El 28 de agosto de 1921 España y el mundo eran un lugar muy distinto al que es ahora. Se acababa de consumar el Desastre de Annual, un evento que, a la larga, tendría importantes y graves consecuencias para el reinado de Alfonso XIII y para la propia historia del país.
Poco antes, el 13 de abril, se había fundado el Partido Comunista Obrero Español, que tuvo una efímera existencia de apenas medio año para dar paso, ya en noviembre, al PCE. Mucho más al norte, en Alemania, Adolf Hitler se convertía en el líder del Partido Nazi.
Los terrenos para su construcción fueron donados por el empresario Francisco Laporta
Inauguración
El fútbol, hoy deporte de masas de alcance global, comenzaba, todavía torpe, a ganar adeptos. En Buenos Aires la albiceleste se llevaba su primera Copa América tras haber llegado a la final en tres de sus cuatro ediciones anteriores. En España, el Sport Friends se convertía en el Deportivo Alavés.
Aquella fecha del año 1921 dejó también una importante efeméride para la ciudad de Alcoy ya que fue el día en el que se inauguró el campo de El Collao, estadio en el que el equipo de la ciudad, el Alcoyano -fundado el 11 de septiembre de 1929-, ha jugado sus partidos como local.
Mano de obra militar
Antes de que el ‘once’ con más moral de todo el balompié patrio saltara por primera vez a ese terreno de juego, el conjunto que arrastraba a los habitantes de Alcoy hasta su flamante El Collao era el Real Alcodiam Deportivo, equipo precursor del actual.
Para poder darle un hogar al club, fue el industrial Francisco Laporta Boronat el que decidió ceder, de forma desinteresada, unos terrenos de su propiedad para levantar el nuevo estadio. Conseguida la ubicación, sólo faltaba empezar a levantar la edificación y, también en ese ámbito, las cosas salieron muy bien de precio para los aficionados locales.
Por aquel entonces, el 21 Regimiento de Infantería Vizcaya estaba ubicado en el centro mismo de la ciudad y fueron los militares los que, sin que aquello supusiera coste alguno, prepararon los terrenos para que unas semanas más tardes los obreros pudieran comenzar su trabajo. Para ello, y gracias a las gestiones del coronel Ramón García-Reguera, doscientos soldados aplanaron y adecuaron el terreno que debía ver levantar El Collao.
El quinto más antiguo
Por aquel entonces, llegar a pensar siquiera que el fútbol se convertiría en el gran negocio que es hoy en día era, sencillamente, una quimera. Buena prueba de ello es que, ahora que cumple cien años, El Collao es únicamente el quinto estadio más antiguo de España superado sólo por El Molinón (Gijón), El Rubial (Águilas), El Camp d’Esports de Lleida y La Murta (Xàtiva).
Dentro de no muchos meses asistiremos a la gran inauguración del renovado y futurista estadio Santiago Bernabéu (veremos si con algún ‘apellido’ comercial más que amortice la inversión realizada) y, seguramente, lo haremos viendo un espectáculo acorde a los tiempos actuales. En cierta medida, aquello también sucedió en aquel Alcoy de 1921.
El césped de El Collao acogió su primer partido el día 28 de agosto de 1921
Ceremonia de apertura
La ceremonia de apertura de El Collao arrancó con un festival benéfico destinado a los soldados alcoyanos heridos en la ya larga y desastrosa Guerra del Rif, que llevaba ya una década librándose en el norte de África y a la que todavía le quedaban seis años más de batallas.
El espectáculo musical lo pusieron las bandas de música del Regimiento Vizcaya y de la Cruz Roja y el fútbol, que quizás era lo menos importante ese día -como lo será el día que Florentino Pérez estrene su obra cumbre- corrió a cargo de una selección local y los militares del Regimiento Vizcaya.
Sus mejores días los vivió en la década de los 40, cuando el Alcoyano disputó varias temporadas en Primera
Estadio de Primera
Unos años más tarde, el 11 de septiembre de 1929, el recién fundado Club Deportivo Alcoyano se inscribió en la Federación Murciana de Fútbol y comenzó una andadura que, tras verse interrumpida por la Guerra Civil, acabaría por llevarle hasta la Primera División en la temporada 1945/46.
Aquellos fueron los años dorados de un equipo que, según algunos -existen otras teorías-, forjó entonces su fama de conjunto con gran moral. El Alcoyano se convirtió entonces en lo que, en el argot futbolero, se conoce como un equipo ascensor.
Su experiencia de debut en Primera se saldó con un descenso para regresar a la máxima categoría en la campaña 1947/48, temporada en la que se convirtió en uno de los primeros equipos de España en tener autobús propio. Tras varios ascensos y descensos, 1951 marcó el que, hasta ahora, ha sido el final del Alcoyano y de El Collao como equipo y estadio de la máxima categoría.