Al murciano Juan Viudes y Pascual de Riquelme (1906-1943), cuarto marqués de Rioflorido, no podían haberle hecho mejor regalo: un icono que recordaba enormemente a una ‘Virgen de la Pasión’ o, como se la conocerá por estos pagos, Nuestra Señora del Socorro. La imagen acabó, bajo su férula, en Almoradí, que la convirtió en su Patrona, cuyas fiestas se celebran desde el 29 de mayo de 1919.
La devoción, antes de llegar desde diversos frentes a la Comunidad Valenciana, había arrancado en realidad gracias a un fresco de 1192 del monasterio de Arakos, o Panagia tou Araka, en plenos montes chipriotas de Troödos (la principal cadena montañosa), entre los pueblos de Lagoudera y Sarandí.
Se encuentra en un conjunto pictórico declarado Patrimonio de la Humanidad en 1985, y en la Comunidad Valenciana arraigó especialmente en tierras almoradidenses.
Viajando por Europa
En Europa, el culto a la Virgen del Perpetuo Socorro irradiaba desde la romana iglesia consagrada al napolitano San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), regida desde 1866 por la Congregación del Santísimo Redentor, fundada por el religioso italiano el 9 de noviembre de 1732. Servirá para esparcir por Occidente la versión de la imagen chipriota que el cretense Andreas Ritzos (1421-1492) convirtió en iconos, e icono. Originales y copias ayudarán a extender la veneración.
En la hoy Comunitat Valenciana, iba a establecerse, entre otros lugares, en Valencia ciudad, pero también en Almoines, Beniarjó y Benifaió, en cuanto a la provincia valenciana.
Además, en la provincia alicantina, y en concreto en la Vega Baja, en Dolores y Guardamar del Segura. Mención aparte para Aspe, en la comarca del Medio Vinalopó, y su templo de Nuestra Señora del Socorro, sembrado en 1602 y declarado basílica el 15 de julio de 2006.
La obra fue traída por el cuarto marqués de Rioflorido
Ejemplos en la Comunitat
Pero en la parroquia aspense el fervor se focaliza en Nuestra Señora de las Nieves, imagen compartida con Hondón de las Nieves (en Aspe recala los años pares). En realidad, ocurre lo mismo en el resto de las poblaciones incluidas en el listado antes dado, que aún es el que proporcionan las guías.
Otras devociones marianas fueron absorbiendo esta, como mucho dejándola, a título folclórico, en modo secundario hasta que, faltas quizá de icono, fueron difuminándose.
En la capital valenciana, como caso excepcional, la devoción se mantuvo, pero solo hasta 1936. Los registros hablan de que la adoración se encontraba ligada al templo de la Archicofradía de la Santísima Sangre de Cristo, creada hacia el 1400. Justo por donde hoy está la céntrica calle de la Sangre.
Los vaivenes sociopolíticos y urbanos se llevaron, pues, una tradición que las crónicas señalan unida, cómo no, a un icono.
En otras localidades acabó absorbida por otras devociones marianas
El Año Jubilar
Almoradí, pues, queda como estandarte de la devoción a Nuestra Señora del Rosario. Y más cuando en el prepandémico 2019 celebraba el centenario de la advocación. En 2018, el Papa Francisco había concedido, por ello, el Año Jubilar (con gracias especiales) a la parroquia almoradidense de San Andrés, fundada en 1264, aunque el edificio actual se levantó en 1920 sobre lo que dejó en pie y en tierra curiosamente el terremoto de 1919.
Sobre el tema, Almudena Albentosa, concejala de Fiestas y Sanidad, decía en 2018: “Pretendemos plasmar un mensaje positivo de unión y fraternidad utilizando los espacios públicos para acercar el arte y la convivencia a cualquier persona. Una imagen con la que se quiere reivindicar la pluralidad y el orgullo de barrio, de pueblo, para con nuestras tradiciones”. Obviamente, se refería a los preparativos del centenario, pero, ¿cuál es la programación habitual?
Este año retorna la conmemoración tal y como se celebraba antes
Normalización de un culto
Con protagonismo de la liturgia, siempre el fin de semana más próximo al 27 de este mes (día de la Virgen del Perpetuo Socorro), tenemos misas, procesiones y otras actividades. En 2017, año que podríamos calificar como ‘normal’ en cuanto a las celebraciones patronales, el programa comienza con novenario (tiempo de culto, generalmente de nueve días) desde el viernes 16, misa el viernes 26, ofrenda de flores y concierto el 27.
El domingo, procesión y cantar la tradicional ‘Salve’. La conmemoración retornaba el martes 27, que tras una misa de difuntos culminaba con una ‘Serenata a la Virgen’. El cartel de la Concejalía rubricaba con esta petición: “La Santísima Virgen del Perpetuo Socorro, espera a todos los hijos de Almoradí, para que la honren como celestial Patrona”.
A la expectativa
Este año posee un cariz especial: en plena desescalada de la pandemia, se vuelve a un entorno lo más parecido al anterior a 2020. Motivo suficiente para que la población de Almoradí mire con esperanza a lo que ha de llegar al respecto.
Del viernes 24 al domingo 26, tras el novenario, retorna una conmemoración cuyo cartel está por llegar, aunque en este tipo de festejos, donde manda poderosamente la tradición, y sin situaciones especiales, como un centenario, es de esperar que tengamos un programa como el antes descrito. Es lo que se pide desde que por aquí arribase un icono de tanto fervor.