El pleno municipal de Crevillent ha aprobado por unanimidad de todos los grupos políticos reconocer a Mariano Benlliure Gil como Hijo Predilecto del municipio. El escultor valenciano fue sin duda una de las personas más trascendentales para la localidad durante el siglo XX, sobre todo en cuanto se refiere a la consolidación de la Semana Santa crevillentina.
Precisamente en este 2022 se cumple el 75 aniversario del fallecimiento del célebre artista. Gran parte de las múltiples estatuas que realizó a lo largo de su vida todavía hoy decoran plazas y calles de ciudades por toda España. Aunque fue su faceta de maestro del arte sacro de la que se nutrió especialmente Crevillent.
Pintar antes que hablar
Nuestro protagonista vino al mundo en Valencia el día 8 de septiembre de 1862. Su padre trabajaba como decorador interiorista, siendo sus gustos muy apreciados por la burguesía valenciana de la época.
El pequeño Mariano aprendió antes a dibujar incluso que a hablar. Tardó hasta los siete años en decir sus primeras palabras, pero sin embargo a esa edad ya había realizado varias pequeñas obras.
A los quince años elaboró su primer paso procesal para la Semana Santa de Zamora, si bien durante esta época la mayor parte de sus trabajos artísticos fueron pinturas ligadas a la tauromaquia ya que fue gran aficionado.
Crevillent es la ciudad que más obras de Benlliure conserva
El escultor de estatuas
La desahogada situación económica de su familia le permitió pasar algunas temporadas en París y luego en Roma, donde su hermano Pepe (también pintor) abrió un estudio artístico. Aquí se inspiró en algunos de los grandes escultores de la historia como Miguel Ángel.
Así empezaría su predilección por las estatuas, más aún después de lograr ganar un segundo y primer puesto de la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid en 1884 y 1887 respectivamente.
Dado su creciente fama, el joven valenciano decidió mudarse a la capital de España y durante los siguientes años le lloverían los encargos. Muchos de los monumentos conmemorativos que se pueden encontrar por Madrid tienen su autoría como los dedicados a Emilio Castelar, Martínez Campos, Francisco de Goya o Álvaro de Bazán.
Su éxito le llevó igualmente a plantar estatuas por otras ciudades como la de Agustina de Aragón en Zaragoza, de Antonio Trueba en Bilbao, al Marqués de Larios en Málaga, los Cazadores de Alcántara en Valladolid, el Duque de Rivas en Córdoba o incluso el general José de San Martín en Lima.
El propio rey Alfonso XIII le encargó la realización de varias esculturas para la Casa Real. Benlliure estaba en la cresta de la ola del artisteo español, hasta el punto que en 1917 sería nombrado director del Museo de Arte Moderno de Madrid. Se casó además con Lucrecia Arana, famosa cantante de zarzuela, por lo que se convirtieron en una de las parejas más mediáticas del momento.
Durante su juventud construyó estatuas para muchas ciudades españolas y sudamericanas
Etapa republicana
Su vinculación con la Monarquía le pasó cierta factura al proclamarse la Segunda República. De hecho fue cesado en su cargo como director del museo e incluso algunas de sus estatuas dedicadas a personajes dinásticos o nobiliarios serían derribadas.
Aun así, Benlliure siguió trabajando, sobre todo gracias al buen prestigio del que gozaba en el extranjero. En 1934 construyó un monumento al político Bernardo de Irigoyen en Buenos Aires. También obtuvo premios o reconocimientos en concursos celebrados en Italia, Alemania o Austria.
Lo cierto es que durante la Guerra Civil realizó un busto en conmemoración del general republicano José Miaja por encargo del Gobierno de la República. Prueba de que nunca tuvo problemas en trabajar tanto para unos como para otros.
Benlliure será declarado Hijo Predilecto de Crevillent por el Ayuntamiento
Vinculación con Crevillent
Tras la guerra pasó a especializarse sobre todo en el arte sacro, muy en consonancia con el fuerte ambiente católico que se respiraba en la nueva España del régimen franquista. Así Mariano Benlliure experimentó una segunda época dorada como escultor de imágenes religiosas.
Y precisamente de aquí viene su vinculación con Crevillent. Todo vino por el matrimonio José Manuel Magro y Pilar Mas, industriales textiles, que le encargaron la realización de varias obras que fueron donadas a las cofradías y se convirtieron rápidamente en emblemas de las procesiones. Si bien la Semana Santa crevillentina tiene sus raíces en el siglo XVII, se podría decir que Benlliure la hizo dar un paso más en su evolución y la cambió para siempre.
Crevillent tiene además el honor de ser la ciudad que más obras alberga de este mítico artista, un total de nueve. Una de ellas dedicada a su propia patrona la Virgen del Rosario.
Eso sí, solo tenemos constancia de que el escultor valenciano visitara nuestra localidad en una única ocasión por la Semana Santa de 1945. Cabe señalar que estamos hablando de la etapa final de su vida, cuando su estado de salud ya estaba bastante resentido. De hecho su última obra realizada en vida fue la ‘Entrada de Jesús en Jerusalén’ para Crevillent apenas unos meses antes de su fallecimiento acontecido el 9 de noviembre de 1947 en Madrid.
Año Benlliure
Desde el Ayuntamiento y la Federación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Crevillent se ha declarado a este 2022 como Año Benlliure. Hay programados ya varios actos como dos certámenes internacionales de escultura y literatura o la realización de una escultura homenaje.
Quien quiera conocer más información puede visitar el Museo Mariano Benlliure de Crevillent, donde se halla una rica colección de modelos y bocetos en escayola que el escultor utilizaba para realizar sus obras religiosas.
El expediente para su nombramiento como Hijo Predilecto de Crevillent ya está en marcha desde este pasado enero, por lo que debería producirse de forma oficial en las próximas fechas.