El posicionamiento del equipo de gobierno local de Altea a favor del modelo propuesto por el Consell para la implantación de la tasa turística en la Comunitat Valenciana, dejando la decisión final en manos de los ayuntamientos, ha dejado a la Villa Blanca en el reducidísimo grupo de municipios, con València a la cabeza, que apoyan una medida que, además de por la inmensa mayoría de consistorios, es rechazada de plana por todo el sector y buena parte de la sociedad.
El alcalde de la Villa Blanca, Jaume Llinares, ha sido uno de los muy escasos munícipes de la región en posicionarse públicamente a favor de la polémica tasa, colocándose en una soledad que es todavía más llamativa en el entorno de la Marina Baixa, donde el resto de municipios del entorno, con Benidorm a la cabeza, no sólo se han posicionado en contra, sino que ya han anunciado que no la aplicarán cuando llegue el momento.
«Municipios como Altea sufrimos una infrafinanciación porque debemos dar servicios sobredimensionados respecto a nuestra población censada» D. Zaragozí
Sin decisión tomada
Incluso dentro de las filas de Compromís en Altea parecen poder leerse distintas sensibilidades respecto a la tasa turística. Mientras Jaume Llinares la defiende, el portavoz del equipo de gobierno y próximo alcaldable por parte de la formación que ostenta la alcaldía, Diego Zaragozí, ya se encargó recientemente de matizar en lo posible el apoyo de la Villa Blanca a la medida.
Zaragozí subrayó que, si bien desde Compromís en la Villa Blanca veían con buenos ojos el modelo propuesto para su implantación, todavía no había ninguna decisión tomada respecto a lo que se hará en el futuro en Altea.
Tasa finalista
Diego Zaragozí avanzó que la posible implementación de la tasa turística en Altea se estudiará “cuando llegue el momento” y, sin cerrar la puerta a que finalmente se le dé luz verde, supeditó ese visto bueno a que “sea una tasa finalista” y que lo recaudado repercuta directamente en el municipio.
En ese sentido, Zaragozí supedita esa hipotética implantación en la Villa Blanca de la tasa turística a que la misma “sea finalista” y que, por lo tanto, lo recaudado con ella se revierta en la financiación de servicios que tengan una relación directa con el turismo.
Todo ello porque, como explica, “municipios como Altea sufrimos, por nuestra condición turística, una infrafinanciación ya que debemos dar una serie de servicios sobredimensionados respecto a nuestra población censada”.
«Si la tasa turística llegase a aplicarse en Altea y no en otros municipios, nos restaría competitividad» R. Gómez
El Partido Popular, en contra
Sea como fuere, esas palabras no han servido para que el principal partido de la oposición de la Villa Blanca, el Partido Popular, haya relajado en lo más mínimo su posicionamiento rotundamente contrario a una tasa turística en cualquier formato, ni en las críticas hacia el equipo de gobierno por su posicionamiento.
El último capítulo de esa escalada de tensión -que seguirá aumentando conforme pasen los meses y se acerque el momento de tomar una decisión final- se vivió durante el pleno municipal del pasado mes de mayo, cuando los ‘populares’ alteanos presentaron una moción “para evitar que se gravara con más impuestos a los ciudadanos”.
Bajar impuestos
Esa moción no salió adelante después de que los dos partidos que conforman el gobierno local, Compromís y PSOE, votaran en contra “manifestando seguir con las subidas de más impuestos al declarar querer aplicar la tasa turística en Altea”, tal y como ha valorado la portavoz del partido conservador, Rocío Gómez.
La también presidenta del PP en Altea ha afirmado este lunes que “estamos en contra de nuevos impuestos. Lo que es necesario para los ciudadanos es que se bajen los que ya existen para poder disponer de más liquidez y que podamos gastar y consumir”.
Por el momento, el gobierno local no ha querido aventurar si aplicará la tasa turística en la Villa Blanca
Huida de turistas
En opinión de Rocío Gómez, alineada con el discurso que está manteniendo el Partido Popular en toda la Comunitat Valenciana en relación a esta cuestión, “no se pueden crear nuevos impuestos como esta tasa turística. No es la mejor solución para los problemas que tenemos actualmente, únicamente se consigue que los turistas que vienen dispongan de menos dinero en el bolsillo para poder consumir y gastar en los establecimientos comerciales y hosteleros de la localidad”.
Así mismo, los ‘populares’ alteanos alertan de que esa situación de soledad en la que se ha colocado Llinares, podría convertirse en un peligro para la propia competitividad turística de la Villa Blanca.
Pérdida de competitividad
Según explica Rocío Gómez, si la tasa turística “llegase a aplicarse en Altea y no en otros municipios, nos restaría competitividad ya que vemos que el resto de municipios de alrededor ya han manifestado que se declaran en contra de la aplicación de esta tasa turística, independientemente del color de sus gobiernos, viendo como alcaldes tanto del PP como del PSOE se posicionan en contra”.
Una oposición que, recuerda Gómez, llega también al propio seno del Consell ya que “incluso el Secretario Autonómico de Turismo, del PSOE, ha manifestado que de salir adelante la tasa turística se plantea dimitir porque considera que es un error político”.