El transporte, tanto aéreo como marítimo, es uno de los sectores más ávidos de energía, sobre todo de origen fósil. Es por ello que, en un mundo cada más interconectado e interdependiente, encontrar una alternativa neutra en carbono para este sector resultará clave para hacer sostenible el transporte tanto de mercancías como de personas.
Se trata sin duda de uno de los mayores retos energéticos a los que debemos enfrentarnos durante la próxima década. Sin embargo, la solución podría estar más cerca de lo que creemos. De hecho, una idea se viene gestando desde hace algo más de dos años en la azotea del Laboratorio de Máquinas de la Escuela Politécnica de Zúrich- ETHZ-, donde un equipo de investigadores dirigido por Aldo Steinfeld, profesor de fuentes de energía renovable en la misma institución, ha estado operando una mini refinería solar.
“Esta planta demuestra con éxito la viabilidad técnica de todo el proceso termoquímico para convertir la luz solar y el aire ambiental en combustibles directos», cuenta Steinfeld. Y es que eso es lo que los científicos de ETHZ han construido: ¡una planta capaz de producir combustibles líquidos neutros en carbono a partir de la luz solar y el aire!
Los pormenores de todo el proceso se detallan en un artículo que bajo el título Drop-in Fuels from Sunlight and Air se publica esta semana en la revista Nature, sin embargo, los autores nos cuentan que su planta se puede utilizar para producir combustibles líquidos sintéticos que liberan tanto CO2 durante su combustión como el extraído previamente del aire para su producción.