Entrevista > José Luis León Gascón / Concejal de Bienestar Social de Altea
La concejalía de Bienestar Social de Altea anunció el pasado mes de junio la puesta en marcha, por primera vez en la historia de la Villa Blanca, de un servicio municipal de teleasistencia.
Esa es, por el momento, la última gran mejora que ha sacado adelante el área que dirige el José Luis León Gascón, que se estrenaba como concejal en esta legislatura y, como él mismo reconoce en esta entrevista con AQUÍ en Altea, ha tenido que hacer un ‘Master’ a marchas forzadas para hacer frente a los enormes retos que la pandemia y otras circunstancias han supuesto para su área.
Optimista y positivo, habla con orgullo del paso adelante que ha dado la atención social durante estos últimos años y, sobre todo, destaca el aprendizaje que para él y para toda la plantilla de Bienestar Social ha supuesto el reto de la pandemia.
Recientemente anunció que por vez primera el Ayuntamiento de Altea pondría en marcha un servicio gratuito de teleasistencia municipal junto a Cruz Roja para el que, inicialmente, han contratado sesenta terminales. Así mismo, dijo que, en caso necesario, ese número se podría ampliar en el futuro. En caso de ser necesaria, ¿esa ampliación podría hacerse en 2022 o habría que esperar a nuevas anualidades?
Si fuese necesaria, esa ampliación se podría realizar ya en 2022. Para el diseño del servicio nosotros nos hemos basado en datos reales porque el servicio de teleasistencia en Altea lleva ya funcionando muchos años, pero venía a través de ayudas de la Diputación. Gracias a eso, tenemos una imagen muy clara de lo que se puede demandar.
Así, para lo que queda de 2022 se ha hecho un estudio y los técnicos avanzaron que se podrían demandar unos cuarenta nuevos terminales. Con eso en mente, no nos hemos limitado a ajustarlo a esa cantidad, sino que ya lo hemos ampliado hasta esos sesenta que has comentado. Lógicamente, si se consumieran todos e hicieran falta más, se instalarían sin ningún problema.
«Al asumir el servicio de teleasistencia desde el ámbito municipal tenemos la capacidad de decisión sobre el mismo»
Seguramente, la mayoría de las personas relacionen la teleasistencia con el botón que se puede pulsar en caso de emergencia y destinado a personas mayores, pero en realidad es un servicio mucho más amplio.
Así es. Es verdad que a través de las Consellerias o de la Diputación, había una serie de limitaciones a la hora de conceder el servicio. Tenía que ser para personas mayores de 65 años, dentro de una serie de patologías y que estuvieran solas. Al dar el salto al ámbito municipal y tener nosotros la capacidad de decisión, las trabajadoras sociales ya no van a valorar la edad, sino las necesidades reales de esa persona.
Como dices, estamos acostumbrados a escuchar que es un servicio pensado para personas mayores, pero si hay una persona con dependencia que lo necesita, el Ayuntamiento va a brindarle este servicio de forma completamente gratuita.
Algo muy importante en un municipio con muchas partidas rurales como Altea es la posibilidad de instalar el servicio sobre una línea de telefonía móvil, es decir, que no hace falta contar con un fijo en casa.
Todo evoluciona. Crecemos en tecnología. Estamos en un mundo en el que los teléfonos móviles han copado nuestros bolsillos y eso ha hecho que cada vez encontremos menos líneas fijas dentro de las casas. Por ello, Cruz Roja ya tiene modificados todos sus terminales para poder ser usados a través de una línea móvil.
«Entre 2020 y 2021 la plantilla del equipo de Servicios Sociales de Altea se ha incrementado en diez personas»
Ya ha dicho que el servicio es gratuito, pero ¿la instalación de los terminales lleva aparejado algún gasto extra en la factura de la propia línea telefónica?
No, en absoluto. La llamada es absolutamente gratuita y el propio servicio no tiene ningún coste añadido en la factura telefónica.
El de la teleasistencia es sólo uno de los últimos servicios lanzados desde Bienestar Social. De forma muy somera, ¿qué otros servicios tienen en catálogo?
Dentro de los Servicios Sociales en Altea, además de atender a todas las personas con recursos limitados, también llevamos todo lo relativo a la Ley de Dependencia, visitando a todas las familias en su hogar y tratando de ponerle todos los servicios necesarios como el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD), para el que contamos con una empresa municipal y otra de la Diputación.
También contamos con el servicio de Menjar a Casa, con el que las personas beneficiarias pueden acceder a una comida diaria en su domicilio.
¿Todos los servicios van dirigidos a personas mayores o dependientes?
También tenemos un servicio dirigido a las familias, en el que tratamos de ayudar a encontrar la mejor conciliación familiar en el ámbito de los menores o en familias en riesgo de vulnerabilidad.
Además, hacemos el seguimiento escolar a niños que detectamos que, de forma repetitiva, faltan al colegio o los institutos por motivos parentales.
En los últimos tiempos ha tomado mucha importancia todo lo relacionado con la salud mental.
Tenemos en el equipo a dos psicólogas. Una de ellas trabaja principalmente con personas mayores y la otra se centra más en todo lo relacionado con la prevención de las adicciones, ya sea al juego, a las drogas, al tabaco…
En ese sentido, estamos muy coordinados con la Unidad de Prevención Comunitaria de Conductas Adictivas (UPCCA) en el ámbito educativo, tanto en institutos como colegios.
«La crisis sanitaria nos espabiló y nos ha enseñado a no quedarnos cortos a la hora de poner dinero»
Y no hace mucho pusieron en marcha el Servicio de Atención a Personas con Problemas de Salud Mental.
Sí, a finales de 2021 lanzamos el Servicio de Atención y Seguimiento para la Enfermedad Mental (SASEM), que es un servicio con el que acudimos a los domicilios de las personas beneficiarias y se estudia su situación familiar para facilitarles las herramientas, la formación, las ayudas que les puedan corresponder…
Se trata de mantener el contacto diario con esas familias para poder hacer un buen seguimiento de su situación.
¿Ha sido necesario reforzar el trabajo con la población extranjera debido a las consecuencias que la pandemia ha tenido en el mercado laboral?
Desde 2021 hemos reforzado mucho el trabajo con la oficina de Pangea, que es la que se encarga de ayudar a legalizar la situación de las personas migrantes en el pueblo.
En ese sentido, tenemos el caso presente de Ucrania. A través de Pangea estamos ayudando a empadronar a todos los refugiados que están llegando a Altea, tratando de buscarles un hogar, dándoles una aportación económica para que puedan pagar alquileres o comida, escolarizando a los menores, dándoles cursos de idiomas…
«La previsión de gasto social que teníamos por la pandemia ha ido a la baja porque el turismo ha despegado y la gente se ha vuelto a incorporar a sus trabajos»
Todo lo acontecido en los últimos años habrá puesto muy al límite la capacidad de respuesta del equipo humano de Bienestar Social.
Así es. De hecho, entre 2020 y 2021 la plantilla del equipo de Servicios Sociales de Altea se ha incrementado en diez personas, lo que, a su vez, nos ha permitido ampliar los servicios que ofrecemos al municipio.
Más allá de los números macro, el mejor termómetro para medir el verdadero impacto de la crisis pandémica en la economía lo encontramos, precisamente, en los servicios locales de atención a los desfavorecidos. ¿Cómo está siendo la evolución en ese ámbito ahora que parece que el turismo, nuestra principal actividad económica, ha terminado de despegar?
Nunca habíamos vivido una crisis sanitaria como esta y, por ello, no ha habido una valoración comparativa con otras situaciones similares.
Lo que sí es cierto es que cuando se prepararon los presupuesto de 2022 teníamos muy claro que, como todavía no sabíamos cómo iba a repercutir ni la duración, se apostó por unas partidas importantes para no tener que estar pidiendo a otras concejalías ni a otras administraciones.
La realidad es que más de seis meses después las ayudas directas a la situación covid han ido bajando, aunque seguimos trabajando con ello. Pero esas partidas son las que nos están ayudando ahora a llegar de forma directa a la atención de todas las derivadas de la crisis de Ucrania, sin una aportación extra.
«Ni siquiera los técnicos con muchos años de antigüedad eran capaces de adivinar lo que iba a suceder ni tan siquiera al día siguiente»
Entiendo, por lo tanto, que la recuperación económica pospandémica es un hecho.
Sí. La previsión inicial que teníamos ha ido a la baja porque, como decías, el turismo ha despegado y la gente se ha vuelto a incorporar a sus puestos de trabajo o ha encontrado un empleo si no lo tenía. La necesidad de estar encerrado en casa y, con ello, tener un mayor consumo energético ha bajado. Todo eso hace que las necesidades de ayudas económicas también bajen.
Pero, maldita la suerte, hemos pasado de esa crisis a otra, en este caso humanitaria, derivada de la guerra en Ucrania. Pero la podemos afrontar bien porque la sanitaria nos espabiló y nos ha enseñado a no quedarnos cortos a la hora de poner dinero.
Ya me ha dicho que no se puede hacer una valoración comparativa con situaciones anteriores, pero ahora que ya han pasado varios meses, ¿qué valoración hace sobre la respuesta que se dio en los momentos más duros de la pandemia?
Ha sido un aprendizaje muy enriquecedor. Cuando pasan estas cosas nos hacemos un Master en un fin de semana. Nosotros acabábamos de llegar a la política y ni siquiera los técnicos con muchos años de antigüedad eran capaces de adivinar lo que iba a suceder ni tan siquiera al día siguiente.
Todo ello ha hecho que seamos más previsores y que tengamos esos fondos, de los que he hablado antes, preparados para futuros acontecimientos.
«Altea tiene mucha suerte por cómo es solidariamente hablando»
Por lo que veo, se queda usted con lo positivo.
Así es. Ha sido un aprendizaje. Durísimo, porque se nos ha quedado gente atrás y eso es una pena enorme. Pero este aprendizaje nos ha permitido que las personas que tenemos a nuestro alrededor lo pase con la mejor calidad de vida posible. Hemos aprendido a tener previsión de futuro.
¿Recuerda cuando se decía que ‘de esta vamos a salir mejores’? Estando al frente de una concejalía que depende muchas veces de las iniciativas solidarias de la propia sociedad, ¿cree que esa máxima se ha cumplido?
Tengo que decir que Altea tiene mucha suerte por cómo es solidariamente hablando. Además de los alteanos, contamos con asociaciones como Cáritas, Cruz Roja o Corazón Exprés, que han sido fundamentales. Además de esas tres ONG que se mueven muy bien y son muy conocidas, está, como decías, la solidaridad alteana.
Antes de la crisis sanitaria yo ya había aprendido de la DANA… ¡es que hemos encadenado muchas cosas!
¿En qué punto se encuentra el proyecto de construcción del Centro de Día anunciado a finales del pasado año?
Seremos los gestores de este servicio y llevaremos la actividad del día a día. En cuanto a la construcción, tengo escasa información. Todavía no se ha valorado la fecha de inicio. Todo va a través de la Conselleria y, por lo tanto, esas decisiones dependerán de ellas.