Entrevista > Juan Francisco Navarro / Jefe de Medicina Preventiva del HGUE y presidente de la SVMPSP (Illueca, 1959)
Lavarse las manos adecuadamente es la primera línea de defensa contra la propagación de muchas patologías, desde un catarro, hasta enfermedades más graves como la gripe, hepatitis B, infecciones gastrointestinales o la covid.
En los tiempos que corren realizar un lavado de manos es, por lo tanto, no solo una medida higiénica, sino también una manera muy efectiva de combatir transmisiones víricas.
Reducir el riesgo de enfermedad
Las manos lo tocan todo y es muy fácil contagiarse de gérmenes que se propagan con mucha facilidad, siendo además la manera más barata y más fácil para evitarlo. Los grupos como sanitarios, maestros, trabajadores de residencias y todos aquellos que están en contacto con gente deben extremar las medidas.
Esta rutina de limpieza reduce hasta el 50% los casos de enfermedades intestinales o diarreicas, y en otro 25% las infecciones respiratorias.
Según el Jefe de atención primaria del Hospital General Universitario de Elche (HGUE), Juan Francisco Navarro, en los centros sanitarios no solo el personal, sino también los familiares y pacientes que acuden a consulta deben tomarlo muy en serio.
«Las muestras de cariño entre nuestros amigos más íntimos y nuestra familia ni se puede ni se deben evitar»
¿Cómo se lavan las manos de forma correcta?
Agua y jabón, a ser posible neutro para no perjudicar la piel, y hacerlo a conciencia. En hostelería por ejemplo un jabón líquido con pulsador es lo más práctico, y en otros como hospitales añadimos después un gel hidroalcohólico que podemos usar cada vez que sea necesario.
Una enfermera de un hospital puede en una jornada tener que lavarse las manos setenta veces, y la solución hidroalcohólica puede ayudar a sustituir muchos lavados porque si no la piel la tendrían destrozada.
En general la solución hidroalcohólica que llegó con la covid no debe desaparecer de nuestras vidas, y es un gesto que debemos seguir haciendo.
¿Los manipuladores de alimentos son otro sector de riesgo?
Los alimentos son caldo de cultivo para muchas bacterias, y es muy importante que no se rompa la cadena del frío para evitar la incubación de las mismas.
Hoy por hoy todos los manipuladores de alimentos hacen cursos de preparación y deben saber cómo tratar adecuadamente todos estos aspectos, entre los que destaca desde luego la higiene de manos junto a una correcta conservación de los alimentos.
Gracias a eso en la actualidad prácticamente ya no se ven brotes de salmonelosis como ocurría hace años.
¿El calor, y por lo tanto el verano, es más peligroso para la proliferación de gérmenes?
La acción de la temperatura es peligrosa. El control de aguas es fundamental por ejemplo para evitar la legionela, que prolifera con las altas temperaturas. Con los alimentos pasa lo mismo, y es fundamental llevar mucho cuidado.
En verano se sale más, hay más eventos y celebraciones, y en lugares como una boda con cientos de personas hay que tener mucho cuidado con lo que comemos.
«Gracias a la higiene en la actualidad prácticamente ya no se ven brotes de salmonelosis como ocurría hace años»
¿Hay gérmenes y bacterias buenos y malos?
Los gérmenes y las bacterias forman parte de nuestras vidas debido principalmente a nuestra alimentación, y en nuestro organismo hay kilos de ambos. Solo en el colon tenemos cerca de dos kilos. Son gérmenes por ejemplo los hongos, los virus y el propio covid.
Las bacterias son organismos que se encuentran en casi todas las partes de la Tierra, siendo vitales para los ecosistemas del planeta. El cuerpo humano está lleno de ellas, y de hecho se estima que contiene más bacterias que células humanas. En la piel, por ejemplo, las tenemos hasta la cuarta o quinta capa.
Por otro lado, la lucha contra los que son gérmenes y bacterias de tipo patógeno debe ser constante y la higiene es la principal arma. En un hospital la lucha es mucho más fuerte.
¿Sigue siendo arriesgado saludarnos de forma efusiva?
Eso es algo innato en nuestra naturaleza mediterránea que pertenece a nuestra cultura y nuestra forma de ser. Lo que si debemos evitar es algo muy común que hacemos cuando nos presentan a un grupo de personas que no conocemos y las besamos, porque te ves en la obligación de hacerlo por el hecho de habértelos presentado.
Eso debemos evitarlo si podemos, pero las muestras de cariño entre nuestros amigos más íntimos y nuestra familia ni se puede ni se debe evitar.
¿La covid nos trajo pautas que eran necesarias ya antes de que llegara?
Sin duda. Incluso nos ha ayudado a prevenir enfermedades como la gripe, infecciones intestinales o virus respiratorios. Nos ha enseñado a saber mejor como se transmiten todas estas enfermedades y como actuar no solo en los hospitales sino en todos los lugares públicos.
En los colegios por ejemplo ha habido un avance muy importante en cuanto a higiene, y a pesar de ser pequeños han demostrado ser muy disciplinados.
«Los alimentos son caldo de cultivo para muchas bacterias, y es muy importante que no se rompa la cadena del frío»
¿En materia de prevención estamos preparados?
No tenemos los suficientes recursos. A los políticos se les llena la boca cuando hablan, pero lo cierto es que los recursos destinados a prevención de enfermedades y a seguridad del paciente son mínimos. Somos los servicios más pequeños de cada hospital, los peor dotados, y eso tiene que cambiar.
Llevamos dos años terroríficos, y desde el pasado 1 de mayo la Conselleria de Sanidad ha eliminado todos los recursos que se habían facilitado con motivo del covid, como si el problema hubiera terminado.
Nosotros nos estamos dejando la piel, pero lo que se hacía hasta el 30 de abril hay que seguir haciéndolo.
¿Estamos ante un nuevo déficit de prevención?
Hasta el punto de que si no ponemos remedio nos volverá a pasar lo mismo, y si no es por la covid será por otra cosa. Las epidemias no acaban aquí, y la prevención es la mejor barrera para detenerlas, pero si nos quitan los medios de los que disponíamos, lo vamos a tener muy difícil.
Y no olvidemos que la lucha contra la pandemia la tenemos medio ganada gracias a las vacunas y antivirales, pero no ha finalizado, y sigue siendo en la actualidad el principal problema de salud pública que tenemos.