Terminamos ya este 2021, un año histórico para Torrevieja pues hemos celebrado el 90 aniversario desde que nuestra localidad recibiera el título de ciudad otorgado por el rey Alfonso XIII. Un hecho que tuvo gran relevancia en la época, pues elevó a este joven municipio hacia la ‘Primera División’ simbólica de las urbes de España.
Por tanto, no queremos entrar en este nuevo año sin recordar cómo fue aquel suceso que marcó un nuevo futuro para los torrevejenses y que se produjo además a las puertas de un gran cambio político para toda España.
El Rey concedió esta distinción a Torrevieja por «su reciente desarrollo en la agricultura, industria y comercio»
Prosperidad industrial
A comienzos de los años 30 Torrevieja contaba con apenas 9.000 habitantes censados. Gran parte de ellos eran familias salineras descendientes de varias generaciones dedicadas al negocio de la sal. Ya en la Edad Media se establecieron salinas por La Mata y hacia principios del siglo XIX se trasladaron hacia su actual ubicación.
En concreto esta villa fue fundada en 1803, mediante un decreto firmado por Carlos IV, en el lugar donde había una antigua torre (de ahí el nombre del topónimo). El minúsculo pueblo formado logró crecer con el paso de las décadas, aún superando algunas duras vicisitudes como el terrible terremoto que asoló la Vega Baja en 1829.
Lo cierto es que la sal trajo cierta prosperidad, pues eran muchos los barcos cargueros que acudían al puerto torrevejense para su transporte. Por ello acabó surgiendo una cierta industria textil fabricante de productos como el lino, el cáñamo o el algodón a los que también se les daba salida a través del mar.
El ferrocarril igualmente jugó un papel fundamental, ya que permitió las exportaciones hacia el interior peninsular desde que fuera inaugurada la Estación de Torrevieja en 1884. De hecho el propio presidente del gobierno, Antonio Cánovas del Castillo, asistió a dicha inauguración en visita oficial.
Decreto real
En definitiva, corrían buenos tiempos para esta villa. En ocasiones los reyes acostumbraban a ascender de rango a los municipios como recompensa por un hecho puntual. Por ejemplo su lealtad en una guerra, su resistencia a una catástrofe natural o al sobrepasar un número determinado de habitantes. Sin embargo, en 1931 no ocurrió exactamente así.
El 4 de febrero del citado año Alfonso XIII firmó el Real Decreto nº 571 por el cual Torrevieja obtenía oficialmente el título de ciudad. Podríamos considerarlo como nuestra fecha de cumpleaños.
El título fue concedido 15 días después de que el alcalde fuera destituido
La agonía del rey
Quizás podamos entender mejor esta concesión desde un punto de vista político. Lo cierto es que hablamos de una época en la que Alfonso XIII estaba muy discutido públicamente como monarca, después de haber reinado durante seis años en consonancia con el dictador Miguel Primo de Rivera. Dicho tirano cayó del poder en 1930, pero el rey había logrado mantenerse a través de varios efímeros gobiernos militares que apenas duraron unos meses. Muchas voces abogaban ya por la proclamación de una República en España.
Tal vez por ello el monarca pudo tener a bien conceder títulos de ciudad durante esta incierta época a municipios que todavía no se habían convertido en grandes urbes, pero que ya contaban con un núcleo de población lo suficiente importante como para que le convinieran que se mantuvieran más monárquicos que republicanos.
En cualquier caso, el texto oficial justifica la decisión de convertir a Torrevieja en ciudad por “su reciente desarrollo en la agricultura, industria y comercio”.
Acusaciones de corrupción en Torrevieja
Este decreto y sus bonitas palabras de alabanza poco consiguieron tapar los turbios asuntos que estaban sucediendo realmente dentro del municipio.
El alcalde, Francisco Torregrosa, había sido acusado por la oposición republicana de corrupción. A pesar de que hizo públicas las cuentas municipales para tratar de limpiar su nombre, acabó siendo cesado por orden del gobernador civil de Alicante el 20 de enero. Fue sustituido por el también monárquico Blas Sánchez.
Finalmente el Gobierno militar nacional acabó convocando elecciones municipales para el 12 de abril, en un intento de calmar los ánimos de aquellos españoles que demandaban democracia. Los republicanos aprovecharon astutamente para plantear dichas elecciones durante la campaña electoral como un plebiscito hacia Alfonso XIII.
En el voto de los torrevejenses no parece que influyera demasiado el regalo que el monarca les había concedido apenas dos meses antes, pues en la nueva ciudad la candidatura republicana obtuvo trece concejales en las urnas mientras que los monárquicos tan solo se quedaron en tres ediles.
La candidatura republicana obtuvo 13 de los 16 concejales de Torrevieja en las elecciones de 1931
Los republicanos triunfan
En aquellas elecciones los republicanos se presentaron completamente unidos en una candidatura que agrupaba varios partidos de izquierdas, centro y derecha. En Torrevieja sucedió la particularidad de que diez de los trece concejales electos por la población fueron del PSOE. Por esta razón tras los comicios sería conocida popularmente como “la nueva ciudad roja”.
Los acontecimientos se sucedieron en los siguientes días. A pesar de que en el conjunto de España los monárquicos lograron obtener más concejales, en Madrid y otras ciudades los republicanos ganaron claramente. Se produjo entonces un golpe por el que Alfonso XIII acabó marchándose al exilio, aunque sin abdicar formalmente.
El 14 de abril quedaba proclamada la Segunda República en toda España. Solo dos días más tarde se constituyó la nueva corporación municipal de Torrevieja y como primer alcalde republicano fue investido el socialista Juan Samper. La nueva ciudad entraba en una nueva era política.