El impacto que la actividad humana genera sobre el entorno en el que reside tiene múltiples derivadas. A estas alturas de la historia, nadie puede ponerlo en duda. La presión urbanística a la que ha sido sometida algunas de las zonas más turísticas del litoral mediterráneo han provocado, además de la degradación del paisaje, un riesgo cada vez mayor frente a episodios naturales como las inundaciones.
El municipio de l’Alfàs del Pi es muy consciente de esa realidad ya que su orografía lo sitúa, especialmente a su zona más costera, como uno de los puntos con mayor riesgo de inundación de toda la Comunitat Valenciana y, por ello, muchas de sus actuaciones urbanas recientes -tanto las ya realizadas como las que están en fase de proyecto- abordan esa cuestión como uno de sus ejes prioritarios.
Cuatro millones de euros
Por ello, el gobierno local ha presentado un proyecto que tiene como objetivos reducir el riesgo de inundaciones, la gestión sostenible de las escorrentías urbanas, la restauración ecológica del ecosistema de referencia y el aprovechamiento de aguas regeneradas de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR), con el que opta a una subvención de cuatro millones de euros procedentes de la Fundación Biodiversidad, adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
La iniciativa, que nace bajo el nombre ‘Corredor Ecológico Platja Albir’, ha sido ya aprobada por la Junta de Gobierno Local y prevé la creación de una infraestructura verde de tres kilómetros de longitud que unirá el Plan Parcial Finca Roca con el Bulevar de los Músicos y la restauración fluvial de todo su recorrido.
El proyecto prevé la creación de una infraestructura de tres kilómetros que unirá el Plan Parcial Finca Roca con el Bulevar de los Músicos
Prevención de inundaciones
Además, aporta soluciones para reducir el riesgo de inundaciones en toda la zona y proyecta la reforestación de 103.000 metros cuadrados, preservando el litoral y los recursos hídricos.
El portavoz del equipo de gobierno alfasino, Toni Such, ha explicado que “para su ejecución se ha solicitado una subvención de 4.000.000 de euros a la Fundación Biodiversidad, adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, destinada al fomento de actuaciones dirigidas a la restauración de ecosistemas fluviales y a la reducción del riesgo de inundación en los entornos urbanos españoles a través de soluciones basadas en la naturaleza, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea a través del Fondo de recuperación Next Generation”.
Distintos planes de emergencia alertan sobre el riesgo de inundación de la zona baja del municipio
Desarrollo urbano sostenible
Such ha asegurado que el proyecto ahora presentado supone “un paso más dentro de la estrategia de desarrollo urbano sostenible en marcha, mediante la cual propugnamos un modelo que mejora la calidad de vida de la población, y su adaptación frente al cambio climático”.
Además, el edil alfasino considera que “este proyecto viene a dar respuesta a la necesidad histórica de mitigar los efectos de las inundaciones en la playa de l’Albir”, que ha recordado que en ese punto confluyen “las dos cuencas hidrológicas de los Barrancos Soler-Hondo y Carbonera -Tosalet, así como las escorrentías urbanas de agua de lluvia frecuente”.
La iniciativa también busca la regeneración paisajística de la zona afectada
Informes técnicos
Al mismo tiempo, ha añadido el portavoz y concejal de Urbanismo, “el riesgo de impacto viene recogido tanto en el Plan de Gestión del Riesgo de Inundación de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) como por el Plan Territorial de Carácter Sectorial Sobre Prevención del Riesgo de Inundación en la Comunitat Valenciana (Patricova).
Por todo ello, Such señala que son “razones que entendemos de peso para obtener esta subvención y garantizar la seguridad de la población”.
Recuperación paisajística
Además, el portavoz del gobierno municipal ha asegurado que “no son los únicos motivos” y que desde el Consistorio alfasino “se ha tenido en cuenta la desaparición del ecosistema de referencia, provocando la degradación de la zona periurbana por la presión urbanística y abandono de las tierras de cultivo, así como algo fundamental, la escasez de los recursos hídricos en un destino turístico como somos, con todo lo que esto conlleva”.
Con todos estos datos y argumentos sobre la mesa, Such ha afirmado que lo que se propone ahora es “incrementar la prestación de los servicios ecosistémicos, hacer que la biodiversidad se extienda, la mitigación de la inundabilidad por aguas de lluvia torrenciales, la gestión sostenible de las escorrentías urbanas, la restauración ecológica del ecosistema, el aprovechamiento de las aguas regeneradas de la EDAR, y propiciar actuaciones enfocadas a la mejora de la resiliencia de un municipio con una carga socioeconómica muy vinculada el sector del turismo”.