Entrevista > Hermes Boj Ruiz / Caricaturista (Torrevieja, 12-abril-1986)
Lleva dibujando desde el colegio, por lo que cuando llegó el momento de elegir una carrera universitaria no contempló otra opción que no fuese la de Bellas Artes. Desde entonces, ha ilustrado para orquestas, libros biográficos, retratos al óleo, multitud de paisajes en acuarela y realizado series de grabados a la manera más tradicional. Fue hace ocho años cuando probó con el pastel y las tintas a hacer caricaturas y no ha parado desde entonces.
¿Tuviste siempre clara tu vocación por la caricatura?
No lo tuve nada claro hasta poco antes de empezar. En 2014 volví de hacer prácticas en un museo de Rusia y me encontré con mucho paro juvenil. Me di de alta como autónomo, compré un tórculo y me lancé a vender grabados y acuarelas en mercados medievales. No me salieron muy rentables y los trabajos y pinturas se deterioraban del trasiego. Entonces obtuve uno de los huecos para pintores en el paseo de Torrevieja. Ese verano me siguió yendo regular y pensé lo versátil que podía ser la caricatura y empecé a practicarla.
¿Cómo fueron tus comienzos en el sector?
Con cierta resignación porque aprender a hacer caricaturas suponía interferir con lo que venía siendo mi producción de obra personal. Me fui iniciando en técnicas a las que no había hecho mucho caso, como eran el pastel, la tinta y un estilo bastante colorido. Me surgieron ideas, como las caricaturas en bodas, enviar caricaturas por correo, hacerlas en formato digital y ampliar el repertorio de trabajos de ilustración.
Hermes Boj lleva ocho años realizando caricaturas
Incluso llegaste a abrir tu propio taller.
El taller de arte fue fruto de esa idea de combinar la actividad de caricaturista con la de grabador, producción de obra personal y ofertar cursos. Fue durante 2015 y 2016. No lo logré hacer funcionar como pensaba, o no le di el suficiente tiempo, y finalmente decidí cerrarlo y montar un pequeño estudio en casa. Todo emprendimiento, funcione o no, aporta y suma y el taller de arte cumplió su papel.
¿Cuál es la caricatura de la que estás más satisfecho?
Un cuadro al óleo de unos tres metros para decorar la pared del Moana Poké Bar. En ese cuadro, uno de los personajes es un tiki, una escultura de las culturas de la Polinesia. Sin embargo, el acabado superior de la cabeza está inspirado en una de las columnas del paseo, que son un homenaje a las culturas que han poblado el Mediterráneo. Me pareció interesante hacer la caricatura del tiki con ese guiño a lo local.
«En la mirada se cuenta la mitad de una caricatura»
Cuando dibujas la caricatura de alguien, ¿ves enseguida lo que más exagerarás?
Si hay algo que claramente destaque, como unas orejas grandes o una nariz alargada, el punto donde atacar es claro. Si no, siempre está la mirada. En los ojos y la mirada se cuenta la mitad de la caricatura. A diferencia de un retrato, que se resuelve por planos y zonas de sombra, la caricatura se trabaja generando volúmenes, y esos elementos hay que moldearlos y usarlos sin dejar de ser fiel a su apariencia.
¿Cuál es la línea que no se debe sobrepasar?
Es una línea subjetiva. En los primeros momentos en que trato con un cliente la trato de establecer para no caer en la ofensa, pero también hay una línea que superar, o de lo contrario resulta en un chiste fácil. Al arte le debemos tanto que siempre que sea posible hay que darle algo a cambio. Bien intentando aportar algo nuevo, bien desarrollando un estilo o explorando conceptos ya asentados. Considero que mi labor es ir más allá del aspecto físico, llegar a la esencia y caricaturizarla también.
«A raíz de los confinamientos han surgido las caricaturas online»
¿En qué medida las nuevas tecnologías han afectado al mundo de la caricatura?
Han surgido posibilidades muy dinámicas a raíz de los confinamientos, como las caricaturas online. Si estamos de acuerdo en que el arte implica siempre el factor humano, las nuevas tecnologías vienen para acompañar al artista en el proceso de creación o de ser su medio. Si se amplía el concepto de arte a lo generado por programas o inteligencia artificial habría que revisar hasta dónde llega la autoría humana de una obra en soporte digital.
Cartel del Carnaval de Torrevieja 2022
El cartel lleva elementos que corresponden a la decoración y disfraces de la reina y la reina infantil del año anterior. El libro abierto del que surge la reina infantil es un punto de partida para hacer una ilustración dedicada a algo tan creativo como es un carnaval, jugando con los elementos de minerales preciosos, rocas y cristales que decoran la carroza de la reina, reforzando un concepto de origen, de creación y de relato.