El alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón, y el concejal de Cultura, Antonio Quesada, inauguraron en la Plaza de Encarnación Puchol de La Mata, el monolito sobre la recreación del cortijo y torre de La Mata.
Para llevar a cabo esta actuación el equipo que lo ha llevado a cabo ha trabajado con un plano de las salinas de Orihuela y La Mata de 1692 del Archivo de la Corona de Aragón, en la que se representa el alzado del cortijo y torre, así como con un plano de la salina de La Mata de 1713 del Archivo General de Simancas, en el que se representa la planta y distribución del cortijo y torre.
Este cortijo servía de morada para el administrador de las Salinas, administrativos, trabajadores y soldados que realizaban y controlaban el embarque de la sal en la era.
En el mosaico se representa, «a vista de pájaro», todo el complejo desde el lado oeste, llegando por el camino que los carreteros hacían con la sal desde la laguna hasta la era. En el grabado se aprecia con detalle el sistema de embarque por el embarcadero a través de embarcaciones de pequeño porte que iban trasladando su carga a los barcos fondeados frente al embarcadero.
Asimismo, aparece una pequeña torre en la era, que según los planos que se conservan fue rectangular hasta mediados del siglo XVIII y se utilizaba como oficina y almacén del fiel de cuentas y que, tras unas obras posteriores, se construyó en forma de torre como la existente en la actualidad.
Tras el derrumbe de la torre del cortijo en el terremoto de 1802, esta pequeña edificación quedó como la torre de La Mata.
En el grabado del mosaico el autor simboliza en los laterales los productos típicos de la zona, así como las actividades industriales del momento. Como detalles, el embarcadero antiguo a la izquierda y el lentisco a la derecha.
Por último, cabe destacar que esta actuación de la recreación del cortijo y torre de La Mata debe ser el principio para continuar con otras que vayan poniendo en valor los elementos significativos del patrimonio cultural de Torrevieja (algunos desconocidos) como las torres de vigilancia para evitar el robo de la sal en la laguna de La Mata (1750), continuar con las sendas del amojonamiento de 1763, la recreación de los establos en donde permanecían los carreteros y animales, y la factoría de la sal de época romana dentro de la laguna.