Entrevista > José Aix Egío / Vicealcalde y concejal de Urbanismo de Orihuela (Orihuela, 10-noviembre-1979)
La política suele estar repleta de aquellos perfiles rectos, señoriales y a veces, por qué no decir, designados casi desde la cuna para formarse y ocupar los puestos indicados para los gobernantes. Perfiles generacionales y los barrios más céntricos, acostumbrados a codearse entre sus semejantes desde que dan sus primeros pasos, iniciando en ocasiones las carreras políticas desde las canteras de los partidos, como si de los ‘boyscouts’ se tratasen.
Nivel empático
Sin embargo, en ocasiones el extrarradio ve nacer perfiles que, lejos de perder el interés por la política y el trabajo para la ciudadanía en los primeros años de vida adulta, prosiguen y desarrollan un afán de crecimiento cooperativo y solidario que les lleva a embarcarse en la carrera política a personas que, a diferencia de las anteriores, no venían con la chaqueta de político en ciernes designada desde sus primeros días. Personas que han crecido entre los vecinos y que, como ventaja respecto al perfil anteriormente mencionado, disponen de un nivel empático muy elevado hacia sus semejantes.
En este segundo rango encaja a la perfección José Aix. Mediano de tres hermanos, ha desarrollado una carrera voraz, pasando de simpatizante a cargo político y, de estos puestos de gestión interna, a la portavocía de un gobierno municipal de la envergadura de Orihuela, donde no sólo ha mantenido su perfil cercano, sino que ha protagonizado enfrentamientos incluso con sus socios de gobierno, alegando siempre que el bienestar de sus vecinos está por encima de cualquier otra cosa.
Oriolano y, concretamente, de Desamparados. ¿Qué importancia tiene que el representante del municipio sea de una pedanía?
Para mí ser de Desamparados es ser tan oriolano como el que vive en Duque de Tamames o en Obispo Rocamora, me siento tan oriolano como el que vive en pleno corazón de la ciudad, simplemente nací y crecí en una parte de Orihuela que es extrarradio, que si cabe en Orihuela tiene la misma importancia que la costa o el centro.
«Estoy haciendo política pero me siento profesor»
¿Cómo ha podido marcar su carácter crecer fuera del núcleo urbano?
Vivir en una pedanía creo que imprime carácter, porque vives en un entorno rural, creces de otra manera, con otro tipo de relaciones, con otro tipo de vivienda y sí que es cierto que para los que somos de pedanías es un poquito más difícil llegar a una posición política, pero creo que lo fundamental es sentirte tan oriolano como el que más y percibir, actuar y mostrar que Orihuela para ti es importante.
¿Resulta más difícil identificarse con el municipio o las tradiciones?
Te da algo que es objetivo, que es la distancia de las cosas. Yo siempre he vivido mucho en Orihuela, la vida Oriolana del centro, la semana Santa, Moros y Cristianos… porque mis padres siempre me han llevado a las procesiones. Pero no todo el mundo de pedanías o de la costa ha estado de alguna forma involucrado en ese tipo de cuestiones. Por lo tanto, para ser un Oriolano como tal, tienes que salir de la pedanía e involucrarte en ese tipo de cuestiones.
«Si algo debería primar es el diálogo y el consenso, sobre todo en cuestiones importantes»
¿Qué diría que define a José Aix?
Creo que si algo define más a una persona es aquello más básico, revindico mi condición de ser hijo de mis padres y hermano de mis hermanos, creo que es lo más importante que tengo, el siguiente escalón sería ‘amigo de’.
Soy el mediano de tres hermanos, los tres varones, en una familia tradicional vinculada al mundo agrícola. Mi padre ha tenido siempre una empresa vinculada con la agricultura y mi infancia ha sido muy normal, sin carencias, en la que mi padre se dedicaba a llevar dinero a casa y mi madre se ha encargado de la crianza y la educación de sus hijos.
Creo que, a pesar de ser un modelo muy tradicional, mi madre siempre ha sido muy moderna, porque si algo inyectó en sus tres hijos fue lo fundamental de recibir una formación académica importante y de tener una vida mejor que la de las generaciones pasadas, y en ello, mi madre ha sido muy luchadora.
La vocación por la política más activa llegó recientemente, hace pocos años. Su carrera es la enseñanza. ¿Siempre tuvo claro que querías ser profesor?
Siempre me ha llamado la atención y mi madre siempre ha dicho que a ella le hubiera gustado ser maestra, e imagino que cuando has escuchado eso doscientas veces en tu casa, posiblemente, de alguna manera llevas esa inquietud.
Me ha llamado la atención la docencia porque me gusta el contacto con la gente, con los chavales menores, e incluso con 17-18 años participé en algún campamento de verano. Me gustaba lo que se hacía en esa relación con los niños y, sinceramente, creía que era mi espacio, el de tratar con chicos a los cuales, de alguna forma, tú les puedes aportar tu impronta, y finalmente me metí en este mundillo. En 2004 empecé a dar clase, en 2006 me saqué la plaza de profesor y hace casi cinco años que colgué la tiza.
¿Por mucho tiempo?
Mi idea no es hacer una carrera política a largo plazo. Si me preguntan que soy y que siento, me gusta decir que estoy haciendo política pero me siento profesor, aunque es verdad que tampoco me cierro ninguna puerta en este momento; me gusta tomar decisiones y luego pensarlas, porque cuando piensas y luego las tomas suelen ser decisiones conservadoras.
«Apostamos por un presupuesto sencillo que nos permita mejorar la organización administrativa y no nos endeude»
Antes de entrar de lleno en el José Aix político… ¿cómo es el profesor?
Buena pregunta, creo que soy muy exigente pero muy generoso y comprometido, es decir, exijo porque sé que puedo exigir y sobre todo un profesor debe ser justo. Siendo justo, si el alumno suspende, no te exigirá nada y si aprueba, será mérito suyo, creo que la justicia es el mayor valor de un profesor.
Y luego es ser consciente de que, como profesor, tú eres la única vía de escape que tiene un alumno. Hay chavales con situaciones familiares complicadas o desestructuradas y el profesor, bajo ningún concepto, puede romper con ese alumno; el que lo haga o busque hacerlo, no merece considerarse profesor, docente o maestro.
En un acto de 2019, en el que llenó la plaza de Desamparados, dijo que iba a ser siempre vecino antes que político ¿Cree que está consiguiendo mantener su palabra?
Creo que sí porque al final siempre vuelves a casa. Pienso que la mejor estrategia para hacer política y para en última instancia buscar votos es ayudar a tus vecinos. En el momento en el que se rompe esa conexión estás perdido, y no es que tú te vayas, es que te van a echar de la política porque dejarás de ser útil, dejas de servir.
«La pérdida de Ramón es irreparable, es la mayor tragedia en lo personal que hemos vivido»
Durante toda la legislatura usted y sus compañeros de grupo han mantenido la premisa de no poner ni la pandemia ni los desastres naturales como la Dana como excusa. ¿Considera que este mensaje está calando en la gente?
Yo llego al 1 de agosto de 2019 y un mes y diez días más tarde caen quinientos litros en Orihuela, con lo cual todo lo que has dicho en campaña queda desmontado porque la realidad se te ha impuesto. Desde esa perspectiva, arreglar el polideportivo, buscar ayudas para la gente que lo está pasando realmente mal o mandar una pala a una pedanía, es sin duda más importante que sacar una licencia urbanística.
Pero al mismo tiempo creo también que estas dos grandes tragedias (Dana y pandemia) han sido dos oportunidades brutales, están pasando cosas en Orihuela que sin la Dana y la pandemia no las podríamos haber hecho, que ojalá no hubieran pasado, pero sin ir más lejos ahora mismo estamos trabajando para una nueva ordenanza de vía pública para ayudar a los bares, como sector estratégico, y para ayudar a todo el comercio, reactivar la vida de la ciudad.
Y además tuvieron otro momento muy duro a nivel personal, que fue la pérdida de su compañero Ramón López.
La pérdida de Ramón es irreparable, es la mayor tragedia en lo personal que hemos vivido en el grupo pero hemos seguido aplicando y funcionando como una familia, manteniendo el contacto prácticamente a diario con la familia del compañero.
Me gusta decir que Ramón era un tío cabezón con ideas muy claras, también era muy generoso y muy de equipo. De hecho un día hice una publicación diciendo algo así como que Ramón fue tan generoso que sabía que Antonio quería ser concejal y le dejo los últimos dos años de legislatura. A Ramón se le echa de menos y se le va a seguir echando de menos y, de alguna forma, hacer bien las cosas también es honrar a Ramón.
Donde parece que no se consigue unión es entre los dos grupos que conformáis el gobierno. En los más de dos años y medio de legislatura han sido muchos los desencuentros públicos y todavía se carece de un presupuesto propio durante este mandato.
Nosotros siempre hemos insistido en el respeto al acuerdo que firmamos en junio de 2019. Por supuesto que hay cosas que no están funcionando bien, me gustaría que se respetaran los pactos y las competencias que tenemos todos atribuidas y, sobre todo, tener claro que ya habrá momento de hacer campaña electoral y que ahora estamos centrados en el trabajo por y para los vecinos; creo que esa es la clave: respeto, lealtad y compromiso.
Me parece que las discrepancias a secas son saludables, lo hacemos en casa con nuestras parejas, discrepamos con nuestras asociaciones, con nuestros compañeros… porque tenemos formas distintas de ver el mundo. La discrepancia como tal es buena, lo que no se debe hacer, y más trabajando conjuntamente, es generar intencionadamente esas discrepancias.
«Vivir en una pedanía imprime carácter»
¿Cree que estos conflictos se generan de forma intencionada, por ejemplo, presentando propuestas directamente en pleno sin haberlas planteado previamente?
Eso no es respetar el acuerdo político en un gobierno de coalición como es el nuestro. Si algo debería primar es el dialogo y el consenso, sobre todo en aquellas cuestiones importantes. Yo jamás he interferido en las decisiones cotidianas del concejal de Deportes, de Medio Ambiente o Patrimonio… pero sí que quiero intervenir en las decisiones importantes del municipio. A la hora de definir un presupuesto municipal o de abordar determinadas inversiones importantes.
Del mismo modo, igual que no interfiero en el espacio de los otros, tampoco puedo permitir que alguien pueda tener alguna injerencia en el espacio de las tareas que gestionamos desde Ciudadanos, cuando eso ocurrió, me enfadé.
En estas circunstancias, ¿habrá presupuesto municipal para el año 2022?
¿Debe haber presupuestos? Sin ninguna duda y debe ser ya, pero con perspectiva de futuro y pensado por y para un año. Nosotros apostamos por un presupuesto sencillo que internamente nos permita mejorar la organización administrativa, y de cara a la calle que dé respuestas a toda la gente que peor lo está pasando y que, en cuanto a las inversiones, sea un presupuesto realista que no nos endeude para muchos años.
«Hay que revisar el plan especial de protección del casco histórico»
Empieza 2022, será el último año completo antes de elecciones. ¿Qué cometido le inquieta más de cara al final de la legislatura?
Hay algo para mí decisivo, y es que creo que Orihuela lleva mucho tiempo sin definir qué quiere ser. Para mí este es el gran problema de Orihuela y creo que debemos meter ya el bisturí.
Considero que Orihuela tiene potencial para ser algo mucho más de la Orihuela de Sol y Playa o la Orihuela estrictamente de Miguel Hernández. Hay que revisar el plan especial de protección del casco histórico, dentro de ese modelo de ciudad del que yo hablo hay que apostar por incorporar en el día a día de la ciudad nuevas formas de movilidad.
Este nuevo modelo de ciudad es posible; un ejemplo lo hemos vivido estos últimos meses, en plena pandemia, gracias a la nueva ocupación de vía pública de la hostelería que nos ha permitido vivir una Orihuela más viva. Creo que esos experimentos hay que aterrizarlos y es lo que estamos haciendo desde el área de Urbanismo, especialmente, y también desde otras áreas municipales.