La astenia primaveral es una sensación de debilidad y falta de vitalidad generalizada, tanto física como intelectual, que reduce la capacidad para trabajar e incluso realizar las tareas más sencillas.
Curiosamente, no aparece después de realizar un gran esfuerzo, como sería lo normal, sino que se manifiesta cuando desarrollamos aquellas actividades que marcan nuestro día a día, incluso las más sencillas. Es más, la astenia puede manifestarse de forma constante, sin que se haya realizado ningún tipo de esfuerzo. Es más frecuente en las mujeres que en los hombres.
Tipos y causas
Las causas de la astenia son muy diversas.
- Una situación de estrés,
- la ansiedad provocada por las dificultades de la vida
- o una situación de depresión, pueden originarla,
- pero también puede tener su origen en una enfermedad orgánica -alteraciones cardíacas, pulmonares, infecciones de todo tipo y otras muchas-.
La astenia de origen orgánico es la más aguda y la que tiene síntomas más concretos.
La llamada astenia primaveral es la que afecta a un mayor número de personas. Todas ellas presentan claros síntomas de fatiga durante esta estación. Las causas de este fenómeno no se conocen con exactitud pero se cree que pueden estar relacionadas con
- el cambio de climatológico
- o, en las personas propensas, con los procesos alérgicos tan frecuentes en esta época del año.
Este tipo de astenia, de carácter leve, da lugar a síntomas poco alarmantes y de corta duración, remitiendo normalmente al cabo de unos días sin precisar tratamiento alguno. En el caso de no desaparecer en pocas semanas, lo más conveniente es acudir al médico para obtener un diagnóstico preciso.
Cuando la astenia no tiene una causa orgánica conocida -ya que en este caso hay que tratar la enfermedad que la ocasiona- hay que intentar aliviar o disminuir sus síntomas.
- Es recomendable respetar las horas de sueño,
- realizar ejercicio físico moderado
- y llevar una dieta sana y equilibrada. El ajuste nutricional proporcionará a nuestro organismo proteínas, hidratos de carbono, grasas, sales minerales, vitaminas y agua. En determinadas ocasiones, sin embargo, el aporte de una dieta variada no es suficiente, y es preciso recurrir a un aporte vitamínico o mineral complementario. Ojo, sin embargo: en ningún caso, los suplementos vitamínicos y de minerales pueden transformar una dieta poco equilibrada en saludable.
Cuando la sensación de cansancio se prolonga durante más de seis meses, cosa poco frecuente, y no existe ningún problema físico ni psicológico que pueda ser el causante de nuestro estado, es posible que nos estemos enfrentando a un caso de fatiga crónica. Esta enfermedad tiene una evolución a largo plazo y, aunque presenta mejorías y remisiones, entraña un alto grado de incapacidad física para llevar a cabo las actividades corrientes.
En ningún caso, los suplementos vitamínicos y de minerales pueden transformar una dieta poco equilibrada en saludable.
Cuando la sensación de cansancio se prolonga durante más de seis meses, cosa poco frecuente, y no existe ningún problema físico ni psicológico que pueda ser el causante de nuestro estado, es posible que nos estemos enfrentando a un caso de fatiga crónica. Esta enfermedad tiene una evolución a largo plazo y, aunque presenta mejorías y remisiones, entraña un alto grado de incapacidad física para llevar a cabo las actividades corrientes.