Entrevista > Carlos Coloma / Exciclista y director del Coloma Bike Center de La Nucía (Logroño, 28-septiembre-1981)
El Coloma Bike Center se está convirtiendo, menos de un año después de su puesta en marcha, en uno de los puntos neurálgicos de la bicicleta de montaña en España y el mundo.
Medallista olímpico en Río de Janeiro y, sin duda, el mejor especialista de la historia del BTT de nuestro país, Carlos Coloma está decidido a que este espectacular arranque de su aventura, que ya se ha traducido en la celebración de una prueba puntuable para la Super Cup Massi, sea la plataforma de lanzamiento de algo mucho más grande.
Pronto se hará un año desde que arrancara la aventura de La Nucía Bike Center. ¿Cómo valora, hasta el momento, esa aventura?
Estoy muy contento porque es una zona en la que antiguamente bajaba mucho a entrenar buscando el clima, la geografía y todas las comodidades que ofrece. Luego, a través del alcalde, del concejal de Deportes y del resto de la gente de La Nucía, que están muy comprometidos con el deporte, les propuse crear este Bike Park y desde el primer momento todo fueron facilidades.
«Desde el primer momento en el que propuse crear el Bike Center de La Nucía todo fueron facilidades»
Además, el pasado mes de marzo dio un nuevo y gigante paso adelante, trayendo a La Nucía una prueba de primer nivel, como es una puntuable de la Super Cup Massi.
Lo primero que planteamos fue la creación de un circuito permanente y una escuela de BTT. Como bien dices, ahora hemos conseguido arrancar una prueba internacional del máximo nivel en la que todo el mundo, incluidos los jueces de la Unión Ciclista Internacional y los deportistas, ha quedado muy contento. Por ello, ya estamos en el camino de subirla de categoría.
¿Supone eso que quiere buscar un hueco en la Copa del Mundo?
No. Hay un paso intermedio, que entiendo que es el más razonable a corto plazo para ver de manera definitiva la aceptación que tiene. Actualmente la prueba es de categoría C1, que es lo máximo a lo que se puede aspirar en una primera edición, y el siguiente paso, teniendo en cuenta que es algo que tiene que autorizar la UCI, es que sea ‘Hors Categorie’, que te da una puntuación con la que aspiras a tener una parrilla de salida igual que la de la Copa del Mundo, y más teniendo en cuenta que el año que viene estaremos en plena clasificación olímpica.
«Ya estamos trabajando para subir de categoría la prueba internacional que hemos puesto en marcha»
Dice que C1 es la máxima categoría a la que se puede aspirar en una primera edición, pero lo normal es que la UCI dé a esas carreras la categoría C2. ¿Cómo han podido saltarse ese paso?
Porque se ha tenido en cuenta diversos factores. Desde la UCI han visto la ubicación de la prueba, que estaba detrás la empresa Oci Sport, donde yo mismo estaba involucrado y también la experiencia que acumula La Nucía en la organización de eventos deportivos.
Creo que podemos aspirar, sin ningún problema, a todos los niveles, pero lo primero es asentar la prueba y ya veremos si en un futuro merece la pena intentar luchar por la Copa del Mundo. Eso es algo que nos lo irá diciendo la evolución de estos próximos años.
En lo relativo a la escuela, ¿cómo valora la progresión en estos meses?
Es un proyecto que me hace una ilusión muy especial. En La Rioja tengo una que cumple el décimo aniversario y ya tenemos ciento cinco niños. El proyecto ya está lanzado y ahora toca seguir cuidándolo para que continúe creciendo.
«Como padre te quedas más tranquilo si dejas a los niños en un entorno protegido de los vehículos como es el circuito de La Nucía»
El ciclismo está viviendo un auténtico boom tanto en el número de practicantes como a nivel turístico, pero en las escuelas ciclistas de ruta llevan años quejándose de la falta de niños. Eso es algo que, sin duda, tiene mucho que ver con la peligrosidad de circular en bici por la carretera. ¿Cree que el BTT se puede beneficiar de esa circunstancia?
Creo que sí. Yo soy padre, tengo dos niños, y es verdad que te quedas mucho más tranquilo si dejas a los niños en un entorno más protegido de los vehículos como es el circuito que tenemos en La Nucía.
Con el paso del tiempo, cuando los niños se van haciendo un poco más mayores y son más conscientes de los peligros de la carretera y aprenden a circular con mayor seguridad, cada uno irá eligiendo su camino. Pero pienso que entre los seis y los quince o dieciséis años, lo normal es que un padre se quede más tranquilo si su hijo se apunta al BTT.
Sin que eso quiera decir que vaya a dejar de aprender ninguno de los valores que transmite el ciclismo.
Así es. Con el mountain bike también va a aprender las habilidades que se precisan encima de una bicicleta y los valores del compañerismo, el esfuerzo, el sacrificio… Luego, si el día de mañana deciden entrenar más en carretera, todavía están más que a tiempo con esa edad y ya tienen mucha más consciencia de los peligros de la carretera.
Hasta hace poco, la España ciclista vivía casi en exclusiva de las grandes vueltas. Sin embargo, la irrupción de figuras multidisciplinares como Mathieu van der Poel, Wout Van Aert o Tom Pidcock y la mayor presencia de distintas especialidades en la televisión parecen estar despertando el interés por esos nichos antes minoritarios. ¿Cree que es así?
Sin ninguna duda. Cada vez, como bien dices, hay más plataformas para seguir las competiciones. Nuestra carrera de La Nucía, por ejemplo, superó los dos millones de visualizaciones a las que hay que sumar un reportaje emitido en Teledeporte de veinte minutos de duración.
Además, debemos aprovechar escaparates como Tik Tok, Instagram y las redes sociales porque es una forma de que los niños las utilicen para ver mountain bike y un abanico de deportes mucho más amplio que antes que, en este caso y como dices, era exclusivamente ciclismo de carretera.
«Debemos aprovechar escaparates como Tik Tok, Instagram y las redes sociales porque es una forma de que los niños las utilicen para ver mountain bike»
Además, el BTT o el ciclocross, por su duración y entorno, parecen de entrada, más atractivos para una generación que prefiere productos televisivos más cortos.
Son mucho más atractivos para ellos porque se desarrollan en entornos naturales y, en el caso del BTT, incluye esa parte técnica que a los niños siempre les ha gustado como son los saltos, los caballitos…
Creo que todo eso hace que el BTT esté creciendo mucho entre los niños y, a su vez, estos están contagiando a los padres. Hoy en día, cualquiera puede conseguir una bici eléctrica para acompañar a su hijo o, incluso, para ir con un grupo al que antes no podía seguir por su nivel físico.
En su época de profesional no estaba tan de moda como ahora compaginar disciplinas. Viendo lo bien que les va a los ya mencionados Van der Poel, Van Aert o Pidcock, ¿cree que compaginar más le hubiese hecho a usted mejor ciclista?
Eso son cosas que no se pueden ni pensar ni comparar. Yo he estado compitiendo al máximo nivel durante 22 años. He conocido todos los ciclos del mountain bike. Empecé en 1999, cuando los circuitos muchos más largos y carreras de dos horas y media y lo he vivido hasta la explosión de circuito mucho más cortos, técnicos y explosivos con carreras de una hora y veinte minutos.
Cada momento tiene lo suyo. Lo que intento ahora, en mi labor como mánager del BH Templo Cafés, es que mi experiencia sirva para dar a los corredores las mejores condiciones para que rindan al máximo en su disciplina, que es el BTT. De momento, ninguno de ellos compagina con ciclocross fuera de temporada, que es algo que va con cada corredor.
Lo que sí que es innegable es que hombres que ganan Monumentos o son protagonistas en el Tour dan visibilidad al BTT cuando deciden competir en esa especialidad.
Eso es algo tremendamente positivo. Son corredores que tienen una calidad deportiva impresionante y que nunca se había visto. Que puedan compaginar las tres disciplinas, como ellos hacen, hace que el sector se mueva, que la gente tenga interés y que los niños, como decíamos antes, vean a ídolos de verdad.
Al final, eso beneficia tanto en la parte deportiva como en la económica, que es la que mueve todo.
«Mi carrera puede ser una de las más atípicas por mi forma de ser y por cómo veía el ciclismo»
David Valero, nuestro actual medallista olímpico y corredor de su equipo, tiene ya 33 años. ¿Cree que tenemos cantera para seguir aspirando a tener esos buenos resultados en las grandes citas?
Estoy convencido que sí, a pesar de que en nuestro país queda mucho trabajo por hacer. Tenemos un potencial bárbaro que falta terminar de pulir.
En ese sentido, y volviendo a su trabajo con la escuela en La Nucía, ¿buscan ustedes el talento desde que los niños entran con seis años?
No, en absoluto. Eso es algo que sólo llega con el tiempo. Es prácticamente imposible que un niño con seis, ocho o doce años, vaya a mostrar ya la capacidad física para llegar a ser un crack. Es entre los trece y los quince años cuando, muy poco a poco, se empieza a ver quién tiene esa calidad y no es hasta los dieciséis o diecisiete cuando realmente se ve quién puede valer para crack a nivel físico.
Pero luego está la fase mental, que es la más importante. Eso es lo que determina realmente quién puede llegar a dominar en profesionales. Eso es algo que, en el ciclismo, se ve entre los dieciséis y los veinte años.
«Nuestra carrera de La Nucía superó los dos millones de visualizaciones»
Corredores como Evenepoel, Pogačar, Carlos Rodríguez, Juan Ayuso… son todo ejemplos de grandes ciclistas que han dado el salto jovencísimo. Usted, que ha tenido una carrera muy larga, ¿cree que aguantarán esa exigencia mental que implica vivir tantos años como un ‘monje’?
Mi carrera puede ser una de las más atípicas del ciclismo por mi forma de ser, por cómo veía el ciclismo y porque yo siempre he vivido en un pueblo muy pequeño de La Rioja en el en la pretemporada estaba bastante alejado de esa parte de vida monacal del ciclismo. Siempre estaba con mis amigos y momentos de diversión. Yo, como he dicho antes, no hacía ciclocross ni otros deportes. Me tomaba siempre unos meses de desconexión hasta que llegaba la temporada fuerte que iba de marzo a septiembre.
Tuve siempre suerte de que no cogía mucho peso en ese descanso y poder coger la forma física relativamente fácil. Creo que eso es lo que me ayudó a poder estar tantísimos años. Además, el ciclo olímpico era el que determinaba mi estado de forma y eso, dice la gente que me conoce, hizo que no tuviera una consistencia tan grande en la Copa del Mundo o los mundiales. A la vez, es lo que me ha permitido estar en activo veintidos años.
Viendo lo que tiene en el vivero del Coloma Bike Center de La Nucía, ¿pueden ser los aficionados locales optimistas pensando en tener una gran figura en los próximos años?
Creo que en La Nucía se van a juntar muchas circunstancias que nos permitan tener, en cinco o diez años, algún corredor top. Al final, es un punto de unión entre la escuela de La Rioja y la escuela de David Valero, donde también hay cien niños.