Dejar de fumar tiene muchos beneficios y algún que otro efecto colateral menos deseado. Nos referimos al aumento de peso, unos 5 kilos de media, que se produce por diversos motivos tras abandonar este mal hábito. Esto no debe ser un impedimento para llevar una vida más sana, ya que con una dieta equilibrada y la práctica de ejercicio diario se puede conseguir mantener el peso.
Según indican desde el Comité Nacional para la prevención del tabaquismo menos de un 5% de las personas que fuman coge más de 8 kilos cuando deja el tabaco. De hecho, hay quien no engorda nada y sigue su vida realizando las mismas actividades, pero sin humo.
Principales causas del aumento de peso
Son varios los motivos que explican por qué cuando una persona deja de fumar incrementa su peso. Se sabe que de media se suelen engordar unos 5 kilos, pero también hay quien no coge ninguno, porque aprovecha para llevar una dieta equilibrada y practica ejercicio. Los principales son:
- Cuando se deja el tabaco desaparece del cuerpo el componente más adictivo, que es la nicotina. Este compuesto orgánico actúa disminuyendo el apetito, al activar una serie de neuronas que están relacionadas con la sensación de saciedad. Cuando se deja de fumar ya no hay nicotina, por lo que aumenta el hambre.
- Los fumadores tienen un metabolismo más acelerado y su temperatura corporal es un 6% mayor que la de los no fumadores. Por este motivo queman más calorías, entre 200 y 300 más diarias. Cuando una persona deja de fumar su metabolismo se normaliza, renunciando a consumir esas calorías extras.
- La deshabituación tabáquica es un proceso, generalmente complicado, que genera estrés. Esto hace que se coma más y que muchas veces el tiempo del cigarrillo se sustituya por el tiempo del aperitivo, además de seguir con el hábito de llevarse algo a la boca.
- La recuperación del olfato y el gusto es casi inmediata. Las comidas saben mejor y aumentan las ganas de comer. Además, es más complicado controlar la cantidad de alimentos que se ingieren y casi siempre se opta por las comidas dulces y con más calorías.
Dejar de fumar con control
Diversos estudios ponen de manifiesto que un aumento de peso excesivo reduce hasta en un 38% los beneficios derivados de dejar de fumar en los hombres y hasta en un 17% en las mujeres. Por eso es muy importante que el abandono del tabaco vaya unido a unos hábitos saludables con dieta incorporada, guiados por un especialista en nutrición.
Una alimentación sana y practicar deporte cada día son dos hábitos que deben mantenerse, si no siempre, al menos en los dos años posteriores a dejar de fumar. Para ello es importante tomar en cuenta:
- Tener hábitos alimentarios saludables sin ser excesivamente restrictivos, para que la persona no tire la toalla y vuelva a fumar. Se debe aumentar la ingesta de líquidos y tener unos horarios de comidas fijos.
- Atender factores de riesgo asociados.
- Estimular la actividad física.
- Mantener consultas frecuentes con el endocrino o nutricionista que controle el peso y lo mantenga en los niveles deseables.
Los exfumadores no deben obsesionarse con bajar de peso, ya que seguramente hasta pasados 6 meses de haber dejado el hábito sea un reto complicado. Si crees que vas a necesitar ayuda al dejar de fumar para sobrellevar el síndrome de abstinencia te recomendamos que acudas a un especialista para que te oriente.