Entrevista > Alfonso Molina / Mestre Venerable de la Logia Constante Alona
Con 144 años a cuestas, la Logia Constante Alona probablemente sea la asociación vigente más antigua de Alicante. Aún así, todo a su alrededor parece envuelto con una gruesa capa de misterio. Sus miembros masones no quieren que los foráneos (o ‘profanos’ como ellos nos llaman) sepamos ni siquiera donde está ubicada exactamente.
Para esta entrevista quedamos en un céntrico bar con el Venerable Maestro de la logia. Aunque se presenta con su auténtico nombre, nos pide que pongamos ‘Alfonso Molina’ como pseudónimo. Intentamos así comprender los entresijos de este peculiar submundo.
¿Cómo se hace uno masón, en tu caso particular?
Mi llegada fue bastante extraña, la verdad. Todo empezó porque vi un tatuaje en el hombro de un familiar y me llamó la atención. Busqué información en internet y encontré la Logia Constante Alona.
Realmente hasta que estás dentro, no sabes bien qué es. Supongo que es como si te metes en un club de senderismo, por mucha información que leas hasta que no participas en una ruta por la montaña no te haces una idea real de lo que significa la experiencia.
«Mucha gente aún piensa que somos una secta»
¿Qué prejuicios te sueles encontrar cuando dices que eres masón?
Muchísimos. Normalmente suele despertar ideas extrañas en la gente como que somos una secta o cosas así. Cuando la realidad es que es tan sencillo entrar en la masonería como salir.
Por todo esto yo suelo ocultarlo. Tan solo lo saben mis familiares más directos y algún amigo. A veces incluso sale el tema en conversaciones donde estoy presente y prefiero callarme. Sin embargo algunos hermanos (llama así a sus compañeros de logia) son muy distintos a mí, e incluso llevan tatuajes, pines o zapatos masónicos para que los vea todo el mundo. Depende de la persona.
¿En qué consiste vuestra actividad?
Nos gusta discutir mucho (risas). Practicamos la masonería especulativa, que consiste en debatir a partir de un símbolo. Hay una primera parte individual de buscar información y una segunda de lanzarse a la piscina e intervenir ante los demás para desarrollar una idea.
En definitiva es hacerte preguntas de todo tipo. Sobre la vida, el sentido de todo esto, de temas sociales, etc. Cuando consideras que puedes tener las respuestas pues las expones a los hermanos para que te contesten según su opinión. Nuestro rito especifica que en el debate nunca se debe interrumpir, enfadarse, ni dejarse llevar por emociones. Siempre digo que el objetivo es controlar la emoción mediante la razón.
Parece más civilizado que el Congreso…
Mucho más. De hecho hablamos habitualmente de temas políticos también. Hace poco debatimos sobre el ingreso mínimo vital, pero siempre desde un punto de vista totalmente apartidista.
Eso sí. Después de las ceremonias brindamos, tomamos lo que nos apetezca y normalmente nos volvemos a casa en un estado bastante lamentable (risas).
«Nuestros debates son mucho más civilizados que en el Congreso»
¿Y por qué tanto secretismo?
Pues sobre todo por los prejuicios que hablábamos antes. En otros países como en Estados Unidos, Francia o Reino Unido está públicamente bien visto ser masón. Hay muchas más logias e incluso se pone en el currículum como algo positivo. Sin embargo en España todavía nos pesa ese pasado de persecución que tuvimos en el franquismo. Normalmente solo salimos en los medios por escándalos de masones que además pertenecen a su vida privada.
Y también existe otra razón. Esto es un poco como en un psicodrama, si te lo cuentan todo desde el principio le quitan la emoción de la película. En cambio presentando solo una serie de palabras y símbolos contribuyes a generar un interés. Por ejemplo una de las ceremonias de iniciación es simular un entierro en el que te meten en un ataúd, esto tiene un sentido de provocar una reacción en la persona.
¿Qué hay que hacer para ser masón?
Siempre decimos que es necesario ser una persona de buenas costumbres. Al interesado le pedimos alguna documentación como el DNI o antecedentes penales. Luego le realizamos tres entrevistas donde le preguntamos sobre su estilo de vida así como sobre sus ideas políticas y metafísicas.
Una vez superada esa fase se realiza el pase bajo venda, es decir que entra en el templo con los ojos tapados porque los no iniciados aún no pueden ver la simbología. Ahí los hermanos le hacen las preguntas que quieran. Finalmente se vota su entrada, y si hay más votos favorables pues se le inicia definitivamente en una ceremonia donde le quitamos la venda para que vea la luz.
«Para entrar en la masonería se realiza una ceremonia en nuestro templo con los ojos tapados»
¿Se puede ser masón siendo de derechas?
De derechas sí, pero de extrema derecha no. Aunque es raro que se nos acerquen derechistas pues esta ideología no casa demasiado, en mi opinión, con el ideario progresivo de la masonería. Un conservador por definición no suele tener la flexibilidad mental necesaria como para entrar aquí. De todas formas sí tenemos algunas personas liberales que estarían en el centro-derecha.
También te explico que en la masonería hay dos grandes ramas. La regular se basa en el principio de que para entrar debes creer en un ente superior llámese Dios, Buda, Alá, el arquitecto del universo… Sin embargo nuestra rama es la adogmática, es decir nosotros no valoramos ser creyente o no. Nuestro objetivo es perseguir la razón, y consideramos que la religión pertenece al terreno de la fe.
El pasado verano organizasteis unas jornadas sobre masonería. ¿Habrá una nueva edición pronto?
En principio sí porque funcionaron bastante bien. Como fueron abiertas también a los profanos, muchas personas nos conocieron a raíz de este evento. Hablamos de temas de laicidad, de la mujer en la masonería u otros asuntos de interés social.