Fabio Quartararo nació en Niza un 20 de abril de 1999 y es, por lo tanto, francés por los cuatro costados. La perogrullada no tendría sentido si no fuese porque el chaval, que se acaba de proclamar campeón del mundo de MotoGP en su tercera temporada en la categoría reina del motociclismo mundial, no se viera obligado a recordarlo en cada entrevista que concede.
Quartararo ha roto con el dominio español en el olimpo de las motos convirtiéndose, además, en el primer piloto francés en alzarse con el título de campeón del mundo y el primero, desde Casey Stoner en 2011, en imponerse en la categoría de MotoGP sin contar en su palmarés con ningún otro entorchado en las cilindradas inferiores.
Fin del dominio español
Quartararo, decíamos, ha roto un larguísimo periodo de dominio español que arrancó en 2010 con el primer título de Jorge Lorenzo y que, salvo por la victoria de Stoner en 2011, se ha mantenido ininterrumpido con los mundiales del propio piloto balear, que repitió en 2012 y 2015; Marc Márquez, que se impuso en 2013, 2014, 2016, 2017, 2018 y 2019 y Joan Mir, que cerró el capítulo en 2020.
Pero la victoria de Quartararo, y por eso hemos comenzado comentando la obviedad de que un chico nacido en Niza es francés y él tiene que recordar que esa es la nacionalidad que, además ser la que figura en su pasaporte, es la que siente; tiene mucho que ver con España y, en concreto, con la Marina Baixa.
A día de hoy, el piloto francés sigue contando con el telemétrico con el que coincidió en el equipo de Borja
De Altea al mundo
Para buscar esa conexión hay que viajar en el tiempo hasta 2013. Fue entonces cuando un jovencísimo Quartararo recaló en el equipo del alteano Juan Bautista Borja, que había formando parte del circo mundialista entre 1992 y 1999 y que se retiró tras completar su mejor temporada acabando 12º en el certamen de los 500cc, la que por entonces era la máxima categoría en el mismo año en el que Álex Crivillé le dio a España su primera victoria final.
En aquel entonces, Borja ya era ‘team manager’ de un equipo de Moto3 en el Campeonato de España (FIM-CEV). Fue ese año cuando “Javier Luna me habló de un chaval muy rápido. Fui a verlo a una carrera y lo tuve claro; hablé con su padre y no tardamos nada en alcanzar un acuerdo para que corriera en nuestro equipo”.
Residencia en l’Alfàs
Quartararo tenía entonces apenas 14 años, y la familia no vio más que ventajas en que la futura estrella abandonara su hogar ya que tenían amigos que residían en la Comunitat Valenciana. Concretamente, en Parcent; algo que, a todos los niveles, iba a ser beneficioso para el piloto en ciernes.
Mientras el chico iba despuntando en el FIM-CEV y daba muestras de que, con trabajo y esfuerzo, podría hacer carrera en esto de las motos, toda la familia se mudó a la Costa Blanca para estar cerca de él, recalando en l’Alfàs del Pi, municipio donde vivieron en aquellas primeras campañas.
Quartararo llevó al equipo del expiloto alteano a alzarse con el título en el FIM-CEV de 2013 y 2014
Un chico especial
Durante aquellos años de formación, como era lógico en un equipo con tanto arraigo a la ‘terreta’, Quartararo tuvo varios compañeros de box valencianos, como Xavier Cardelús, que tuvo un fugaz paso por el mundial y que actualmente compite en MotoE, el certamen específico para motocicletas eléctricas.
De aquellos años iniciáticos, quedaron amistades y recuerdos imborrables. El propio Borja recuerda que aquel chaval francés tenía ese ‘algo’ especial que diferencia a los buenos de los mejores y que se traducía en “grandes cabreos cuando algo no salía como él quería” y, sobre todo, en los dos títulos nacionales (2013 y 2014) que le dieron el pasaporte para debutar en el mundial de Moto3 en 2015 con un gran décimo puesto final, incluidos los dos segundos puestos del GP de las Américas y de los Países Bajos.
Su paso por los equipos valencianos y por el FIM-CEV le obligan, todavía en el presente, a insistir en su procedencia francesa
Entorno valenciano
El pasado valenciano nunca ha abandonado a Quartararo y de ahí que siempre tenga que reivindicar su condición de francés, sobre todo ante una prensa española que, tras la ‘afrenta’ de haber roto la hegemonía de sus pilotos, siempre trata de arrobarse parte de su triunfo.
Pero lo cierto es que, incluso tras desembarcar en el mundial de la mano de Honda, Quartararo siguió rodeándose de valencianos. En su primer año coincidió con Jorge Navarro, que terminó séptimo. Un año más tarde, el español sería tercero y daría el salto a Moto2, categoría en la que, a día de hoy, a sus 25 años, sigue esperando la oportunidad de debutar en MotoGP.
Una conexión con la provincia de Alicante que nunca ha dejado de existir ya que en su actual equipo (Yamaha), cuenta con la ayuda del telemétrico Pablo Guillén, natural de Alcoy, con quien ya compartió viajes, ilusiones, caídas y triunfos en aquella etapa inicial en el equipo de Juan Bautista Borja.