El pasado 28 de octubre se celebró un gran homenaje a la figura de Manuel Menargues Vicens, quien fuera alcalde electo democráticamente en Crevillent tras las elecciones municipales celebradas en 1931, que dieron lugar a la proclamación de la Segunda República.
El acto, organizado en la Casa de la Cultura, contó con la presencia de Carmen Menargues, la única hija todavía viva de los seis que tuvo. Precisamente ese mismo día se cumplían 80 años desde que el mencionado homenajeado fuera fusilado por la Dictadura Franquista.
Homenaje a su memoria
Durante este sentido homenaje se anunció además que Manuel Menargues tendrá una calle en su municipio natal. También se pudo visionar un documental sobre su vida.
Asistió al acto Rosa Pérez; consellera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática. «Muchas mujeres y hombres durante mucho tiempo solo han tenido el olvido. Ellos merecen un reconocimiento que ahora llega y que continuará porque es nuestra voluntad firme revertir los costes de esta desmemoria histórica”, declaró para cerrar el evento.
«Mi padre fue muy buena persona. Ayudó a crevillentinos tanto de izquierdas como de derechas» C. Menargues
El primer alcalde republicano
Manuel Menargues nació el 18 de septiembre de 1891, hijo de unos panaderos crevillentinos. Luego se casó con su novia Dolores, pasando a trabajar en la fábrica textil que regentaba su suegro.
En las citadas elecciones municipales de 1931 fue el candidato del PSOE en Crevillent, logrando ser el más votado. Por ello se convirtió en el primer alcalde de la recién proclamada Segunda República.
De su breve mandato, de apenas tres años, se recuerda especialmente el nuevo sistema de extracción de agua que diseñó, la mejora del alumbrado público, la urbanización de la plaza de la Constitución, la renovación del alcantarillado, la creación de un campamento infantil para que los niños pudieran veranear en la Playa de El Pinet o la plantación de higueras en la Sierra.
En abril de 1934 Menargues fue destituido como alcalde en una polémica decisión tomada por el gobernador civil, quien le culpabilizó de unos disturbios ocurridos en el pueblo que dieron lugar a dos fallecidos. Como sustituto el gobernador nombró a un compañero de su propia formación política (el Partido Republicano Radical), quien asumió el cargo sin ni siquiera haber sido votado.
Precisamente en este año nació su sexta y última hija, Carmen. “Recuerdo como si fuera ayer cuando me llevaba en brazos paseando por la calle. Era un padre muy consentidor con sus niños” nos relata.
En octubre se cumplieron 80 años de la ejecución de Manuel Menargues por el régimen franquista
Huída y encarcelamiento
Antes de la guerra Menargues volvió a ser alcalde brevemente y luego concejal. Trató de conseguir inversiones en el extranjero que ayudaran a la precaria situación en la que había quedado la industria textil crevillentina, e incluso llegó a trasladarse a Brasil.
En los últimos compases de la guerra, cuando las tropas franquistas ya estaban a punto de tomar la provincia, se marchó a Alicante para escapar al extranjero consciente de que sufriría represión en el nuevo régimen por sus ideas políticas. Embarcó en el buque británico Stanbrook, uno de los últimos barcos que partieron de suelo republicano con más de 2.800 refugiados a bordo en dirección a Orán.
En Argelia se reencontró con varios compañeros socialistas, quienes le prometieron que podría empezar una nueva vida en Tánger reuniéndose con su familia y trabajando como panadero. Sin embargo resultó ser una trampa de la Gestapo (la policía secreta nazi) y fue apresado. Por tanto Menargues acabó siendo repatriado a España y encarcelado en la prisión de Alicante, donde coincidió con Miguel Hernández.
“Fui con mi madre varias veces a la cárcel para visitarle. Un 24 de septiembre, Día de la Merced, fue la última vez que le vi. Me tuvo un rato en sus brazos y después me regaló una muñeca que había hecho con varios trapos en la prisión. Yo tenía siete años” nos cuenta Carmen.
Fue alcalde durante tres años en la década de los 30
Asesinado pero no olvidado
Al mes siguiente, el 28 de octubre de 1941, Manuel Menargues fue fusilado tras haber sido condenado a pena de muerte por un consejo de guerra.
“Mi madre tardó mucho tiempo en recuperarse, estuvo enferma durante años. La familia nos quedamos en una situación bastante precaria y algunos que pensábamos que eran amigos nuestros en Crevillent tampoco nos ayudaron demasiado. Tuvimos que vender tierras, telares y otros objetos para sobrevivir” nos recuerda su hija.
Carmen Menargues acabó abriendo un bar con su esposo y tuvo cuatro hijos. Uno de ellos, también se llama Manuel. “Después de tantos años es muy satisfactorio para nosotros que por fin se haga un poco de justicia histórica hacia su persona” nos indica éste último. Su primo Josep Menargues, también nieto del homenajeado, fue el encargado de recoger la placa en manos del actual alcalde José Manuel Menargues.
“Yo apenas tengo recuerdos suyos porque lo mataron siendo yo todavía muy niña, pero sí puedo asegurar que era muy buena persona. Mi padre ayudó tanto a gente de izquierdas como de derechas, eso le daba igual. Hizo mucho bien por el pueblo” nos asegura