Como cada febrero y tras estos meses de pandemia vuelve la manifestación de una de las devociones más populares de la Vega Baja del Segura y quizás una de las más antiguas de la Comunidad Valenciana: La romería de Santa Águeda. Durante los días 4 y 5 de febrero, miles de romeros visitan esta ermita, en cuyos aledaños el turrón se vende a raudales. Son muchos los devotos que hacen promesas a Santa Águeda, “la santa que fa miracles i borrasques”
Referencias históricas
Las referencias más antiguas que conocemos sobre esta ermita datan de finales del siglo XVII. Probablemente, la devoción a esta mártir siciliana fue traída a Catral por la Orden de Santiago, en cuyos dominios se incluye a Catral hacia el año 1255. También podría estar relacionada con la figura de San Vicente Ferrer (gran devoto de la Santa), que estuvo predicando por estas tierras alicantinas alrededor de 1411.
Más tarde lo harían los frailes de la Orden Carmelitana de Valencia, pudiendo éstos contribuir, de la misma manera, a su consolidación e incluso ayudar en la construcción de la primera ermita dedicada a la santa. La actual imagen de la santa es del escultor valenciano Carmelo Vicent Suria, y es propiedad de la familia Ñíguez la responsable de seguir con esta tradición y de mantener la ermita como se viene haciendo desde antaño, en colaboración con el área de turismo del Ayuntamiento de Catral.
Las referencias más antiguas sobre la ermita datan de finales del siglo XVII
Turrón de cacahuete
En Catral y a orillas de la acequia Mayor se encuentra el barrio de Santa Águeda, en cuya plaza se alza la ermita de la santa. De extremo a extremo, este barrio, de kilómetro y medio de longitud, se convierte cada año en un recinto ferial donde los vecinos y visitantes pueden comprar las típicas ‘bolicas de Santa Águeda’, y todo tipo de chucherías y golosinas, de las que, sin duda alguna, el rey es el turrón de cacahuete. La forma peculiar de comprar se llama ‘la pesá’ que consiste en un paquete de dulces de todas clases y que se regala a una persona querida.
Este año, las fiestas se han organizado con el objetivo de respetar y contribuir al mantenimiento de las medidas de seguridad recomendadas frente a la covid, convencidos de que esta tradición tan relevante en la comunidad no podía volver a suspenderse.
‘La pesá’ consiste en un paquete de dulces de todas clases que se regala a una persona querida
Tradicional romería
El pasado año, la pandemia de coronavirus obligó a la suspensión de la tradicional romería y las fiestas de Catral por primera vez, tras más de 80 años de celebración ininterrumpida. Esta suspensión supuso un hecho histórico, pues desde tiempos de la guerra nada había impedido que durante estas fechas se completase el recorrido que acerca a la Santa al pueblo, acompañada de multitud de personas que, entre promesas y fe, recorren la distancia que separa la ermita, situada en pleno corazón de la huerta, y la Iglesia de los Santos Juanes.
En esta tradicional romería, que se celebra cada 5 de febrero, se apuesta por mantener cierta tradición medieval según la cual la imagen de Santa Águeda no puede permanecer más de 24 horas en la iglesia, pues supondría que la familia que custodia su pequeño santuario perdiese ‘derechos’ sobre la imagen.
«Estas fiestas son una seña de identidad, con presencia de grupos de personas venidos de distintos puntos de España» G. Candela (edil de Turismo)
Seña de identidad
Para este año, se mantendrán la procesión que traslada a la santa hasta la Iglesia de los Santos Juanes y la tradicional Romería que la devuelve a su ermita en pleno corazón de la huerta, tras la Santa Misa Solemne, presidida por las autoridades locales.
El edil de turismo, Gustavo Candela, destaca que estas fiestas son una seña de identidad, en la que se ha constatado la presencia de grupos de personas venidos de distintos puntos de España, la mayoría de ellos de provincias vecinas como Murcia, Albacete y Valencia, pero también con autobuses llegados desde Oviedo. Esta es sin duda una de las tradiciones que pone a Catral en el mapa y que aporta un valor especial a una de nuestras tradiciones más arraigadas.