Entrevista > Fernando Davó / Director del CEAM de Petrer (Aspe, 25-abril-1968)
El cuidado de nuestros mayores es una tarea que nos incumbe a todos. Nuestra capacidad física e intelectual se va resintiendo con el paso del tiempo y aunque envejecer es un proceso natural, en nuestra mano está suavizar, en parte, el deterioro que el organismo acusa con los años.
Los cambios a nivel físico y psicológico hay que abordarlos sin dejarlos para mañana, y es fundamental aprender a disfrutar de esta última etapa aprovechándola como una oportunidad para experimentar vivencias, retomar sensaciones que teníamos olvidadas o atreverse con nuevas actividades.
Prevenir la dependencia
Es precisamente aquí donde juegan un papel importante los centros de mayores. Desde el año 2001, el Centro Especializado de Atención a Mayores (CEAM) de Petrer lleva brindando atención integral al colectivo de más de 60 años, ofreciendo diversos servicios para que este grupo de edad se mantenga en un estado físico y emocional óptimos y realizando actividades preventivas que les ayude a valerse por sí mismos.
Dependiente de Conselleria, el centro organiza actividades físicas, intelectuales, de formación, culturales, artísticas y de ocio. Situado en la calle La Huerta, 4, no tiene nada que ver con una residencia para la tercera edad, ni con un asilo, es algo más parecido a un centro de día destinado a la ocupación del tiempo libre, donde la interacción con otras personas es una de sus señas de identidad.
Fernando Davó, director desde el pasado mes de julio, destaca la importancia de trabajar cuerpo y mente para mantener una buena calidad de vida, y defiende este tipo de centros porque promueven un envejecimiento activo de las personas mayores evitando su aislamiento y soledad.
«Estos centros dan vida a las personas mayores»
¿Qué es y qué actividades ofrece a los mayores un centro como el CEAM de Petrer?
El CEAM es una red de centros que se enmarcan dentro de la Ley de Dependencia. Lo que hacemos aquí es actuar de manera preventiva para intentar frenar, en lo medida de lo posible, el deterioro físico y mental que se produce en las personas mayores con la edad.
Nos ocupamos principalmente de dos áreas, una física y otra mental, para lo que contamos con una fisioterapeuta y una psicóloga. En el aspecto cognitivo ofrecemos talleres de memoria y de aprendizaje, para que la mente se mantenga activa, y en cuanto a la parte física tenemos talleres de movilidad y de gimnasia.
Ofrecemos también actividades de tipo lúdicas y gratuitas como talleres de pintura, de teatro, de informática, de canto o de punto, para que la gente esté entretenida y socialice con otros usuarios. Tenemos yoga, pilates, taichí, charlas de hábitos de vida, de salud, y otros como peluquería y podología, que no son gratuitos pero que se ofrecen a precios reducidos.
¿Qué perfil de gente viene?
Está abierto a cualquier persona, el único requisito es tener más de 60 años. Contamos con una trabajadora social que les resuelve todas sus dudas, y si les interesa les damos un carnet de usuario con el que pueden acceder a todos los servicios.
Algunas actividades todavía no se han podido retomar por la covid
¿Cuántas personas hacen uso de las instalaciones?
Dependiendo de las actividades que haya, por aquí pasan entre 200 y 400 personas diariamente.
¿Habéis reactivado todas las actividades interrumpidas por la pandemia?
La mayoría sí, pero otras como la cafetería o los juegos de mesa, que implican compartir objetos como el parchís, las cartas y el dominó, no hemos podido volver a ponerlos en marcha.
«Es una manera de moverte, de comprometerte haciendo una actividad y distraer la mente»
Las personas mayores han sido uno de los grupos que más ha sufrido las consecuencias de la pandemia, ¿cómo está la situación ahora de este colectivo frente al estallido de los contagios de las últimas semanas?
Mi incorporación como director, el pasado verano, coincidió con un buen momento en el que la pandemia estaba en niveles bajos, pero desde el último mes hemos ido a peor. Generalitat es la que decide el aforo y mantiene o reduce las actividades en función de cómo marchen los niveles de contagios.
Afortunadamente el centro es muy grande y hemos podido mantenernos dentro de los márgenes que marcan las medidas de seguridad sin tener que recortar servicios, pero si los niveles de contagio continúan aumentando como hasta ahora, mucho me temo que habrá que empezar a tomar precauciones. Hay preocupación y desde estas últimas semanas hemos notado una disminución en la asistencia, ahora suelen venir entre 150 y 300 personas al día.
¿Qué importancia le concedes a este tipo de centros?
Soy trabajador social y siempre había trabajado con gente joven, así que no conocía por dentro el funcionamiento de estos centros. He descubierto la importancia que tienen y me he dado cuenta de que hay mucha gente a las que estos lugares les da vida. Para los que se encuentran solos, venir aquí y hacer alguna actividad compartiendo su tiempo con otras personas es fundamental y una buena excusa para obligarse a salir a la calle.
Este centro marca la diferencia entre estar en casa sin hacer nada, sentado en un sillón viendo la televisión, y salir y hacer alguna actividad física en grupo, conociendo gente y socializando con otras personas. Es una manera de moverte, de comprometerte haciendo una actividad y distraer la mente. Un complemento importantísimo que les motiva y les ayuda.