Es fácil reconocer a unos recién estrenados papás. Generalmente, las ojeras les llegan hasta los pies porque sus pequeños no duermen como ellos desearían. Durante las primeras semanas e incluso los primeros meses es algo normal, porque comen cada pocas horas. Pero hay veces que el mal dormir se alarga más de la cuenta, lo que supone un suplicio. En estos casos es importante saber qué hacer para que tu bebé duerma bien.
Cada pequeño es distinto y necesita diferentes horas de descanso. No todos se despiertan las mismas veces durante la noche ni existe un momento exacto en el que duerman del tirón, aunque la mayoría a los tres años puede descansar la noche entera. Es muy normal que los bebés se despierten durante la noche varias veces, por un problema madurativo. También influye el hecho de que el niño esté enfermo, tenga cólicos, haya hecho un viaje largo o esté con otra persona que no sea su padre o su madre (abuelos, tíos, amigos…).
Lo que haces por el día se refleja por la noche
Para que tu bebé duerma bien necesita una rutina que le haga sentirse más seguro. Este día a día organizado le ayuda a descansar mejor. Es importante que diferencie el día de la noche, aunque en ambos momentos duerma. Para ello se pueden realizar acciones como:
- Hablar y acariciar al bebé cuando esté en vigilia, mirándolo.
- Cogerlo en brazos el tiempo que se quiera, sin hacer caso a quienes afirman que es malo o que luego los niños se acostumbran y solo quieren estar de esa forma.
- Aprovechar el contacto de la piel para que el bebé se sienta protegido.
- Atender a las señales de sueño que envía, como bostezos, irritabilidad, frotado de ojos….y meterle en la cama o la cuna cuando esto ocurra.
- Darle de comer por la noche en silencio, casi a oscuras, ya sea pecho o biberón, para que después de alimentarse vuelva a dormirse sin problemas.
¿Es bueno el colecho?
Hay familias que apuestan por el colecho cuando son pequeños, porque prefieren tener al bebé en su cama y sentir cada uno de sus movimientos. Otros lo hacen por comodidad, para no tener que levantarse de la cama cada vez que tenga hambre. Por último, están los que optan por el colecho porque el bebé se lo pide y es la única forma que encuentran para poder descansar todos. Se trata de una forma de criar que no tiene por qué ser mala, siempre que todos los miembros de la familia estén de acuerdo. No obstante, cuando se practica el colecho hay que tener cuidado y tomar medidas para prevenir la muerte súbita.
Por otro lado hay quien no quiere meter al bebé en su cama ni un solo día, porque quieren que el bebé duerma bien y tienen miedo de que luego no quiera hacerlo en otro lugar que no sea la cama de los padres. Sin embargo esta afirmación no es cierta y está comprobado que todos los niños que en alguna ocasión comparten la cama de los padres terminan durmiendo solos.
¿Hay que dejarlos llorar?
Hasta que no son más mayores los niños no saben expresar con palabras sus emociones, malestar o sentimientos y lloran mucho. Por ese motivo dejarles llorar durante la noche sin atenderlos es un error que puede llevar al bebé a pensar que sus padres no le quieren o le han abandonado. Aunque cada día se trabaja más para que en los trabajos la conciliación familiar sea una realidad, lo cierto es que aún queda mucho para conseguirlo. Por este motivo muchos niños no ven a sus padres las horas que desearían durante el día y aprovechan la noche para reclamar atención.
Para evitar esta demanda nocturna es bueno tener rutinas diarias a la hora de dormir, en las que no falte el cariño de los padres. Deben ser pequeños actos que no los sobreestimulen, para que no pierdan el sueño. Asimismo, para que el bebé duerma bien hay que evitar que lo haga muchas horas durante el día o que llegue muy cansado a la noche, para que concilie mejor el sueño.