Entrevista > Fermín Gil / Adiestrador canino (Elche, 29-noviembre-1972)
El Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) La Muixara de La Nucía ha puesto en marcha en el curso escolar que está a punto de finalizar una novedosa y exitosa iniciativa de terapia asistida con animales, en este caso perros, para cinco alumnos con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
El taller, cuyos responsables ya han avanzado que está teniendo unos resultados “excelentes”, ha demostrado importantes mejoras en los alumnos en los ámbitos de la comunicación, la atención, la memoria, la motricidad, la comprensión o la autoestima.
Fermín Gil es el adiestrador canino que se ha encargado, junto a los profesionales del centro educativo, de poner a sus perros al servicio de una iniciativa que, como explica en esta entrevista concedida a AQUÍ en La Nucía, fue una apuesta personal de Jessica Gommans, concejala de Bienestar Animal del municipio.
Hasta no hace tantos años, el uso de animales y, en concreto, de los perros, en lo relativo a la ayuda y a la terapia con humanos apenas se circunscribía al ejemplo de los lazarillos. El cambio que se está viendo en estos tiempos, ¿es porque realmente se están aumentando esos usos o porque se le está dando más visibilidad a algo que ya se hacía?
Yo llevo más de 20 años en el mundo del perro y creo que, redondeando, en la última década ha experimentado un gran cambio. No sólo en nuestro apartado, el del entrenamiento y el deporte, sino también la tenencia de los perros. Hoy en día están muy involucrados en las familias. A día de hoy, quizás haya más perros que niños.
«Llevo más de 20 años en el mundo del perro y creo que en la última década ha experimentado un gran cambio»
Y no sólo en cuanto a la tenencia, sino al lugar que ocupan en el hogar.
Así es. Yo tengo 49 años y no hace tanto tiempo que los perros se tenían en el campo. Hoy en día, sin embargo, las familias con perros abundan. Considero que se ha producido una apertura y que eso ha ayudado a que, como decías antes, se utilicen más para otras muchas cosas.
Pero insisto en que esto es una sensación personal, no se trata de una realidad contrastada.
Algo en lo que, sin duda, ha influido la mayor concienciación social respecto a los derechos de los animales.
Ahora tenemos una Ley del Bienestar Animal y, por ejemplo, hoy en día está prohibido tener a un perro atado a un árbol; pero yo recuerdo que de pequeño veía esa situación como algo casi normal. Creo que es algo que nos ha pasado a todos. Hemos mejorado porque ahora, seguramente, todos nos preguntamos cómo es posible que viésemos un maltrato como algo normal.
Yo no lo sabía. Era un niño y no tenía ni idea, pero es algo que, cuando lo recuerdo, me duele. Es algo que ha cambiado mucho y eso ha venido, a su vez, de la mano de los perros de asistencia que, como decías antes, empezaron con los lazarillos.
¿Qué otros ‘trabajos’ de asistencia hacen los perros?
Se usan mucho los perros de alerta médica para, por ejemplo, las bajadas de azúcar. Se está haciendo mucho trabajo con ellos.
«El perro te permite entrar en aulas, hospitales, geriátricos… esa es la gran ventaja frente a otros animales»
¿Cómo se ha producido ese avance?
Considero que es por la logística. La terapia equina, por ejemplo, lleva mucho tiempo, igual que con delfines. El perro te permite entrar en aulas, en hospitales, en geriátricos… esa es la gran ventaja del perro frente a otros animales.
Se ha escrito que la gran pandemia de nuestra era, más que la del coronavirus, es la de la soledad. En ese sentido, y dado que los perros son fieles compañeros de muchas personas mayores, principales víctimas de esa situación, ¿puede ser ese otro factor por el que nos hemos ido dando cuenta del bien que pueden hacer?
Creo que sí. Hay que hacerse una pregunta más profunda: ¿qué hubiera sido de la humanidad sin la ayuda del perro? El perro ha estado vinculado a nuestra vida desde hace siglos. ¿Tendríamos hoy en día el mismo mundo sin el perro? Hay que recordar que nos ha ayudado en muchos trabajos.
Nosotros visitamos geriátricos donde hay mucha gente mayor cuyo contacto con el mundo rural ha sido mucho más cercano y que, por desgracia, no puede tener su perro. Lo que vemos es cómo acarician a nuestros perros y se quedan mirándolos fijamente y percibimos como les pasan por la cabeza las miles de historias que habrán vivido con un animal. Es algo mágico.
Todos estos usos sociales y sanitarios que se le han dado a los perros, ¿les han abierto las puertas a poder acompañar a sus dueños en lugares que antes tenían vetados como el transporte público, restaurantes…?
Todavía falta mucho por hacer en ese campo. Lamentablemente, todavía tenemos que escuchar algunas noticias feas de personas a las que un taxista no le ha permitido entrar al taxi con su perro lazarillo.
A mis alumnos de la escuela canina les insisto mucho en que con educación es como nos vamos a ganar los derechos. Si yo soy capaz de entrar con mi perro a un restaurante y que tenga un comportamiento ejemplar, esa puerta me la dejaré siempre abierta. Por lo tanto, nuestra forma de luchar es ofreciendo mucha educación.
«A mis alumnos de la escuela canina les insisto mucho en que con educación es como nos vamos a ganar los derechos»
Existen, en cualquier caso, personas con problemas de alergia al pelo de los animales para los que es un problema compartir un espacio cerrado con un animal. ¿Qué solución propondría para encontrar el equilibrio, por ejemplo, si usted entra con su perro a un restaurante y se encuentra con esa situación?
En ese aspecto, creo que tenemos que tener mucha sensibilidad. A mí me gusta entrar a todos los sitios con mi perro, pero, por supuesto, no me gusta molestar a nadie. Una cosa es que alguien diga que no le gusta tener a un perro al lado, pero otra muy distinta es que, como dices, esa persona tenga un problema de alergia.
De nuevo, insisto en que lo que tiene que prevalecer es la educación. Yo soy el primero que, si me encontrase en ese caso, me alejaría o me iría a otra mesa. Una opción sería la de habilitar zonas en los locales.
En un destino turístico como es la Marina Baixa, ¿es algo que ya se está abordando por parte del sector del ocio y la restauración?
Sí. Hace poco tuvimos una reunión con la gerencia del Benidorm Palace para abordar esta cuestión. De hecho, ellos ya tienen un espacio para que puedas ir a ver el espectáculo con tu perro.
En cuanto al proyecto que desarrollan en La Nucía de terapia con niños con Trastorno de Espectro Autista, es evidente que debe ser un esfuerzo coordinado entre el centro educativo, los terapeutas y ustedes mismos como responsables de los perros. ¿Cómo se consigue el encaje de esas piezas?
Hay que decir que la principal impulsora del proyecto ha sido Jessica Gommans, concejala de Bienestar Animal. Ella fue quien propuso estudiar la posibilidad de realizar esta iniciativa. Para ello, se puso en contacto conmigo e iniciamos las reuniones con el profesorado y el orientador.
En algunas de esas reuniones participaron incluso algunos niños. Lo importante en esa fase era asegurarnos de que todos estábamos de acuerdo en el enfoque.
«Nos gustaría decir que todos los perros sirven para terapia, pero no es así. Ocurre lo mismo que con las personas»
Aunque el fin sea común, supongo que cada actor tendrá un punto de vista sobre la forma de abordar esta problemática y unas necesidades concretas para ello.
El enfoque y la finalidad es la misma para todos, pero, efectivamente, es una mesa que se apoya sobre diversas patas. El ejemplo es muy sencillo: yo no soy terapeuta. Tampoco soy profesor. Pero ellos tampoco son entrenadores de perros.
Quiero decir que yo, sin su ayuda, no puedo organizar este tipo de actividades y ellos, sin la mía, tampoco. Es una situación en la que la unión hace la fuerza y crea el beneficio para los usuarios que, en este caso, son los niños.
¿Qué es lo que se busca cuando se introducen los perros en la ecuación del tratamiento de estos niños?
Despertar sensaciones. Lo que ocurre es que existe un vacío que nadie puede contestar: yo he estado en sesiones y he visto reacciones en unas personas por las que luego he preguntado a un profesional el motivo por el que se producen y no me ha sabido contestar.
La magia que sucede, sencillamente sucede. Sólo con su presencia, el animal ya despierta un interés en el niño.
«El perro se utiliza como una herramienta comunicativa entre el niño y nosotros»
¿Los resultados se ven rápido?
Son niños que, por su problemática, tienen dificultades para mantener la atención durante la hora que dura una clase normal, pero con el perro no es que aguanten la hora, es que les sabe a poco. Tenemos incluso que trabajar la despedida.
¿A qué se refiere?
Para ellos, sobre todo al principio, la despedida era como que nos íbamos para siempre. Todos esos conceptos sociales se trabajan a través del perro y, en este caso, aprenden a que una despedida no es un adiós, sino un hasta luego.
Por ello, el perro se utiliza como una herramienta comunicativa entre el niño y nosotros. Pero, como decía antes, hay vacíos que sigo sin poder comprender. Yo no sé por qué el perro despierta esa sensación.
«He visto reacciones en unas personas por las que luego he preguntado a un profesional el motivo por el que se producen y no me ha sabido contestar»
Debe ser desconcertante.
Soy el primero que alucina cuando escucho al profesor o al orientador. Yo no conozco a los niños tanto como ellos, pero es bonito cuando te dicen que hay un niño que lleva una semana sin hablar y que cuando llegas con el perro se pone a tener una conversación contigo, estando el perro como mediador… es la parte mágica.
Creo que es volver a los orígenes de esa conexión que los humanos hemos tenido con el perro.
Para este tipo de trabajos, ¿sirven todas las razas y todos los perros si tienen el adiestramiento adecuado?
No. Nos gustaría decir que todos los perros sirven, pero no es así. Ocurre lo mismo que con las personas. Todos tenemos un don, pero no todos tenemos el mismo don. Si yo te digo que tu perro no sirve para terapia, no significa que no valga para nada. Puede ser bueno en deportes caninos o en otro montón de cosas.
Para las terapias buscamos un perro que tenga una educación determinada, pero también tiene una gran importancia la parte genética. Yo mismo tengo diez perros en casa, y no todos ellos puedo usarlos para esto.