Entrevista > Rosana Antolí Gisbert / Artista multidisciplinar (Alcoy, 1981)
Rosana Antolí ha sido la artista encargada de realizar las cuatro estatuas de hierro y vidrio que se entregaron en los Premios Iberoamericanos de Mecenazgo, que tuvieron lugar recientemente en la Academia de Bellas Artes de Madrid, con la presidencia de la reina Sofía.
¿Cómo has acabado realizando dichas figuras?
En otoño del año pasado me propusieron ser la artista seleccionada para los Premios Iberoamericanos de Mecenazgo 2022. Las esculturas tenían que tener la esencia de mi trabajo e investigación, ese era el reto.
Pasarían a formar parte de tres de las más prestigiosas colecciones de arte: la de Jorge Pérez en Miami, la de Füsun Eczacıbaşı en Turquía y la de la Fundación María José Jove en España.
Rosana es una de las artistas con mayor presencia internacional
¿Qué significa haber podido participar en un evento de tal envergadura?
Es una proyección y un apoyo grande hacia mi trabajo, que me ha abierto unas puertas y sinergias muy importantes. Estos votos de confianza son necesarios en una carrera artística porque son caminos largos.
Tu padre, Manolo Antolí, fue profesor en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Alcoy. ¿Cómo se despertó tu vocación artística?
Mi padre y mi madre vienen del campo del arte, por tanto, siempre han entendido mis inquietudes. Con mi padre es con quien comparto los momentos de inflexión en mi trabajo. Le sigo haciendo venir al estudio porque tiene una visión que es un lujo, su cabeza va más allá de la de miles de artistas que conozco y es muy valiente, no tiene miedo a arriesgar plásticamente. Mi madre y mi hermana Mar son muy buenas críticas. Mar es enfermera, pero es puro sentimiento. Si una obra pasa su filtro, es una buena señal.
¿En qué temas y técnicas estás especializada?
Los temas de mi investigación son el cuerpo, la coreografía, los gestos, el movimiento y la repetición. Formalmente los trato con diferentes medios como la pintura, la escultura o el vídeo, siempre buscando su lado performativo.
«Me planteo regresar a España, pero todavía no sé cuándo»
Resides y trabajas en Londres desde hace diez años, ¿qué motivó tu marcha?
Londres es una ciudad que atrapa y a mí no me deja marchar, siempre vuelvo. Llegué porque buscaba producir mi trabajo en un nuevo contexto, más competitivo podríamos decir, del que pudiera nutrirse y hacerlo crecer.
¿Te fue fácil hacerte un hueco?
Al año de estar en Londres apliqué a un master nuevo en performance y escultura en el Royal College of Art de Londres, que es una de las universidades más prestigiosas de arte. Fui una de los ocho alumnos que cogieron ese año y fue un trampolín artístico.
¿Tienes pensado regresar a España?
Sí que me planteo regresar, pero todavía no sé cuándo. Parte de mi producción la hago aquí, pero por el momento todavía noto que mi lugar está en tener la base en Londres. En un futuro la base será España y ahí marcaré el eje para ir moviéndome.
A lo largo de tu trayectoria has trabajado con proyectos en España, en Reino Unido, en Estados Unidos e incluso en América Latina. ¿Las diferentes sociedades saben apreciar el arte?
Creo que hay que seguir trabajando para naturalizar la aproximación artística desde niños. El arte es cultura y la cultura es lo que permanece a través de los tiempos.
«Estoy en un momento artístico de investigación y crecimiento»
¿En qué momento te encuentras de tu carrera?
El año pasado saqué el libro ‘A Dot, a Bird, a Stone’, de la mano del coleccionista y amigo Olivier von Schulthess, donde se recogen diez años de mi carrera. Cuando acabé el libro fue un momento de inflexión, de entender cómo quería continuar.
Esos puntos de pausa lo encuentro fundamental para un artista. Ahora mismo estoy en un momento igual que el de hace diez años, de investigación y crecimiento. La única diferencia es la experiencia que acumulamos atrás.
Si tuvieses que destacar un proyecto, ¿cuál sería?
Tal vez la escultura en homenaje a las víctimas del covid-19 que me encargó la Generalitat Valenciana. Fue mi proyecto más complejo, realizado en un tiempo récord, y con el que coordiné a un gran equipo de trabajo. Tenía que realizar no solo una obra sino un sentimiento colectivo e hicimos que esta escultura simbolizara un momento y un espacio para el recuerdo.
Proyección nacional e internacional
De sus numerosas exposiciones destaca la performance ‘Yves Klein Reply’ en la galería The Ryder, con la que empezó a trabajar. También su exposición individual en la quinta planta del museo Tate Modern en 2019. Por último, acaba de terminar un proyecto en el Museo St Albans en el que ha llevado un paso más lejos su instalación ‘Chaos Dancing Cosmos’.
Actualmente está preparando una exposición para el Centro Gallego de Arte Contemporáneo y una exposición individual con la galería The Ryder en Madrid.