Entrevista > Miriam Sempere Agulló / Deportista y fisioterapeuta (Santa Pola, 19-noviembre-1995)
Las Guerreras de la arena se concentraron en Torremolinos a finales de abril para disputar cuatro partidos amistosos ante el combinado noruego que les sirviese de preparación para la gran cita internacional que tendrá lugar el próximo mes de junio en Grecia, el Campeonato del Mundo de Balonmano Playa.
La portera santapolera Miriam Sempere ha sido una de las deportistas citadas por la Selección Española de balonmano playa para dichos encuentros deportivos.
¿Qué tal tu paso por estos partidos?
Ha sido una experiencia increíble, los resultados fueron dos derrotas y dos victorias. A nivel personal me he sentido muy cómoda con el grupo, lo que ha hecho mucho más fácil la adaptación y el poder desenvolverme mejor en la arena. Estoy muy agradecida por haber podido vivir esto y con muchas ganas de seguir trabajando.
«Me he sentido muy cómoda con el grupo de la Selección»
¿Es tu primera vez en la selección absoluta de balonmano playa?
Sí. La verdad es que la llamada del seleccionador fue una sorpresa para mí. Estar dentro del equipo nacional absoluto de balonmano playa era uno de mis objetivos desde hace unos años, y el poder alcanzarlo me hace afrontarlo con mucha ilusión.
Háblanos de tus inicios en el mundo del deporte.
Practico deporte desde bien pequeña. Pasé por las Escuelas Municipales de Santa Pola practicando gimnasia rítmica, atletismo y todo tipo de deportes en el colegio. Alcanzados los nueve años empecé a practicar tanto kárate como balonmano y estuve compaginándolos durante muchos años.
Tras finalizar la ESO en el Complejo Educativo de Cheste, donde compaginaba el kárate con el balonmano, realizando este último solo los viernes por la tarde y los fines de semana, decido volver a estudiar a Santa Pola, dejar el kárate y decantarme por el balonmano.
«Me fui al Mecalia Atlético Guardés porque quería jugar en División de Honor»
¿Por qué?
Gran parte de la culpa de ello la tiene José Aldeguer, entrenador del Elche Mustang en ese tiempo. Me propuso empezar a entrenar con el primer equipo de balonmano siempre y cuando pudiera acudir durante toda la semana y no solo los viernes, como me impedía el estar interna en Cheste.
¿Cómo te fue en el conjunto ilicitano?
Estuve siete años defendiendo la camiseta del club ilicitano, seis de ellos entrenando y jugando en el primer equipo. En él jugué un campeonato de España juvenil, cuatro Copas de la Reina y competición europea.
Tras esos años, y por diferentes circunstancias, tuve que dejar de jugar en el Elche Mustang y gracias a Fran Piedecausa no abandoné el deporte que tanto me ha dado y me sigue dando. Estuve un año jugando en División de Honor Plata con el Elda Prestigio, donde quedamos terceras del grupo C.
Desde hace dos años militas en el gallego Mecalia Atlético Guardés, bajo las directrices del entrenador petrerí José Ignacio Prades Pons, ¿qué te motivó a dar el salto al conjunto gallego?
En ese momento fueron muchas cosas las que hicieron que me costase poco tomar la decisión. Tenía una espinita clavada, que era volver a jugar en División de Honor y disfrutar de la categoría, así como volver a entrenar con José Ignacio Prades después de tantos años, salir de mi zona de confort, y disfrutar de la experiencia y la oportunidad que me estaban dando.
¿Fue difícil el período de adaptación al tener que desplazarte a otra comunidad autónoma?
A nivel personal el hecho de tener lejos a la familia y a la pareja fue lo que más me costó y me cuesta a día de hoy. Pero dejando eso a un lado, las compañeras y la gente del pueblo hicieron muy fácil mi adaptación. Es verdad eso que dicen de “Galicia calidade”.
Compagina su actividad como balonmanista con la de fisioterapeuta
¿Tienes pensado renovar contrato?
Aquí en el club suelen hacer contrato año a año. La verdad es que estoy muy cómoda y la idea es que si todo va bien siga un año más por tierras gallegas.
¿Te ves en el balonmano a largo plazo?
Antes de volver a División de Honor y jugar en el Mecalia Atlético Guardés, para mí el balonmano era una afición, un hobby necesario en mi vida. A día de hoy es mi trabajo, es aquello a lo que me dedico y, por lo tanto, es una de mis profesiones, ya que también soy fisioterapeuta.
Su etapa como karateka
Empezó en el kárate porque su hermano mayor lo practicaba. Cuando empezó segundo de la ESO fue seleccionada para realizar unas pruebas para optar a una beca deportiva en el Complejo Educativo de Cheste, donde estuvo tres años interna de lunes a viernes practicando kárate y estudiando. Durante esos años consiguió medallas en campeonatos autonómicos y acudió a campeonatos de España.