puesta en la competición?
Actualmente tenemos un equipo de regatas que está consiguiendo subir en los ranking, habiendo llegado ya a competir en los campeonatos de España. Este equipo entrena durante los doce meses del año. En invierno se trabaja los fines de semana gracias, y así quiero reconocerlo, al gran sacrificio que hacen los padres de traer a sus hijos a la Escuela todos los sábados y domingos.
«Actualmente tenemos un equipo de regatas que está consiguiendo subir en el ranking, habiendo llegado ya a competir en los campeonatos de España»
La vela siempre ha tenido una imagen social de deporte elitista y, por lo tanto, no al alcance de todos los bolsillos. ¿Eso es así? ¿Cree que esa circunstancia ha provocado que mucha gente ni llegue a plantearse la vela como una opción para sus hijos?
Eso es absolutamente cierto. Al principio esa imagen sí podía tener cierto fundamento. No tanto por el deporte en sí, sino por el coste que conlleva tener y mantener un barco. Además, se da la circunstancia de que hay que vivir relativamente cerca de una zona costera para tener acceso a este deporte.
Sin embargo, hoy en día eso ya no es una realidad. Todo ha cambiado mucho y la vela es ahora, gracias a las escuelas de los clubs náuticos, un deporte al alcance de cualquier clase social.
Más allá de las propias técnicas de navegación y regatear, ¿cuáles son los principales beneficios que aporta el deporte de la vela a los más jóvenes?
Una de las principales enseñanzas que transmite este deporte es la de potenciar su propia responsabilidad. Cuando están en el agua con un barco pequeño y ven olas por todos lados, tienen que saber tomar sus propias decisiones para que el barco ande lo más rápido sin ponerse en peligro.
Así mismo, les inculcamos un enorme espíritu de respeto por el ambiente marino. La vela es un deporte, como he dicho antes, con un claro componente medioambiental.
«Este mes de octubre, además, organizamos el Campeonato Autonómico de la clase Óptimist»
¿Cuáles son sus objetivos a corto plazo?
Queremos seguir mejorando en los distintos campeonatos en los que vamos participando. Este mes de octubre, además, organizamos el Campeonato Autonómico de la clase Óptimist, donde estarán nuestros regatistas con los que esperamos poder estar en los puestos altos de las clasificaciones.
Aprovechando la ‘resaca’ olímpica de Tokio, ¿cree que Orihuela y la Vega Baja puede soñar con tener algún representante en la vela de París 2024 o Los Ángeles 2028?
(Ríe) ¡Todo depende de las ayudas que las administraciones aporten a nuestro Club Náutico! Hay que tener en cuenta que mantener un equipo de regatas cuesta un dinero, y si queremos tener grandes logros todos tenemos que ayudar en ese objetivo.