Entrevista > Asunción Villagrasa / Presidenta de la Coral Levantina ‘Antonio Espinosa’ (Redován, 12-diciembre-1947)
La Coral Levantina tiene nueva presidenta. Se trata de Asunción Villagrasa Martínez, esposa de Manuel Martínez Monera quiera fuera uno de los coristas fundadores. Una mujer que trabajó como cocinera durante muchos años, hasta su jubilación, en el colegio público Ramón Cuesta.
Hablamos con Asunción sobre esta histórica coral, una de las agrupaciones santapoleras más antiguas que aún continúan vigentes. Muchos años dando la nota desde que Antonio Espinosa Bonmatí la fundara allá por 1975, y lo que todavía les queda a estos grandes amantes del canto.
¿Cómo te metiste en la Coral Levantina?
Pues yo fui una de las fundadoras junto a mi marido, pero al principio asumí más un rol de animadora que de corista. Por aquel entonces teníamos cuatro niños pequeños y no podíamos dejarlos solos, así que me tocaba a mi quedarme con ellos.
Luego, unos dos años más tarde, ya pude ir empezando a participar en el coro, sobre todo conforme mis hijos se iban haciendo mayores.
¿Cómo recuerdas aquellos inicios de la Coral? Dicen que fue toda una revolución musical para el pueblo.
Totalmente. Para todos fue una ilusión muy grande, y a pesar de que éramos muchísimos miembros siempre nos sentíamos como una gran familia. Además, Antonio Espinosa como director era muy cuidadoso de que hubiera gente joven.
De hecho, cuando terminábamos de ensayar los que éramos más adultos acompañábamos a los niños hasta sus casas para que no se fueran solos. Cada uno llevábamos a unos cuantos. Lo dicho, una familia.
«Nuestro primer concierto fue una Serenata a la Virgen de Loreto en 1975»
¿Recuerdas el primer concierto?
Sí, fue nuestra primera Serenata a la Virgen de Loreto, un 7 de septiembre de 1975 en el Castillo-Fortaleza. El maestro Espinosa se empeñó en que el primero debía ser dedicado a la patrona. Yo todavía no estaba en el coro, pero mi marido sí que actúo aquel día.
En aquellos primeros años hacíais muchos conciertos junto a la Banda Unió Musical, ¿no?
Es que fue el propio maestro Espinosa quien la fundó a raíz de la Coral. Así que muchas veces actuamos orquesta y coro conjuntamente. Recuerdo un gran concierto en el que interpretamos los Carmina Burana, y muchas otras actuaciones muy bonitas.
¿No deberían recuperarse aquellos grandes conciertos conjuntos de la Coral Levantina con la Banda Unió Musical?
Claro, nosotros estamos abiertos a todo. Si ellos deciden hacerlo y nos piden colaboración, ya te digo que por nuestra parte estaremos encantadísimos.
«Cuando empezamos actuamos en muchos pueblos, pero ahora todos tienen ya su propia coral»
Después de aquellos grandes primeros años, vinieron algunas etapas más flojas…
Lo que ocurrió es que fue pasando el tiempo y algunos de los fundadores originarios se hicieron mayores y se fueron cansando. Al mismo tiempo los más jóvenes empezaron a trabajar o estudiar y tuvimos que pasar los ensayos a la noche, lo cual también desmotivó a algunas personas. De hecho varios mayores que no querían acostarse tan tarde fundaron la Coral de la Tercera Edad, que ensaya por la mañana.
Esta situación continúa siendo igual, nosotros ahora ensayamos los lunes y los miércoles a las 21:30 horas en el Centro Cívico. Incluso la propia directora Gloria Bercial Climent también trabaja por el día, es profesora de instituto. Así que no podemos hacerlo más pronto.
Yo desde luego nunca dejé la Coral, quizás durante algunas épocas por circunstancias personales he estado más ausente, pero aquí he seguido y sigo.
¿Cómo dirías que ha evolucionado vuestro estilo en estas más de cuatro décadas?
Bien, nos hemos ido acoplando a la vida moderna. En realidad lo que hemos hecho es adaptarnos a los distintos maestros directores que han pasado por la Coral, pues cada uno tiene su propio estilo. Incluso siendo las mismas canciones, no suenan igual dependiendo de quién las dirige.
Y si hablamos de géneros musicales, pues en gran parte seguimos cantando los mismos: zarzuela, réquiem, música moderna, etc. La verdad es que no tenemos una especialidad concreta, somos capaces de cantarlo todo (risas). Lo que nos diga el director, pues para adelante.
Supongo que con la pandemia tuvisteis que suspender los ensayos, ya no digo los conciertos.
Ahí desapareció todo. Hasta el pasado mayo no pudimos volver a juntarnos. Durante algunos meses estuvimos ensayando en el Castillo, por ser un sitio al aire libre. Por supuesto separados entre nosotros, con la pertinente distancia social. La verdad es que teníamos muchas ganas, estuvimos más de un año parados.
«Hemos incrementado el número de coristas respecto a antes de la pandemia. Tenemos gente de todas las edades»
Vuestro primer concierto postpandémico fue la misa y Serenata a la Virgen de Loreto este pasado septiembre. Imagino que sería muy emocionante para todos vosotros.
Por supuesto. Aunque como estábamos cantando con las mascarillas puestas a lo mejor no se nos notó mucho la emoción en las caras (risas). Pero imagínate las ganas, después de tanto tiempo sin cantar…
¿Qué tal es eso de cantar con mascarilla?
Pues muy pesado, está claro que cuesta un poquito más. Pero bueno, al final a todo te acostumbras en esta vida.
Lleváis ya dos años seguidos sin poder procesionar por las Fiestas Patronales. ¿Crees que al año que viene se debería hacer algo especial por ser el regreso?
Pues… no sabría decirte. Sinceramente creo que con que nos dejen salir en procesión y cantar ya tenemos bastante. Estaremos contentos con lo que haya.
¿Ha bajado el número de miembros desde la pandemia?
La verdad es que no. Al principio a alguno le costó regresar, pero luego todos se fueron animando. Seguimos los mismos e incluso se han incorporado algunos jóvenes, como dos de las niñas que cantaban en la antigua coral infantil que dirigía Antonio Espinosa. Ahora mismo debemos ser unos 40 o 45 miembros.
«El 2 de enero haremos el clásico concierto de villancicos en la Casa de la Cultura»
¿Os gustaría ser más miembros?
Sin lugar a dudas. Aprovecho para animar a la gente que se apunte a la Coral Levantina y venga a cantar. De verdad que nos lo pasamos muy bien. Como te decía antes, somos como una familia. Lo seguimos siendo después de tantos años. Y tenemos gente de todas las edades.
También debo dejar claro que para formar parte de nuestra coral se ha de tener una afición grande porque es una obligación más que nos ponemos en la vida. Yo estoy jubilada, pero muchos coristas trabajan y/o estudian. Algunos miembros incluso vienen a los ensayos directamente tras salir del gimnasio, que ahora está tan de moda (risas).
¿No os planteáis volver a recuperar la coral infantil?
Es que aquello fue un proyecto totalmente personal de Antonio Espinosa. Digamos que nació y murió con él. Lo cierto es que era muy agradable para nosotros, porque venía a los ensayos con los niños y cantábamos todos juntos, los nenes con los grandes. Pero realmente la Coral Levantina como tal nunca ha tenido una coral infantil, nosotros no teníamos nada que ver en su organización.
¿Qué próximas actuaciones tenéis programadas?
El 2 de enero tenemos un concierto de villancicos en la Casa de la Cultura, como todas las Navidades. Además hacia enero o febrero nos han pedido que hagamos un concierto benéfico en el mismo lugar para enfermos de alzhéimer, estamos esperando a que nos confirmen la fecha. Aquí cantaremos zarzuelas, canciones populares y alguna polifónica. Luego para Semana Santa haremos también el réquiem.
«Por culpa de la pandemia estuvimos más de un año sin tan siquiera poder juntarnos para ensayar»
Supongo que conforme se vaya pasando la pandemia os irán saliendo más actuaciones…
Eso esperamos nosotros también. De todas formas tengo que admitirte que esto ya no funciona como antes. Cuando la Coral Levantina comenzó en los años 70 éramos la única en toda la zona y nos llamaban de muchos pueblos para actuar. Ahora en cada municipio hay una coral o varias, así que el pastel se reparte más. Te confieso que echo de menos aquella época en la que salíamos tanto de Santa Pola.
Y eso que nosotros no cobramos por concierto. Todo el dinero que tenemos lo recibimos de subvenciones, y básicamente lo gastamos en pagarle unos honorarios a la directora.
Después de media vida en la Coral Levantina, ¿por qué decidiste ahora dar el paso de ser su presidenta?
Pues básicamente porque nadie más quiere (risas). Tiene que haber una presidenta y figuro yo, pero realmente todos los miembros somos iguales. A la hora de trabajar, todo el mundo lo hace y vamos todos a una. Aunque sea yo quien pone la cara.
El año que viene por estas fechas se cumplirá el quinto aniversario del fallecimiento de vuestro fundador, Antonio Espinosa. ¿Tenéis pensado algo especial como homenaje?
Todavía no lo hemos debatido. Por supuesto ya hablaremos al respecto, pero aún queda bastante tiempo por delante.