Sabemos que a lo largo de la historia, por desgracia, por convicción y por diversas razones más, muchas personas han estado días y días sin alimentarse. Ya sea por extrema pobreza, como consecuencia secundaria de conflictos bélicos o para defender algún ideal en una huelga de hambre, millones de personas han perdido la vida, a lo largo de la historia, luego de estar sin comer durante determinados períodos de tiempo.
No obstante, en casos excepcionales, muchos otros han sobrevivido durante extensos periodos sin ingerir prácticamente nada. Veamos qué dicen los expertos al respecto, cuánto es ese período y cómo reacciona el cuerpo ante la falta de alimentación.
En las noticias internacionales uno cada tanto puede encontrarse con información sorprendente relacionada con la cuestión. Por ejemplo, en el 2012, Rita Chrétien, una mujer canadiense de 59 años que se encontraba de viaje hacia Las Vegas, se perdió tras una falla en su sistema GPS y quedó atascada en la nieve, junto a su camioneta en el medio de la nada. Cuando la encontraron, 48 días después, la mujer estaba prácticamente muerta y había perdido casi 15 kilogramos luego de estar prácticamente 7 semanas alimentándose únicamente de una mezcla de escasos frutos secos, caramelos y agua de un arroyo.
Un caso similar ocurrió en Suecia, donde Peter Skyllberg de 44 años quedó atrapado en una zona desierta sobre las gélidas tierras del norte, dentro de su auto y a una temperatura de -30° C. Cuando el hombre perdió el control del vehículo quedó atascado y cubierto de nieve. Al encontrarlo, los rescatistas se encontraron con que Peter había sobrevivido durante 2 meses enteros comiendo tan solo nieve y hielo.
Entre muchísimos otros casos excepcionales, quizás los dos más fácilmente reconocibles son los del ilusionista norteamericano David Blaine, quien pasó 44 días en un cubo de cristal sin comer en el año 2003 o el de Mahatma Gandhi, quien estuvo 21 días sin alimentarse, solamente bebiendo pequeños sorbos de agua. Todos estos casos, una y otra vez, han llevado a los científicos a preguntarse hasta dónde llegan las capacidades del ser humano y sobre todo, por supuesto, cuánto tiempo se puede estar sin comida.
Más allá del hecho de que, obviamente, es imposible realizar un estudio adecuado, detallado y conciso sobre cuánto tiempo puede estar sin comer un ser humano (lo cual carecería de cualquier tipo de ética), datos como los que proveen esta clase de noticias han llevado a los científicos a suponer que una persona puede estar 2 meses sin alimentarse como máximo. El caso del sueco Peter fue el más extremo y sorprendente de todos, nunca antes se había visto algo de tal magnitud y en semejantes circunstancias.
De acuerdo al doctor Mike Stroud (profesor de medicina y nutrición de la Universidad de Southampton), se trata de algo en los límites de lo posible, pero aún así, no insostenible. El profesor Stroud sostiene que el hombre es capaz de sobrevivir aproximadamente 60 días sin alimento, no más. Otro dato que avala su postulado es que éste es el lapso en el que quienes han realizado huelgas de hambre en prisión, tienden a morir, a pesar de que ellos están en condiciones de mayor comodidad. Stroud también ha mencionado un caso ocurrido en una prisión de Irlanda del Norte en 1981, cuando el republicano Bobby Sands murió luego de 66 días de huelga de hambre en la prisión de Maze.
Una de las formas en las que este período puede tener sus excepciones refiere a la forma en la que el metabolismo de cada persona disminuye para conservar la energía corporal. El Dr. Stroud señala que el cuerpo humano en reposo, sin hacer absolutamente nada, produce alrededor de 100 vatios de calor corporal, lo que podría hacer funcionar una bombilla de luz. Sin embargo, bajo estas circunstancias, el cuerpo comenzará a producir menos y menos calor, para mantener la temperatura. Ahí es donde un cuerpo más pesado tendría más de una ventaja.
Por otro lado también hay quienes sostienen que el cuerpo es capaz de moderar la cantidad de calorías que necesita cuando se enfrenta a períodos de hambruna. Cuando el cuerpo deja de recibir alimentos, tiene que vivir de la glucosa ya almacenada en el organismo. Cuando se acaba la glucosa, entonces se pasa a la grasa, convirtiéndose en una fuente de energía secundaria de cuerpos cetónicos. Cuando se acaba la grasa, se pasa a las proteínas recicladas del sistema y finalmente a los músculos, para así conseguir energías. Ésto último es considerablemente peligroso para el cuerpo, pues se empieza a perder importantes reservas de tejido.
Todo esto ocurre en el correr de 60 días. Por último, los científicos no descartan el hecho de que la mente y los aspectos psicológicos de cada persona jueguen un rol fundamental en la cuestión, siendo determinantes al momento de sobrevivir sin alimentarse. La concentración, el ímpetu por la supervivencia y la esperanza pueden hacer la diferencia.