Josema Yuste / Actor cómico
‘El aguafiestas’ llega a Valencia. Se trata de una comedia escrita por el dramaturgo francés Francis Veber que se podrá ver en el Teatro Olympia desde el 28 de abril al 1 de mayo. Encabeza el reparto Josema Yuste (Madrid, 2-marzo-1954) junto a Santiago Urrialde, dos de los grandes actores cómicos de este país en los últimos años.
Hablamos con el primero sobre esta esperada obra y aprovechamos para repasar sus inicios desde que se hiciera un hueco en los hogares españoles con aquellas apariciones televisivas del inolvidable ‘Martes y trece’.
¿Cómo te metiste en esto de la comedia?
Mi historia es muy simple, yo soy un actor vocacional. Desde que pisé un escenario en el colegio, con siete años, ya sentí la llamada divina de Jesucristo o de quien sea (risas). Esa llamada de quienes trabajamos en algo por vocación ya pueda ser de bombero, policía, político, monja, etc. Es algo que no sabes explicar muy bien por qué, pero sientes una necesidad imperiosa de ser eso.
Así que cuando terminé el COU me matriculé en la Escuela de Arte Dramático de Madrid. A partir de ahí empecé a presentarme a castings hasta que me cogieron en algún sitio. Poco a poco empecé a pisar teatro. Se cuenta rápido, pero ya te digo que fácil no fue. Ha sido necesario pelear permanentemente y mantener mucha confianza en mí mismo. Por supuesto ser muy profesional en todo lo que haces es algo que siempre ayuda mucho.
«Santiago Urrialde es la mejor persona que he encontrado en esta profesión, aún siendo un desastre de tío»
Luego apareció en tu vida ‘Martes y trece’ con Millán Salcedo. ¿Qué tenía aquel grupo que triunfó tanto?
Pues de haberlo sabido por supuesto lo habría hecho mucho antes, sobre todo para no tardar tanto en ganar dinero (risas). Realmente no lo sé, las cosas a veces surgen como surgen.
Posiblemente estuvimos en el año adecuado y en el lugar justo. Ese punto de suerte también es importante. Y en ese momento quizás no había una pareja cómica en España que trascendiera hasta ser muy popular. Es cierto que estaban ‘Tip y Coll’, pero aún siendo geniales yo creo que no acababan de llegar a todo el mundo porque eran un tanto surrealistas para la época.
Además nos ayudó un montón que por aquel entonces solo hubiera dos cadenas en España. No es como ahora, que tienes que pelear en una jungla tremenda. Todo ello unido a un talento innegable que creo teníamos… y poco más.
Yo creo que también contribuyó que hacíais un humor parodiando escenas cotidianas con las que el público se identificaba fácilmente.
Es cierto. Era un humor comercial en el mejor sentido de la palabra, que le gustaba a todo el mundo. Aunque a su vez tenía su puntito personal. No copiábamos ni nos inspirábamos en nadie. Éramos naturales y a la vez genuinos.
«El aguafiestas parece que va a terminar de una forma… pero acaba siendo de otra»
¿Recuerdas algún gag con especial cariño? Aparte del de ‘Encarna’ que nos acordamos todos…
Muchos. Por ejemplo una imitación muy sui géneris que yo hacía de Lauren Postigo entrevistando a una folclórica muy surrealista interpretada por Millán Salcedo. Ese sketch me encantaba, era graciosísimo.
Tras Millán Salcedo, se podría decir que tu otra gran pareja cómica ha sido Florentino Fernández… ¿no?
Sí. Flo formó parte de mi vida durante tres años que fueron inolvidables. Tiene un potencial cómico extraordinario. Yo me lo he pasado con él de maravilla.
Hablemos ya de la obra. ¿De qué va ‘El aguafiestas’?
Es una comedia escrita por Francis Veber, el mismo autor de otras tan míticas como ‘La cena de los idiotas’ o ‘Salir del armario’. Ésta que hacemos en Valencia es de las suyas más originales, cuyo nombre en francés es ‘L’emmerdeur’ que viene a significar ‘el tocapelotas’. Como eso quedaba un poco feo, pues la hemos llamado mejor ‘El aguafiestas’ que es lo mismo pero más fino (risas).
La historia transcurre toda en un hotel y presenta dos personajes absolutamente antagónicos que se hospedan aquí por dos motivos muy opuestos. Uno va a suicidarse y el otro a matar a otra persona. Por azar, ambos coinciden en dos habitaciones contiguas con una puerta que las comunica. Así se conocen y va surgiendo la comedia.
Es curioso poner de protagonistas de una comedia a un asesino y un suicida. Intuyo que habrá mucho humor negro, ¿no?
Hay humor negro y un poquito de crueldad, pero sobre todo lo que está más presente es el valor de la amistad. Como dos personajes que no tienen nada que ver y que se fastidian el uno al otro sus respectivos planes… se pueden convertir en grandes amigos.
Me recuerda un poco a ‘La cena de los idiotas’, con dos personajes antagónicos y uno de ellos que es un auténtico tocapelotas…
Claro. Veber siempre busca protagonistas antagónicos donde uno putea al otro. Eso le ha funcionado muy bien siempre.
«‘Martes y trece’ llegó en un momento que no había una gran pareja cómica consolidada en España»
¿Qué tal es trabajar con Santiago Urrialde?
La mejor manera de definirlo es como una gran persona. Aún así te confesaré que es un desastre como ser humano (risas). Siempre es muy caótico, fuma como un carretero, le encanta comer, se echa siestas de dos horas y media… Sin embargo luego es un tío extraordinario con una bondad infinita. Te lo digo claramente, Santi es la mejor persona que me he encontrado en esta profesión durante toda mi vida.
Y como actor tiene además mucha gracia. Ahora que está gordito, esos personajes de desgraciadito y bonachón… es que los borda.
¿Qué aportan el resto de personajes del reparto?
Son cuatro actores: Maribel Lara, Vicente Renovell, Arturo Venegas y Kiko Ortega. Ellos son como personajes satélites que rodean a los dos planetas que somos Santiago y yo. En la trama resultan absolutamente necesarios para que la comedia se enrede y tenga un transcurso emocionante.
Porque es una historia que nunca sabes cómo termina. Parece que va a acabar de una manera… pero luego resulta que no termina así.
La obra parece una apología a la amistad. A ese amigo que nos saca de quicio, pero aún así sigue siendo nuestro amigo.
Claro, a mí me pasa eso mismo con Santi. No tenemos nada que ver porque yo soy un tipo muy organizado y rutinario, justo todo lo contrario que él. Por ejemplo no sabes lo complicado que es localizarlo, le llamas y te responde a la semana y media (risas).
Y sin embargo le quieres como es. Porque si es buena gente, ¿pues qué coño me importa lo demás? Escasean mucho las buenas personas y hay que intentar rodearse siempre de ellas.
¿Cómo es tu relación con Valencia?
Magnifica, es mi segunda casa. Enrique Fayos, el propietario del Teatro Olympia, es amigo personal además de mi socio. Con lo cual en todas las comedias que hago siempre paso como mínimo dos veces por Valencia. De verdad que me siento como en casa.
Además esta provincia me resulta un termómetro inequívoco porque sé que si la obra triunfa aquí, en Madrid también lo hará. Y si por el contrario no gusta al público valenciano, tampoco lo hará al madrileño. Es como un examen muy importante.
¿Tienes algún proyecto más en mente para televisión o cine?
Estoy muy centrado en el teatro. Mi teléfono está abierto, pero es muy complicado que yo pueda compaginar en estos momentos algo de largo recorrido en televisión con los escenarios.
Dicho con todo el respeto y admiración, hace años quise coger el testigo de Arturo Fernández, Pedro Osinaga y estos actores de comedia de toda la vida. El padre de Enrique Fayos me dijo una vez hace quince años “Josema, si eres fiel al teatro… te pagará con su misma moneda”. Y esto es verdad, si te haces un hueco y el público te admite ya tienes teatro para toda la vida. Por eso no quiero salirme del carril ni distraerme con otras cosas. Lo cual no quita que pueda hacer una intervención de tres capítulos en una serie o algo así.
¿Y en teatro?
Precisamente en breve voy a dirigir ‘La cena de los idiotas’, una nueva reposición versionada por mí mismo. Seguramente contaré con Agustín Jiménez y David Fernández en el reparto.